SILVESTRE FRANCISCO INFANTE NACIÓ EN TACORONTE EL 31 DE DICIEMBRE DE 1885


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Reintégrese

Don Celso González Tejera Presbítero, Cura propio  de la Parroquia de Santa Catalina Mártir, de la ciudad de Tacoronte, diócesis de Tenerife.

 

CERTIFICO: Que al folio cuarenta y tres del libro veintidós de la Sección de Bautismos del archivo parroquial de mi cargo, se halla inscripta la partida de Silvestre Francisco y en ella consta que nació el día treinta y uno de Diciembre de mil ochocientos ochenticinco en la calle del Calvario y que fue bautizado el dos de enero del siguiente año. Es hijo natural de D. Padre no conocido

Y de Dª Maria del Carmen Infante

Son sus abuelos paternos  desconocido él

Y Dª desconocida élla –  – – – – – – – – – – – – ; y los

maternos, D desconocido él

Y Dª María Infante

Todos de esta Ciudad

 

Fue su madrina Dª María Rodríguez y Rodríguez

Así resulta de la citada partida, en fe de lo cual expido la presente que firmo y sello con el de esta Parroquia. Ciudad de Tacoronte, a seis de Febrero de mil novecientos treinta y uno.

[Sello de la parroquia y firma rubricada de Celso González Pbro.]

 

Cfr.: A-TMTQ 2316-137-25.- Causa 4 de 1931.- Folio 27.

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Nacido en 31 DE DICIEMBRE DE 1885 y bautizado el 2 de enero del año siguiente.

CAUSA 4 DE 1931 POR INJURIAS A LA GUARDIA CIVIL POR MEDIO DE IMPRENTA


 

Regº al nº 2316 – Legº 137  – 25

 

Plaza de Santa Cruz de Tenerife                                     Año de 1931.

 

Capìtanía General de Canarias

JUZGADO PERMANENTE

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Causa nº 4

instruida por presunto delito de injurias por la prensa al Instituto de la Guardia Civil, contra el paisano Don Francisco S. Infante y contra José Pinto Santana y Juan José Coba Cabrera

 

Ocurrió el hecho, el de Diciembre de 1930

 

Dieron principio estas actuaciones el 7 de Enero de 1931.

Situación de los procesados

Libertad provisional folios 14 – 33 y 34.

 

JUEZ INSTRUCTOR

SECRETARIO
El Comandante de Infantería don

El Suboficial  de Infantería don

Aureliano Martínez Uribarry

Juan Parras Fernández

Otro D. Francisco Sánchez Pinto

 

Cfr.: A-TMTQ 2316-137-25.- Causa 4 de 1931.- Cubierta.

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En 29 de abril de 1931, el Fiscal JOSÉ MANUEL COLOMA ESCRIVÁ DE ROMANÍ, propondría la aplicación de los beneficios de la AMNISTÍA a los procesados, y declarar conclusa la causa.

Al día siguiente, 30 de abril de 1931, LORENZO MARTÍNEZ FUSET, actuando como AUDITOR INTERINO, dictamina que procede decretar el sobreseimiento definitivo de las actuaciones.

En 11 de mayo de 1931, el general ÁNGEL RODRÍGUEZ DEL BARRIO, de acuerdo con anterior dictamen, concede los beneficios de la amnistía a los procesado, firmando el sobreseimiento definitivo.

La mencionada AMNISTÍA había sido decretada por la Presidencia del Gobierno Provisional de la República, el mismo 14 de abril de 1931, mediante decreto publicado en la página 195 del número 105 de la Gaceta de Madrid de fecha 15 de abril de 1931.

 

 

 

 

 

 

 

CAPITANES GENERALES DE CANARIAS


 

El cargo de Capitán General de Canarias fue creado en 1589, siendo designado para desempeñar dicho puesto supremo, el general LUIS DE LA CUEVA Y BENAVIDES, quien fijó su residencia en la ciudad de LAS PALMAS, en la isla de GRAN CANARIA.

La CAPITANÍA GENERAL DE CANARIAS estuvo en GRAN CANARIA más de medio siglo (66 años).

En 1656, sin haber recibido licencia real para el traslado de isla, el Capitán General ALONSO DÁVILA decidió trasladarse a TENERIFE, isla en la cual quedaría finalmente fijada la residencia del Capitán General de Canarias, hasta hoy.

En 1661, sería JERÓNIMO DE BENAVENTE, el primer capitán general que realmente recibió licencia para residir «en la isla que tuviese por más conveniente», decidiendo residir en el edificio conocido como Casa de los Capitanes en la ciudad de LA LAGUNA de TENERIFE.

