Se reanuda la sesión el día 2 de Octubre a las 9 horas de su mañana. El Excmo. Señor Presidente del Consejo abre la sesión y pregunta si hay algún otro procesado que desee deponer ante el Consejo; levantándose el procesado Don JUAN DOMINGUEZ PEREZ quien dice: Que cree que en el sumario están las pruebas de su inocencia. Que las declaraciones de los distintos testigos que han desfilado, confirman en todas sus partes la declaración prestada por él. Que las conclusiones alegadas por el señor Fiscal para pedir una pena tan grave, son en absoluto equivocadas. Que viniendo del Colegio de Médicos situado en la calle de San Francisco y al pasar por el Cuartelillo de Asalto, vio en la escalerilla a los Oficiales de este Cuerpo, unos números y un par de paisanos charlando con ellos; que entre los oficiales se encontraba el ya fallecido Teniente González Campos a quien conocía por haberse examinado juntos en un curso de derecho en La Laguna, que se acercó a saludarlo y manifestarle su alegría por verlo en libertad, pues había oído decir que estaba detenido. Que le pregunto si estaba detenido contestándole el Oficial fallecido “no, pero como si lo estuviera”, notando entonces que del cuartelillo salían rumores confusos de gritos y discusiones y al preguntar que pasaba me contesta que los guardias estaban disgustados por creer que se les había engañado y de la Comandancia habían ordenado desarmarlos; que ellos (los Oficiales), estaban conteniendolos con gran trabajo diciendo que seria una vergüenza enorme que ahora hicieran una tontería, pues de haberse unido aquella mañana al movimiento militar al creerlo triunfante, seria una vergüenza abandonar a los militares cuando parecía que el triunfo no era seguro; que no tenia mas noticia del movimiento sino las recogidas por la mañana de boca del Agente Sr. Corral, las que confirmaban un triunfo rotundo del movimiento; que le interesa hacer constar que la entrevista con el Teniente Campos duraría unos cinco minutos,
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He reiterado este texto, ya publicado bajo el epígrafe «DETENIDO NO PERO COMO SI LO ESTUVIERA», para mantener la ilación de la manifestación del médico Don JUAN DOMINGUEZ PEREZ, en el acta del primer consejo de guerra celebrado en la pieza separada de la Causa 50 de 1936.
[CONTINÚA DEPONIENDO JUAN DOMÍNGUEZ PÉREZ]
que esta declaración la hizo expontaneamente ante el Juez Señor Espejo y mas tarde ante el Juez Señor Iglesias. Que se dirigió a la Plaza con el fin de coger una gua-gua para irse a su casa encontrando
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en la calle de San Francisco pequeños grupos que comentaban mas o menos excitados diversas noticias referentes al movimiento militar; que uno de estos grupos se entero de la noticia lanzada por la E.A.Q. y de otros bulos circulantes que la gente comentaba sin la menor discreción. Que el señor Parra dice en su declaración ante el consejo que vio al dicente venir por la calle venir por la calle de San Francisco y, que en esto se basa el Ministerio Fiscal para condenarle; que únicamente se limito a escuchar a los grupos que se encontraban frente a los Cafes de La Peña y Cuatro Naciones; que ya en la declaracion del Sr. Corral afirma categoricamente que ni gesticulaba ni estaba excitado que únicamente le vio allí; que únicamente estaba en la Plaza antes de los sucesos, lo que concuerda con su declaración y que cuando vio que la fuerza iba a disparar se fue corriendo hacia el Cuartelillo de San Francisco único refugio visible y forzado entre tanto tiroteo. Que un individuo llamado Ciriaco Peral dice en su declaración que le vio dirijise al Cuartelillo de Asalto y volver en cabeza de los guardias sublevados, que esto no es cierto, pues cuando esto sucedia estaba el testigo colocado frente a la puerta del Gobierno Civil y a mas abundancia, el Alferez Carmona que mandaba las fuerzas dice que el Ciriaco Peral fue su colaborador en la defensa contra el publico y siendo asi, que Ciriaco Peral por propia confesión y por declaración del Oficial Carmona, estaba situado FRENTE A LA PUERTA DEL GOBIERNO CIVIL era imposible que pudiera ver a nadie dirijirse al Cuartelillo de Asalto porque desde aquel sitio no puede divisarse sino un trozo pequñiso de la calle de San Francisco, pero que de ningún modo poder abarcar con la vista toda la dirección de calla hasta el Cuartel de Asalto. Que por todo lo e4xpuesto es imposible que Peral viese lo que declara haber visto. Que cuando la declaración del Agente Corral que asegura y con razón haber visto al dicente inmediramente antes de los sucesos (Cuando ya los individuos que fueron por los guardias, estarían en el Cuartelillo) es absolutamente cierto por que lo hace en su declaración. Lo que ocurre es que el Ciriaco Peral fue en dos ocasiones expulsado de la Consulta del dicente de un modo violento unos días antes del movimiento; una vez porque se presento en su consulta de nueve a diez de la noche este individuo rogándole fuese a la Madrileña para ver un paciente, lo que hizo en un coche que tenia parado en la puerta encontrando a una mujer en cama de mala nota que se quejaba de un dolor en una paletilla; que la observo detenidamente y no notandole nada de particular le dijo que podía levantarse y trabajar, regresando con el citado Peral a su casa donde al despedirse le pidió los honorarios por su visita medica contestándole el citado Peral “Soy chauffer del Gobernador y esto se lo pagara el Gobernador y si Vd. quiere justificar cuatro o cinco visitas mas yo dire que las ha hecho” el dicente se indigno por este descaro echándole de mala manera de su casa.
