OYÓ TAMBIÉN VARIOS DISPAROS DE PISTOLA


DECLARACION del encartado PASCUAL GUIRAU SEMITIEL.-

En Santa Cruz de Tenerife, las once horas veinte minutos del día treinta de Julio de mil novecientos treinta y seis. Ante S.S. y presente Secretario, compareció el encartado anotado al margen, quien advertido de las prevenciones legales, prometió decir verdad, e interrogado por las generales de la Ley, dijo: Llamarse como queda dicho, natural de Cehejin, provincia de Murcia, de treinta y un años de edad, de estado casado, de profesión guardia de Asalto, con destino en la Compañía de Tenerife (Destacamento de La Palma),
no comprendiendole las demás generales de la Ley,

PREGUNTADO, convenientemente, dijo: Que el día dieciocho del actual cuando salía de la barbería, se encontró con el cabo del destacamento de  La Palma, al cual pertenecía, que se dirijió a él diciéndole que inmediatamente fuese al cuartelilloa que se tendría que quedar en él, y al preguntarle el deponente el por qué de esta determinación, le contesto que había recibido ordenes del Delegado Gubernativo y que le había comunicado que se había declarado una huelga revolucionario; que después de separarse del Cabo, se dirijió a su casa, para decirle a su familia que no le esperasen porque tenia que estar en el cuartelillo enseguida, marchando seguidamente al citado cuartelillo; que estando en esta situación, sobre las diecinueve horas, recibió otra orden el cabo, del Delegado
Gubernativo, que comunico a los guardias, diciéndoles que tenían que ir inmediatamente a la Delegación, con el armamento y municiones; que a poco de comunicarles el Cabo esta orden, llegaron dos coches y en ellos fueron a la Delegación; que en ella estuvieron, pero sin enterarse de lo que ocurria, puesto que cuando pasaba el Delegado acompañado de paisanos hablando con ellos,
por las inmediaciones de los guardias, se cohibían de hablar y de hacer manifestaciones

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en voz alta, por lo que ignoraban lo que estaba sucediendo; que asimismo el Cabo cree que tampoco estaría enterado de nada puesto que no les comunicó lo mas minimo; que estuvieron por orden del Delegado, haciendo el servicio a los correos que llegaron  normalmente, aunque con pocos pasajeros, en el muelle, y que después de estos servicios que lo hicieron permanentemente, se retiraban a la citada Delegación; que no se enteraron en absoluto de la declaración del estado de Guerra, puesto que esta
proclamación no se efectuó hasta la llegada de las fuerzas del ejército en el cañonero “Canalejas”; que poco antes de que atracase el mencionado cañonero, el elemento civil que estaba situado en el frente y alrededores de la referida Delegación, donde se encontraba el deponente y los demás guardias, les insultaron, instándoles para que salieran al muelle con el vecindario; que además de los insultos que les dirijian, oyó también varios disparos de pistola, y que entonces al sonar estos, se replegaron, diciéndoles el Cabo que lo mejor era, acudir al cuartelillo de la guardia civil y ponerse a las ordenes del Teniente de la misma como asi efectuaron; que hacia el referido cuartelillo se dirigieron el deponente y el Cabo, acompañados de los guardias Francisco Diaz, Federico Sanchez, Arturo Carbonero y Juan Gomez, y que de los otros tres guardias, que estaban con ellos, puesto que a pesar de ser diez los que formaban el destacamento, los llamados Jesus Requejo y Eduardo Pozo, se encontraban desde hacía días enfermos en su casa, y que los otros tres que faltaron llamados José Herrero Lizana, Francisco Cosme Guerrero y Ramón Portoles Duaso, no sabe el deponente donde fueron a parar; que una vez en el cuartel de la guardia civil, el Teniente les dijo que esperaran hasta que desembarcarse la fuerza del ejército, que entonces les ordenaria; que cuando atracó el barco, la fuerza del ejército que el iba llegó al referido cuartel, donde se encontraban el deponente y los demás guardias; que esta mandada por un Capitán y los Guardias Civiles y ellos, se dirigieron al Ayuntamiento; que a poco de la llegada al mencionado Ayuntamiento, fueron desarmados, y que el declarante ignora por qué; que seguidamente se leyó el Capitán que mandaba la Compañía de desembarco el Bando proclamando la declaración del estado de Guerra, cosa esta que hasta entonces no se había verificado, por lo cual lo ignoraban; que el deponente, cree que solamente se ha limitado a cumplir las ordenes de su superiores; que no tiene nada mas que decir.

Leida que le fué, la encontró dr conformidad, se afirmó y ratificó en su contenido, firmando con el Señor Juez y presente Secretario de que certifico.

Pascual  Guirau

Enrique Rolandi              Arturo Navarro

[Las tres firmas rubricadas]

 

Cfr.: Causa 76 de 1936 (3909-158-31).- Folios 11 vuelto y 12.

 

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