En 1723, el capitán general LORENZO FERNÁNDEZ DE VILLAVICENCIO, se aposentó en el CASTILLO DE SAN CRISTÓBAL, en Santa Cruz de Tenerife, de donde no se le pudo desalojar hasta 1734.

Hubo una sede de la Capitanía General en la calle de La Marina número 13, en cuyo solar existe hoy un edificio de factura relativamente reciente, donde figura la oficina principal del Banco Atlántico en Tenerife.

El General ANTONIO GUTIÉRREZ, que el 25 de julio de 1797 encabezaba a los tinerfeños que derrotaron a las tropas inglesas desembarcadas por el Almirante HORACIO NELSON, residió en una casa sita en la esquina de las calles San Francisco y San José.

También fue sede de la Capitanía general un emblemático edificio de Santa Cruz, en la parte alta de la conocida entonces como PLAZA DE LA PILA, que hoy conocemos como PLAZA DE LA CANDELARIA, en el solar donde estuvo la casa Foronda, que luego sería Hotel Panasco, y más tarde Droguería Espinosa, que, finalmente, hoy es el edificio singular del Banco de Santander.

En 1853, fue alquilado para residencia del Capitán General, el PALACIO DE CARTA, la casa que ha sido oficina de Banesto, conservando el número 8 en la misma Plaza, que en aquella fecha era conocida como Plaza de la Constitución.

El último Capitán General residente en el Palacio de Carta fue el General AURELIANO WEYLER Y NICOLAU, quien en 31 de marzo de 1881 se trasladaría inaugurándolo, al nuevo edificio de Capitanía General, sito frente al terreno conocido como Campo Militar, y luego Plaza del Hospital.

Esta plaza sería solicitada el 28 de agosto de 1880 por el Ayuntamiento, ofreciendo en permuta, unos terrenos y casas de propiedad municipal, «situados a la espalda del nuevo edificio de la Capitanía General».

Hoy esta plaza del HOSPITAL lleva el nombre del general WEYLER.

Después del General AURELIANO WEYLER Y NICOLAU, Duque de Rubí y Marqués de Tenerife, se sucedieron en el mando de la Capitanía General de Canarias, treinta y dos tenientes generales, de los cuales dos fueron de origen canario:

IGNACIO PÉREZ GALDÓS, nacido en Las Palmas, y JOSÉ MARCH GARCÍA, nacido en La Laguna.

Con el devenir del tiempo, el PALACIO DE CARTA sería sede del GOBIERNO CIVIL.

La PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN llegaría ser conocida como PLAZA DE LA REPÚBLICA, durante el efímero periodo republicano del gobierno emanado de las urnas, denominado del FRENTE POPULAR.

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/12/04/plaza-de-la-republica-en-1936/

 

En la madrugada del 17 al 18 de julio de 1936, alboreando el sol, el edificio sede del Gobierno Civil, sería ocupado por los militares sublevados contra el legítimo Gobierno Republicano de España.

En la tarde del mismo 18 de julio de 1936, se produciría el tiroteo, que ocasionaría las dos primeras bajas humanas de la Guerra Civil en Tenerife.

La primera víctima fue el Cabo de la Guardia de Asalto Don FRANCISCO MUÑOZ SERRANO, por el bando legítimo y legal del Gobierno de la República.

La segunda sería el soldado lagunero SANTIAGO CUADRADO SUÁREZ, por el bando rebelde.


LA SEGUNDA REPÚBLICA

Tras la pérdida en 1898 de las últimas colonias ultramarinas de América, los gobiernos que se sucedieron en España, fueron incapaces e incompetentes para reestructurar y dotar convenientemente al Ejército Español.

A finales de la primera década del siglo XX, la mitad del presupuesto militar se iba en el pago de los salarios, que en su mayor cuantía era para el enorme número de oficiales.

Una estadística de 1909, muestra que en este año, la relación entre oficialidad y tropa era de UN oficial por cada CUATRO soldados en filas. La plantilla de generales en activo era de SESENTA.

Por aquellas fechas, el Imperio Británico, cuyo ejército triplicaba el número de efectivos al español, solamente disponía de 34 generales en activo.

Este cuantioso gasto en personal mermaba considerablemente los recursos que debían haber sido destinados a la modernización del armamento, las infraestructuras y el entrenamiento, conducentes a la disposición de un buen ejército.

La población española en aquellas fechas no había alcanzado aún la cota de los 20 millones.

En 1912 había sido establecido el servicio militar obligatorio, que pretendiendo alistar a todos los mozos, sin embargo, podía ser eludido mediante pago monetario.

Así, casi una cuarta parte de los afectados, no se incorporaría a filas, al disponer de dinero para pagar alguna forma de exención.

