DECLARACIÓN DEL CABO DE ARTILLERÍA ANGEL CASTRO RODRIGUEZ…
En La Laguna de Tenerife a trece de Octubre de mil novecientos treinta y seis. Ante el Señor Juez y con mi asistencia compareció el detenido expresado al margen, quien, advertido de que iba a prestar declaración, juró en forma prevenida, y, preguntado por las generales de la ley DIJO: que se llama como queda dicho, de veinte y tres años de edad, casado, natural de El Paso y actualmente prestando sus servicios en la Batería de Montaña de esta Ciudad.
PREGUNTADO: Relate la conversación o discusión que tuvo en la mañana del día diez en el zaguán del edificio de la Prisión de esta Ciudad, entre el Artillero primero Orencio Mata y el Comandante de la Guardia, Cabo Andrés Fraga, DIJO: que no tiene seguridad si fue por la mañana o el día nueve por la noche, que el artillero primero y el Cabo Fraga hablaban de la guerra, que el primero decía “que no concebía la guerra”, y el Cabo Fraga contestaba “para mí matar es una gloria”, que el declarante decía “yo tengo mucho miedo a la guerra” diciendo entonces el Cabo Fraga “Ustedes no deben estar en el cuartel porque son unos miedosos y unos gandules”, pero que esto, como todo, lo decían en plan de broma.
PREGUNTADO: Si no recuerda haber dicho “que en vez de estar en el cuartel, debía estar en su casa, porque hacía mucha falta y tenía muchas cosas que hacer”, DIJO: que hablando sobre lo que era la guerra y de las pérdidas tan grandes que se sufrían, él expuso las suyas, diciendo que tenía una tienda de la que pagaba unas seiscientas pesetas de contribución, veinte y siete duros de alquiler y una mujer en casa a quien mantener, es
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decir, una lamentación personal, pero nunca diciendo que no debía de estar en el cuartel.
PREGUNTADO: Si hablaron de algo relacionado con el Ejército, Instituciones, disciplina o alguna otra relativa al movimiento militar, DIJO: que no, que lo único que hablaron era de que la guerra es muy grande y del miedo que ellos le tenían.
PREGUNTADO: Si le oyó a Orencio Mata alguna manifestación, DIJO: que lo único fue que aquel manifestó que no fue voluntario con la Batería de Montaña a la Península, por no darle un disgusto a su familia. Que no tiene nada más que decir, que lo dicho es la verdad en descargo del juramento prestado.
Terminado el acto leyó por si esta declaración, afirmándose y ratificándose en su contenido y firmándola con S. Sª de lo que yo el Secretario doy fe.
[Siguen las firmas de RAMÓN PADILLA TRUJILLO, ÁNGEL CASTRO RODRÍGUEZ e IMELDO DELGADO GÓMEZ, Teniente Juez Instructor, Cabo de Artillería declarante y Soldado Secretario fedatario, respectivamente].
Cfr. A-TMT5.- 3793-154-36.- Sumarísimo 371 de 1936.- Folio 21 vuelto y 22.
[TRANSCRIPCIÓN DEL AMIGO FABIÁN HERNÁNDEZ ROMERO]