Que un dia antes del movimiento se le presento otra vez Ciriaco Peral en su casa diciéndole que había sido despedido por el Gobernador pidiéndole al dicente intercediera en su favor, pero lo dijo con una cara tan fresca que indignado le invito a que no volviera a pasar mas por su casa; que a pesar de ello intercedio por él cerca del Gobernador diciéndome este que se trataba de un perfecto sinvergüenza. Que no recuso al testigo Ciriaco Peral porque cuando se vino a enterar de que el individuo con quien le habia pasado estas cosas que quedan relatadas efectivamente Ciriaco Peral, fue cuando el dicente se encontraba preso en Paso-Alto. Quiere hacer constar también que el motivo de haberse refugiado en el cuartelillo fue para telefonear a su señora para tranquilizarla donde estuvo mas de media hora esperando telefonearla y no lo consiguio; por eso dice el Teniente Canals en su declaración que lo vio sentado primero en la escalera por encontrarse el teléfono allí instalado. Que después cuando prohibieron hablar por teléfono, se sentó el dicente en un patio y mas tarde y previo cacheo le encerraron en unión de otros paisanos en una habitación hasta eso de las diez y media que llego un Capitan de la Guardia Civil y los pusieron en libertad.
EUGENIO RODRIGUEZ CASTELLANO: dice que en primer lugar se dirije al Tribunal para pedir clemencia por el ex – Gobernador Civil Sr. Vázquez Moro, de quien dice que ojala que todos los Gobernadores hubieran dado el mismo ejemplo que el dio; que esta clemencia la pide en nombre de la España nueva y por ultimo termina dando un viva a
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España.
Han renunciado a deponer ante el Consejo los procesados: Capitan de Infanteria Don Joaquin Vega Benavente, Miguel Romero Valles, Manuel Reyes Castellano, Domingo Molina Alberto, Andres Florido Urtiada, Angel Mañero Garcia, Santiago Peña, Adolfo Bencomo, Heraclio Díaz Molina, Jose Gonzalez Picar, Emilio Luis Velasco Hernandez, Rafael Garrido Lutzardo, Rafael Arroyo Castrillo, Cristino de Armas Fernandez y Vicente Hormiga Mederos.
En este estado el Excmo Señor Presidente del Consejo suspende la Sesion para reunirse los Vocales del Consejo con su Presidente y Vocal Ponente a deliberar y pronunciar el fallo.
De todo lo cual, certifico.
[Firma someramente rubricada de SALVADOR IGLESIAS DOMÍNGUEZ]
Vº Bº
EL GENERAL DE BRIGADA
PRESIDENTE
[Firma rubricada de SALVADOR ACHA CAAMAÑO].
Cfr.: A-TMT5 6401-207-1- Pieza separada de la Causa 50.- Folios 449 a 451.
Con mis deseos de esclarecer, copio unos apuntes que tomé en su momento de personas de la època.
*El día 17 de julio y los ‘preparativos’,en Santa Cruz de Tenerife . .
Los golpistas desconfían de la Guardia de Asalto, de oficiales y jefes de la Guardia Civil, y de la mayoría de los militares de los Regimientos de Infantería y de muchos destinados en Artillería que en éste día aún titubean, se vuelven ‘tibios’, se esconden. Los golpistas se asustan y recurren a civiles, somatenes y forman grupos de voluntarios ayudados por falangistas, que ponen armas (pistolas) en manos de civiles y huelguistas portuarios, desde el día anterior.
El acuartelamiento de todas las tropas, la obligación de los jefes, oficiales y suboficiales de dormir ese día 17 en las unidades, como refuerzo de cuarteles, asusta al propio coronel González Peral y ésta situación se vuelve ‘peligrosa’. No está seguro e intuye dificultades de triunfo del ‘golpe militar’ que se está preparando.