Por tanto, los soldados reclutados forzosamente fueron los pobres campesinos y obreros, mayoritariamente analfabetos, carentes de toda formación.

 

El 14 de abril de 1931 es proclamada la SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA.

El Académico y Catedrático, Profesor  JOSÉ ÁNGEL SÁNCHEZ ASIAIN, autor de la obra «LA FINANCIACIÓN DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA» (Editorial Crítica,. 2014), ganadora del Premio Nacional de Historia de España, afirma:

LA REACCION CONTRA LA REPUBLICA COMENZO EN FECHA TAN TEMPRANA COMO EL 14 DE ABRIL DE 1931, DÍA EN EL QUE SE CONSTITUYÓ, Y EN EL QUE UN GRUPO DE PERSONAJES SIGNIFICATIVOS SE PROPUSO DERROCARLA «POR TODOS LOS MEDIOS». Y FUE, INMEDIATAMENTE A PARTIR DE ESE MOMENTO, CUANDO SE DEFINIERON LAS FORMULAS PARA RECAUDAR LOS RECURSOS NECESARIOS QUE EXIGÍA UNA FUTURA SUBLEVACIÓN.

 

Una semana después el gobierno provisional republicano puso en marcha una Comisión de Responsabilidades, para dictaminar sobre las actuaciones de los más conspicuos colaboradores del régimen derrocado.

Algunos análisis históricos de estas actuaciones republicanas llevan a pensar que ello constituyó un error grave de la acción republicana, pues entre otras consecuencias produjo la inquina de muchos militares africanistas.

La cuestión se enconó más cuando fueron ejecutadas las drásticas reformas militares decretadas por el ministro MANUEL AZAÑA DÍAZ, quien sería acusado de pretender «triturar el Ejército».

Desde los primeros meses del incipiente gobierno republicano, circulaban fundados rumores de conspiraciones monárquicas contra la República, en las que estaban implicados destacados militares.

Casi la mitad del presupuesto nacional del Estado era consumido por el Ejército, mayoritariamente gastado en el pago de los emolumentos de la enorme plantilla militar.

Tan cuantioso gasto en personal mermaba considerablemente los recursos que debían haber sido destinados a la modernización del armamento, las infraestructuras y el entrenamiento, conducentes a la disposición de un buen ejército.

Ante semejante situación ruinosa para el país y para el propio Ejército Español, era esperable que una de las preocupaciones del gobierno provisional de la República fue procurar su reducción, y de paso, disminuir la influencia y presencia militar en el ámbito político.

 

En la Gaceta de Madrid núm. 11 de fecha 21 de abril de 1931, leemos en el decreto de fecha 18 de abril de 1931, que cesa en el cargo de Capitán General de Canarias, el Teniente general JOSÉ RODRÍGUEZ CASADEMUNT.

En la misma página de la citada Gaceta se publica otro decreto de la misma fecha por el cual se nombra Capitán general de Canarias, al General de división ÁNGEL RODRÍGUEZ DEL BARRIO, que hasta aquel momento era gobernador Militar de Tenerife.

Ambos generales serían, respectivamente, el último Capitán General de Canarias durante la Monarquía Alfonsina, y el único, primero y último, Capitán General de Canarias de la Segunda República Española.

SUBOFICIAL CÁNDIDO GARCÍA SAN JUAN A PRÁCTICAS DE ALFÉREZ


[Oficio con membrete del Gobierno Militar de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife, encabezado por el escudo de la monarquía alfonsina.]

 

Sección 1ª

 

Santa Cruz de Tenerife 3 de Octubre de 1.929.

 

El Teniente Comandante de la Sección de tropas de Intendencia de esta plaza, con fecha 1º del actual me da cuenta de que en dicho dia verifico su incorporación para prácticas de Alferez, el suboficial de complemento de dicha unidad Don Cándido Garcia San Juan

Lo participo a V.E. para su debido conocimiento.

El General Gobernador

Angel R del Barrio

[Firma rubricada del General ÁNGEL RODRÍGUEZ DEL BARRIO.]

[Al pìe]

Excmo. Señor. Capitan General de esta Región.

COMANDANTES MILITARES DE LA SEGUNDA REPÚBLICA


El martes 14 de abril de 1931 es proclamada la Segunda República Española.

Al atardecer de este mismo día 14 de abril de 1931, empezó la conspiración monárquica reaccionaria, para acabar con el nuevo régimen democrático republicano.

Así lo ha aseverado el eminente catedrático JOSÉ ÁNGEL SÁNCHEZ ASIAÍN (de la Real Academia de la Historia), ex – presidente del Banco Bilbao.

