Al día siguiente, 23 de octubre de1945, ese mismo periódico vespertino tinerfeño LA TARDE, publicó esta otra noticia:
Titular:
El general del Campo Tabernilla ha sido sometido
a una delicada intervención quirúrgica.
En el cuerpo de la noticia, leemos:
El Gobernador Militar de la plaza, general del Campo Tabernilla que como hemos informado a nuestros lectores desde hace algún tiempo una grave afección que le retiene en cama, ha experimentado en los últimos un agravamiento de su estado de salud, lo que había aconsejado a los médicos que le asistían una intervención quirúrgica.
Dicha intervención, en extremo delicada, fue practicada en la noche del dia 23 de octubre de 1936, en la clínica del doctor Tomás Zerolo, a cargo del citado cirujano, estando presentes en la operación los médicos que venían asistiendo al general del Campo Tabernilla.
En la mencionada clínica informaron que el estado del enfermo era de gravedad y que se continuaba suministrando en dosis convenientes la penicilina que llegó de Casablanca en el avión militar norteamericano que tomó tierra en Los Rodeos el domingo último, la cual viene en magnífico estado, debiéndose la concesión y prontitud con que se ha traído dicho medicamento, como ya hemos dicho, a la gentileza del señor Cónsul de los Estados Unidos en esta plaza, Mr. Haven.
El general don José María del Campo Tabernilla, que actualmente desempeña con carácter accidental el cargo de Capitán General de Canarias y Jefe de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire del Archipiélago, ha recibido numerosas pruebas de aprecio y afecto con motivo de su enfermedad, siendo centenares de personas las que se interesan constantemente por su estado de salud.
Por nuestra parte, hacemos fervientes votos por un pronto y total restablecimiento del pundonoroso militar.
Esa Clínica del Doctor Zerolo salía en la prensa local mediante un anuncio en el cual se podía leer:
CLINICA “ZEROLO”
ASISTIDA POR HERMANAS
CARMELITAS MISIONERAS
(Enfermeras Diplomadas)
Médico-Director: DON TOMAS ZEROLO FUENTES
Enrique Wolfson, 6
Subida del Quisisana (Izquierda)
Aquellos «fervientes votos» expresados por el periodista deben ser entendidos como fervientes ruegos o deprecaciones pidiendo una gracia a Dios.
Por lo que sucedió después, habría que decir que tales deprecaciones no fueron atendidas.