*En la calle y dependencias militares prolifera la
mendacidad inculcada desde la Comandancia Militar.
A medida que pasan las horas aumenta la incertidumbre y la sospecha de ‘traiciones’ entre militares anima y favorece a los golpistas. Con mucha cautela los militares se vigilan unos a otros y ya no hablan con sus compañeros de armas, se miran con recelos y observan sus movimientos; la situación se les hace insoportable. El calor que hace ese día les agobia aun más. Los golpistas ya no aguantan, temen y piensan desistir, dejar la situación para mejor ocasión, pero dudan.
El coronel González Peral contacta por teléfono con el director de la Compaña Telefónica Nacional, quién le comunica que algo grave ocurre en Marruecos; González Peral ordena que la estación militar de radio San Roque, en La Laguna, esté permanentemente en servicio y a la escucha de Madrid y Tetuán. El Gobierno de la Nación ordena a los gobernadores civiles la detención del general Franco.
En el Gobierno Civil se reciben varios telegramas.
También en la Comandancia Militar recibe el coronel González Peral una orden similar del Ministro de la Guerra: la neutralización del general Franco. Ya es tarde para ello. González Peral está muy asustado.
El coronel González Peral recibe otro telegrama del Ministro haciendo un llamamiento a la calma; su lectura lo deja preocupado; su estado emocional le impide tomar decisiones. No tiene noticias de su general Franco.
En la plaza militar de Santa Cruz de Tenerife, por desafectos al ‘golpe militar’ ya se encuentran “neutralizados” varios jefes y oficiales, entre ellos los coroneles de Infantería Diego Vega Montesdeoca, de la Guardia Civil José Ossuna y Agustín Piñol Riera, el teniente coronel Arturo Rodríguez Ortiz (2º jefe del Regimiento de Infantería Tenerife nº 38), los comandantes José Casas Trabas, Juan Rodríguez López, Escriba Román, y Joaquín Laureiro de la Guardia Civil, y los capitanes Ángel Herrera Zayas, Joaquín Vega Benavente, de Infantería, y de la Guardia Civil José García Silva y Rafael Herrera Zayas, y Fernando Isidro Durán, Manuel Otero Rubido, Daniel Prats, José García Peña, Nicolás Prats Ordónez, José Acosta Guián y los tenientes Juan Echandi Uris, Pablo Sánchez, Domingo Rodríguez Isidro, y una larga lista de militares indecisos o tibios para la causa, así como también todos los militares pertenecientes a la masonería.
*Amanece el día 18 de julio.
El día aciago (infausto, de mal agüero)
en el Cuartel de la Guardia de Asalto, de la calle San Francisco,
de la capital tinerfeña.
Sobre las siete de la mañana, el jefe de la unidad capitán de Asalto Víctor Cortés Abril, procedió a la lectura del manifiesto de los golpistas a las fuerzas que habían formado en el Cuartel de San Francisco y, al igual que había leído el manifiesto en el cuartelillo de la calle de La Rosa, fue escuchado por la tropa con gesto de respeto.
Más tarde, entre las horas 09:00 y 10:00 de la mañana, bastantes miembros de la unidad, exteriorizaron su desagrado con la situación que estaban viviendo, tanto en conversaciones como en reuniones sin autorización de sus jefes: el capitán Víctor Cortés Abril y el teniente Vicente Companys Rivera. (El teniente Alfonso González Campos no interviene por su situación de ‘neutralizado’).
El capitán Víctor Cortés Abril y el teniente Companys Rivera comunican al coronel Teódulo González Peral lo alarmante de la situación producida por la mayoría de los guardias en relación a la dificultad de mantener la disciplina.
Sobre las 10:00 horas, alternativamente, el capitán Cortes Abril y el teniente Companys Rivera, se trasladan a la Comandancia Militar exponiendo personalmente al coronel Teódulo González Peral, la grave situación dentro del Cuartel de Asalto, y hablan de la posible ‘rebelión de los guardias de Asalto’, que ellos temen y no pueden controlar. (…).