Una semana después el gobierno provisional republicano puso en marcha una Comisión de Responsabilidades, para dictaminar sobre las actuaciones de los más conspicuos colaboradores del régimen derrocado.

Algunos análisis históricos de estas actuaciones republicanas llevan a pensar que ello constituyó un error grave de la acción republicana, pues entre otras consecuencias produjo la inquina de muchos militares africanistas.

La cuestión se enconó más cuando fueron ejecutadas las drásticas reformas militares decretadas por el ministro MANUEL AZAÑA DÍAZ, quien sería acusado de pretender «triturar el Ejército».

Desde los primeros días del incipiente gobierno republicano, circulaban fundados rumores de conspiraciones monárquicas contra la República, en las que estaban implicados destacados militares.

Como casi la mitad del presupuesto nacional del Estado era consumido por el Ejército, absorbido mayormente en el pago de los emolumentos de la enorme plantilla militar, la situación era insostenible.

Este cuantioso gasto en personal, había que incrementarlo con los dedicados a remunerar a los funcionarios.

Funcionarios entre los cuales había muchos paniaguados y ejercientes de pluriempleo,

Todo ello amargo fruto de unas ancestrales políticas de clientelismo.

Esta considerable merma de recursos estatales, impedía la realización de políticas sociales, y la creación de las infraestructuras necesarias para el desarrollo del país.

En la Gaceta de Madrid núm. 11 de fecha 21 de abril de 1931, leemos en el decreto de fecha 18 de abril de 1931, que cesa en el cargo de Capitán General de Canarias, el Teniente general JOSÉ RODRÍGUEZ CASADEMUNT.

En la misma página de la citada Gaceta se publica otro decreto de la misma fecha por el cual se nombra Capitán general de Canarias, al General de división ÁNGEL RODRÍGUEZ DEL BARRIO, que hasta ese momento era gobernador Militar de Tenerife.

Ambos generales serían, respectivamente, el último Capitán General de Canarias durante la Monarquía Alfonsina, y el único, primero y último, Capitán General de Canarias de la Segunda República Española.

REYERTA ENTRE SARGENTO EDUARDO ROSSI Y PAISANO AQUILINO STUARDO


  Regtº al Nº 2314.- Legº 137 nº 23

 

 

Plaza de Santa Cruz de Tenerife                   Año de 19 31

 

Capitanía General de Canarias

 

 JUZGADO PERMANENTE

Diligencias previas

 

instruidas con motivo de reyerta sostenida entre el sargento de Infantería Eduardo Rossi Rivera y el paisano Aquilino Estuardo, resultando ambos lesionados.

 

 

 

Ocurrió el hecho, el 8  de  Febrero  de 19 31

Dieron principio estas actuaciones el 10 de  Febrero  de 19 31

 

JUEZ INSTRUCTOR

SECRETARIO

El Comandante  de Infantería don

El Suboficial de Infantería don

Aureliano Martinez Uribarry

Juan Parras Fernández

 

Cfr. ATMTQ 2314–137–23.- Cubierta.

 

ETIQUETAS

AURELIANO MARTINEZ URIBARRY, JUAN PARRAS FERNÁNDEZ, EDUARDO ROSSI RIVERA, AQUILINO ESTUARDO

JULIO FUENTES SERRANO INSTA EL GENERALATO HONORÍFICO



Instancia sobre papel timbrado A 129241 con póliza impresa de 1ª clase de 1,50 pesetas.

Excmo. Señor:

Don Julio Fuentes Serrano, Coronel de Artillería retirado por circular del Ministerio de la Guerra, de 19 de Junio de 1931 (D.O. nº 135) a V. E, con todo respeto expone:

Que creyendose comprendido en la Ley de la Jefatura del Estado de 17 de noviembre del corriente año, referente al empleo honorífico de General de Brigada, por haber prestado servicios de servicios de carácter extraordinario, al Glorioso Movimiento Nacional; eleva a su Autoridad presente instancia, detallando los prestados desde el principio del Movimiento hasta el presente, que son los siguientes:

El 18 de julio de 1936, se presente en la Comandancia General ofreciendo cumplir el cometido que se le en-gara, siendo uno de los cinco coroneles que afrontaron la situación y habiendosele encargado del Gobierno Civil de esta Provincia, tomó posesión de él inmediatamente; sufriendo unas horas más tarde un ataque el edificio por una Compañía de Guardias de Asalto y un centenar de paisanos que fueron rechazados por las fuerzas del Ejército que acudieron prontamente, con la baja de un soldado por nuestra parte y la de un Cabo de Asalto de los asaltantes y varios heridos de los paisanos. Las agresiones sueltas durante la noche duraron más de un mes hasta que dominada la situación cesaron en absoluto.

En el mes de enero fué confirmado por el Gobierno Nacional en el cargo de Gobernador Civil, resultando ser el más antiguo de la España Nacional, por haber comenzando el Movimiento Nacional en esta Provincia y haber sido nombrado por mis compañeros desde el primer momento.

El 4 de agosto de 1937, hizo entrega del Gobierno Civil a su sucesor, ordenandole el Gobierno continuar en el cargo hasta la llegada de su relevo, que fue el citado día; durando su actuación trece meses.

En el mes de noviembre del mismo año, fué nombrado Presidente de la Comisión Ordenadora de la Exportación del Plátano, en disolución, y actualmente de la Presidencia de la Comisión de Reincorporación a sus destinos de los combatientes en representación del Excmo. Señor General Gobernador Militar.

Servicios que elevo a le consideración de V.E. por si los creyera suficientes para estar comprendido en la citada Ley de la Jefatura del Estado y proponer para el empleo honorífico de General de Brigada a la Junta Superior del Ejército.

Por Dios, por España y por el Glorioso Movimiento Nacional.

Santa Cruz de Tenerife a 5 de diciembre de 1938, III año triunfal.

Julio Fuentes Serrano

[Firma rubricada]

[Al pie]

Excmo. Sr. Comandante General de Canarias.

* * * * * * * * * *

A pesar de las falacias expuestas por JULIO FUENTES SERRANO en su instancia, ésta es enviada al Ministerio del Ejército en Madrid, acompañada por este informe de la Comandancia General de Canarias:

Excmo. Señor

En cumplimiento de lo dispuesto por Ley de 17 de Noviembre último (B.O. nº. 147) adjunto remito a V.E. propuesta de ascenso a General de Brigada honorario, formulada a favor del Coronel de Artillería retirado DON JULIO FUENTES SERRANO, por considerar a dicho Jefe comprendido en los preceptos de la citada Ley, ya que desde el inicio del Glorioso Movimiento Nacional se ofreció incondicionalmente a favor del mismo, siendo nombrado el mismo día Gobernador Civil de esta Provincia y en circunstancias en que el Edificio del Gobierno custodiado por fuerzas del Ejército era objeto de agresiones por parte de fuerzas de Asalto y de paisanos. Estuvo desempeñando el referido cargo durante 13 meses, siendo nombrado luego Presidente de la Comisión Ordenadora de la Exportación del Plátano (hoy disuelta) y actualmente ejerce la Presidencia de la Comisión de Reincorporación al trabajo de los Combatientes, en representación del Gobernador Militar de esta Plaza.

En todos cuantos cometidos fueron asignados a este Jefe, se distinguió notablemente por su acendrado patriotismo competencia y aciertos, demostrando a la vez un gran espiritu militar y capacidad de trabajo, no obstante su edad de 66 años.

Dios guarde a V.E. muchos años.

Santa Cruz de Tenerife 12 de Enero de 1939 – III Año Triunfal.

 [Al pie]

Excmo. Sr. General Subsecretario del Ejército.

BURGOS.

 * * * * *

[Escudo Nacional del Águila Imperial aferrando el Yugo y las Flechas]

MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL

SUBSECRETARIA DEL EJÉRCITO

TELEGRAMA POSTAL

A/Q.

Secrª. Gral.

Burgos 13 Marzo 1939

Al Comandante General de Canarias

SANTA CRUZ DE TENERIFE

S.E. el Generalísimo en escrito de fecha 11 de éste mes me dice lo siguiente:

«En sesión celebrada por la Junta Superior del Ejército el día 23 del pasado, se acordó proponer quede vista la propuesta formulada a favor del Coronel de Artillería retirado DON JULIO FUENTES SERRANO, para su ascenso al empleo de General de Brigada honorario, cursada por V.E. con escrito nº 3232 de 31 de enero último. Y habiendo resuelto S.E. el Generalísimo de conformidad con lo propuesto lo participo a V.E. para conocimiento”. Lo que comunico a V.E. para su conocimiento y efectos consecuente a su escrito de fecha 12 de enero último.

TRANSMITASE,

De orden de S.E.

El Coronel Segundo Jefe

* * * * * * * * * *

Cfr. Archivo Intermedio Militar de Canarias.