En la Comandancia Militar se recibe a las 10:20h. un telegrama enviado por el jefe del Ejército de África al general Franco, comunicándole
la dominación de las plazas de Marruecos, que le avise la salida y que esperan sus noticias. El coronel González Peral deduce que el general Franco no ha llegado a África y que en Marruecos, no saben donde está. Este telegrama le preocupa aún más.
mientras, el teniente recibe visitas, especialmente del médico-militar Domínguez, quién le mantiene informado de las intenciones de los oficiales de Infantería, Guardia Civil y Artillería, y de que el propio coronel González Peral no ve clara la situación y habrá que esperar pero que en su momento las neutralizaciones serían levantadas, pues el Gobierno de la Nación está dando ‘leña’ y en la península hay muchos oficiales y jefes militares detenidos por ‘golpistas’. Al teniente le sugieren sus compañeros, los “neutralizados” de Infantería que, de momento, esté atento; le hacen llegar noticias de radio y de telegramas recibidos. (…)
Simultáneamente sucede… “”En Madrid el 18 de julio la sublevación aún no se ha producido. Casares actuaba aún como si fuera posible detener el golpe por medios constitucionales pero los sindicatos y partidos de izquierda no dejan de reclamarle las armas que impedirán la intentona militar de la capital. El jefe de gobierno continúa negándose a proporcionarlas.””
*Recepción del último telegrama enviado por el Gobierno.
A las 03:10 horas de la tarde el gobierno Central, de Madrid, comunica telegráficamente, lo siguiente:
“”La rebelión no ha encontrado en la península ninguna asistencia y sólo ha podido conseguir adeptos en una fracción del ejército que la República Española mantiene en Marruecos””.
Éste telegrama se recibió en la Comandancia General de Canarias y en el Gobierno Civil de Santa Cruz de Tenerife. La radio hacía eco del mismo telegrama, difundiendo la noticia por todo el territorio español.
Trascendida ésta noticia a las calles de la isla, se producen manifestaciones incontroladas en la plaza de la Constitución, en sus calles adyacentes y zonas portuarias, que las secciones militares, apostadas en lugares estratégicos, no logran encauzar. La situación se hace caótica y se encuentra desbordada. (…)
El teniente Alfonso González Campos, recibe la orden de su capitán Víctor Cortés Abril que de salga y recupere a los guardias que salieron sin permiso, y como precisa ayuda, que vaya acompañado de los pocos guardias que aún quedan en el cuartelillo.
Sobre las 10:00 horas, alternativamente, el capitán Cortes Abril y el teniente Companys Rivera, se trasladan a la Comandancia Militar exponiendo personalmente al coronel Teódulo González Peral, la grave situación dentro del Cuartel de Asalto, y hablan de la posible ‘rebelión de los guardias de Asalto’, que ellos temen y no pueden controlar. (…).
En la Comandancia Militar se recibe a las 10:20h. un telegrama enviado por el jefe del Ejército de África al general Franco, comunicándole
la dominación de las plazas de Marruecos, que le avise la salida y que esperan sus noticias. El coronel González Peral deduce que el general Franco no ha llegado a África y que en Marruecos, no saben donde está. Este telegrama le preocupa aún más.
mientras, el teniente recibe visitas, especialmente del médico-militar Domínguez, quién le mantiene informado de las intenciones de los oficiales de Infantería, Guardia Civil y Artillería, y de que el propio coronel González Peral no ve clara la situación y habrá que esperar pero que en su momento las neutralizaciones serían levantadas, pues el Gobierno de la Nación está dando ‘leña’ y en la península hay muchos oficiales y jefes militares detenidos por ‘golpistas’. Al teniente le sugieren sus compañeros, los “neutralizados” de Infantería que, de momento, esté atento; le hacen llegar noticias de radio y de telegramas recibidos. (…)
Simultáneamente sucede… “”En Madrid el 18 de julio la sublevación aún no se ha producido. Casares actuaba aún como si fuera posible detener el golpe por medios constitucionales pero los sindicatos y partidos de izquierda no dejan de reclamarle las armas que impedirán la intentona militar de la capital. El jefe de gobierno continúa negándose a proporcionarlas.””
*Recepción del último telegrama enviado por el Gobierno.
A las 03:10 horas de la tarde el gobierno Central, de Madrid, comunica telegráficamente, lo siguiente:
“”La rebelión no ha encontrado en la península ninguna asistencia y sólo ha podido conseguir adeptos en una fracción del ejército que la República Española mantiene en Marruecos””.
Éste telegrama se recibió en la Comandancia General de Canarias y en el Gobierno Civil de Santa Cruz de Tenerife. La radio hacía eco del mismo telegrama, difundiendo la noticia por todo el territorio español.
Trascendida ésta noticia a las calles de la isla, se producen manifestaciones incontroladas en la plaza de la Constitución, en sus calles adyacentes y zonas portuarias, que las secciones militares, apostadas en lugares estratégicos, no logran encauzar. La situación se hace caótica y se encuentra desbordada. (…)
El teniente Alfonso González Campos, recibe la orden de su capitán Víctor Cortés Abril que de salga y recupere a los guardias que salieron sin permiso, y como precisa ayuda, que vaya acompañado de los pocos guardias que aún quedan en el cuartelillo.