APUNTE BIOGRÁFICO DE JULIO FUENTES SERRANO

En el informe favorable para su ascenso a general honorífico, de la Comandancia General de Canarias, datado el 12 de enero de 1939, se dice que JULIO FUENTES SERRANO tenía 66 años. Esto era cierto en esta fecha, pero no cuando este Coronel en la Reserva se adhirió al Alzamiento Militar de julio de 1936, ya que en este mes estaba a punto de cumplir los sesenta y cuatro, por haber nacido el día veinticuatro de julio de mil ochocientos setenta y dos, en Santa Cruz de Tenerife, provincia de Canarias, siendo hijo de Carmen Serrano y Cosme Fuentes Méndez, capitán de Infantería.

JULIO FUENTES SERRANO había iniciado su carrera militar ingresando como soldado voluntario de Infantería en 1º de julio de 1890, encuadrado en el Batallón de Cazadores de Tenerife nº 21.

En 1º de enero de 1891 fue ascendido a Cabo por elección, y seis meses después, en 18 de julio de este mismo año 1891, a Sargento.

Al año siguiente, en 1º de septiembre de 1892 ingresó como alumno en la Academia General Militar, donde cambiaría de arma.

El 17 de julio de 1893 es ascendido a Alférez Alumno de Artillería, obteniendo su despacho de Segundo Teniente de Artillería en 25 de noviembre de 1895, siendo destinado al 8º Regimiento Montado, donde permanece hasta fin de enero de 1897, viniendo al Batallón de Artillería de Plaza de Canarias. Está aquí hasta fin de diciembre de 1901. Tras una estancia de un mes en el Batallón de Artillería de Plaza de Mallorca, vuelve a Canarias, estando en nuestras islas hasta fin de enero de 1918. Mientras tanto, en 25 de noviembre de 1895 había sido ascendido a Primer Teniente de Artillería por promoción, desempeñando este empleo durante casi nueve años, ya que hasta el 31 de agosto de 1905 no ascendería Capitán por antigüedad. De capitán de artillería sigue en diversas unidades artilleras de Canarias.

Por R.O. de 5 de mayo de 1911 se le concedió licencia para contraer matrimonio con MARÍA TERESA CULLEN OSSUNA, habiéndosele expedido en 18 de agosto de este año 1911, el certificado de soltería preceptivo para tal menester. El matrimonio canónico tuvo lugar el 4 de septiembre de 1911.

El Capitán JULIO FUENTES SERRANO tardaría doce años en ascender a Comandante, grado que adquirió por antigüedad en 30 de noviembre de 1917.

De Comandante, sigue en las Tropas de Artillería de la Comandancia de Tenerife hasta fin de diciembre de 1918. Declarado excedente en Canarias, a fines de de enero de 1918 abandona las Islas para ir a la Comandancia de Artillería de Algeciras, donde apenas estuvo seis meses, desempeñando luego diversos destinos en otras unidades de Península, hasta finales de agosto de 1922

Tras haber prestado servicio de Ayudante de Campo del General de División Pio López Pozas, con quien está hasta fines de noviembre de 1923, ascendido a Teniente Coronel, por antigüedad, en 11 de enero de 1924, retorna a Canarias, quedando disponible.

Tras su pronunciamiento en Barcelona, el General Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, instaura su Dictadura, en connivencia con el rey Alfonso XIII, vulnerando la Constitución vigente.

JULIO FUENTES SERRANO es nombrado Delegado Gubernativo en La Laguna (Tenerife), desempeñando este puesto político hasta fin de abril de 1925, quedando, luego excedente en Canarias, hasta fin de noviembre de 1926.

Y, finalmente, llegaría a Coronel, el 8 de enero de 1931, también por antigüedad, ejerciendo el mando del Regimiento de Artillería de Tenerife, hasta fin de febrero de 1931.

Proclamada la República el 14 de abril de 1931, el Coronel JULIO FUENTES SERRANO firmó la promesa de fidelidad a la República, estando disponible en la 1ª Región, hasta fin de mayo de 1931.

Por Orden de 19 de junio de 1931 (D.O. nº 135) se le concede el retiro para Santa Cruz de Tenerife, con arreglo a los preceptos del decreto de 25 de abril (D.O. nº 94) y demás disposiciones complementarias, causando baja en el Ejército a finales del mes de junio de 1931.

En su hoja de Servicios, dentro de la 5ª subdivisión, figuran estas

Notas de concepto del Cuerpo

Valor Se le supone
Aplicación Mucha
Capacidad Mucha
Conducta Buena
Puntualidad en el servicio Mucha
Salud Buena
Estado Casado
Estatura Un metro 676 milímetros
En ordenanzas Mucho
En Táctica Bueno
En procedimientos militares Mucho
En Detall y contabilidad Mucho
En teoría y práctica de tiro Mucho
En arte militar Mucho

Cfr.: Archivo General Militar de Segovia.- Sección 1ª Legajo F1967.

* * * * * * * * *

El citado decreto de 25 de abril de 1931, firmado por el Ministro de la Guerra MANUEL AZAÑA, había sido publicado el lunes 27 abril de 1931, en las páginas 349 y 350 del número 117 de la Gaceta de Madrid.

En el preámbulo de este Decreto de Azaña, se decía:

Figuran en las escalas retribuidas del Ejército (exceptuada la de la segunda reserva de Generales), según el Anuario Militar del presente año 258 Generales y 21.996 Jefes, Oficiales y asimilados.

[Como la tropa alistada era de 115.930 soldados, y los generales en activo eran 163, una simple división nos conduce a este resultado:

Había un general por cada 711 soldados y apenas 6 soldados por cada oficial.

Considerando la cifra absoluta de mandos, resultaba más deprimente el cociente:

Un general por cada 449 soldados, y un mando por cada cinco soldados].

En ese Decreto, que no Ley, de Azaña, se permitía el pase a la segunda reserva o situación de retirado, con el mismo sueldo que disfrutaban en su empleo de la escala activa, a todos los Oficiales que lo solicitaran.

Al día siguiente, martes 28 de abril de 1931, es publicado el Decreto de la Presidencia de la República, por el cual se adoptó como bandera nacional la formada por tres bandas horizontales de igual ancho, siendo roja la superior, amarilla la central y morada oscura la inferior. En el centro de la banda amarilla figurará el escudo de España, adoptándose como tal el que figura en el reverso de las monedas de cinco pesetas acuñadas por el Gobierno provisional en 1869 y 1870.

En un decreto posterior, datado el 18 de mayo de 1931, publicado en la Gaceta de Madrid núm. 139 del día siguiente, fue derogado el Real Decreto de 26 de julio de 1926, que había implantado el ascenso por elección, contraviniendo la base novena que establecía el principio de rigurosa antigüedad para el ascenso hasta Coronel inclusive.

Esta derogación implicaba la revisión de ascensos obtenidos arbitrariamente durante la Monarquía. Sin embargo su trascendencia fue muy limitada. Afectaría apenas a medio millar de militares. Y el resultado final no se conocería hasta el 28 de enero de 1933.

No se produjeron las esperadas reducciones de grados. Y dejó descontentos hasta a muchos de aquellos militares legitimistas, que reivindicaban el total resarcimiento del agravio sufrido por el abandono del principio de rigurosa antigüedad.

El 26 de mayo de 1931, en el número 146 de la Gaceta de Madrid, el Ministerio de la Guerra dirigido por Manuel Azaña, publica el Decreto de reorganización del Ejército.

En el texto del mismo figuran párrafos lapidarios como éstos.

El problema es de tal monta que, sin resolverlo pronto y bien, no se adelantaría un paso en la renovación del ejército. Las unidades existentes son, por su número, excesivas; por su contenido, débiles; por su costo, si hubieran de mantenerse en un punto de regular eficacia, honrosísimas. Es inevitable deshacer la organización actual y fundar sobre terreno más firme. Ligada esta cuestión con la del exceso de personal, constituyen una sola y misma dificultad, como que provienen de los mismos errores.

En cuanto al efecto inmediato de la reforma en el Presupuesto, debe notarse que al pasar de diez y seis a ocho las divisiones existentes, se suprimen treinta y siete regimientos de infantería, cuatro batallones de montaña, nueve batallones de cazadores, diez y siete regimientos de caballería, un regimiento de ferrocarriles y dos batallones de ingenieros.

El presupuesto de la guerra se descargará de una suma […] que puede calcularse no ha de ser inferior a 200 millones de pesetas.

El 17 de junio de 1931, en el número 168 de la Gaceta de Madrid, el Ministerio de la Guerra continúa profundizando en la reorganización del Ejército, llevando adelante la aplicación de la nueva organización divisionaria a la demarcación territorial.

Comienza en la página 1433, un primer decreto, en cuyo preámbulo se afirma:

En su misma existencia y en el trazado que las deslinda, las ocho Regiones militares de la Península, ampliadas por razones de prestigio con las Capitanías generales de Baleares y Canarias, respondían en parte, a un pensamiento organizador de la defensa ya anticuado, y en parte no pequeña a motivos de orden histórico y político.  […] o se ceñía la Región a los límites de los antiguos reinos y provincias de España. En cada Región un Capitán general conservaba cierta sombra de los Virreyes, como se usaron en tierras coloniales, y siendo la única Autoridad que, a diferencia de los funcionarios gubernativos civiles, ejercía un mando interprovincial, el área de su jurisdicción y lo excepcional de su fuero

Entrando en el articulado de este decreto inicial, en su primer artículo se dice:

Quedan suprimidas las ocho regiones militares que abarcan el territorio peninsular y los dos Distritos insulares de Baleares y Canarias].

En el artículo 2º se suprime el cargo de Capitán general de Región.

En la página siguiente, 1434, dentro del artículo 6º se declara suprimido el cargo de Gobernador militar, estableciendo que el General o Jefe de mayor categoría de los que residan en una plaza, asumirá el mando de ella, con la denominación de Comandante militar y su oficina de mando se llamará Comandancia militar.

Quedando exceptuadas de esta disposición las plaza de Madrid y las plazas marítimas de Cádiz, Ferrol y Cartagena.

Cada uno de los archipiélagos de Baleares y Canarias constituirán una Comandancia militar, desempeñada por un General de división, que residirá con sus órganos de mando en Palma de Mallorca y Santa Cruz de Tenerife, respectivamente.

A continuación del anterior decreto, en la página 1435 se publica otro mediante el cual queda suprimida la dignidad de Capitán general del Ejército, y la categoría de Teniente General, declarando que la categoría más elevada en el Estado Mayor General será la de General de división.

Inmediatamente, en las páginas siguientes de dicho número 168 de la Gaceta de Madrid de fecha 17 de junio de 1931, son publicados los decretos de cese de todos los Capitanes Generales, entre los cuales figura el de Canarias, ÁNGEL RODRÍGUEZ DEL BARRIO, que aparece en la página 1439.

En el libro ASALTO A LA REPÚBLICA, que contiene las Memorias de NICETO ALCALÁ- ZAMORA y TORRES correspondientes al lapso histórico enero-abril 1936, editado por ESFERA DE LOS LIBROS en 2011, hay una nota 79 al pie de la página 181, sobre el general ÁNGEL RODRÍGUEZ DEL BARRIO, de quien se dice que siendo Inspector general del Ejército en febrero de 1936, se convirtió en uno de los dirigentes que intervinieron en los preparativos del alzamiento. Un cáncer de estómago le impidió participar, muriendo en 1936.

Toda la expuesta profusa legislación republicana, modernizadora de los Ejércitos de España, tan benéfica para el erario público, sería derogada por los sublevados que desencadenaron la última Guerra Civil Española.

LOS DECRETOS DE AZAÑA


El coronel JJ Arencibia en la página 135 de su libro Canarias y los militares, ha dejado escrito:

Con la llamada «Ley de Azaña» los cuadros de mando del Ejército fueron drásticamente reducidos. De los 20.576 generales, jefes y oficiales que había en toda España y que figuraban en los anuarios de 1931, quedaron sólo 12.408 en la misma fecha del año siguiente.

* * * * * * * * *

En realidad, esa llamada «Ley de Azaña» era un conjunto de Decretos, el primero de los cuales fue publicado el lunes 27 abril de 1931, en las páginas 349 y 350 del número 117 de la Gaceta de Madrid.

En el preámbulo de este primer Decreto de Azaña, se decía:

Figuran en las escalas retribuidas del Ejército (exceptuada la de la segunda reserva de Generales), según el Anuario Militar del presente año 258 Generales y 21.996 Jefes, Oficiales y asimilados.

[Como la tropa alistada era de 115.930 soldados, y los generales en activo eran 163, una simple división nos conduce a este resultado: Había un general por cada 711 soldados y apenas 6 soldados por cada oficial.

Considerando la cifra absoluta de mandos, resultaba más deprimente el cociente: un general por cada 449 soldados, y un mando por cada cinco soldados].

En ese Decreto, que no Ley, de Azaña, se permitía el pase a la segunda reserva o situación de retirado, con el mismo sueldo que disfrutaban en su empleo de la escala activa, a todos los Oficiales que lo solicitaran.

Al día siguiente, martes 28 de abril de 1931, es publicado el Decreto de la Presidencia de la República, por el cual se adoptó como bandera nacional formada por tres bandas horizontales de tres bandas horizontales de igual ancho, siendo roja la superior, amarilla la central y morada oscura la inferior. En el centro de la banda amarilla figurará el escudo de España, adoptándose como tal el que figura en el reverso de las monedas de cinco pesetas acuñadas por el Gobierno provisional en 1869 y 1870.

En un decreto posterior, datado el 18 de mayo de 1931, publicado en la Gaceta de Madrid núm. 139 del día siguiente, fue derogado el Real Decreto de 26 de julio de 1926, que había implantado el ascenso por elección, contraviniendo la base novena que establecía el principio de rigurosa antigüedad para el ascenso hasta Coronel inclusive.

Esta derogación implicaba la revisión de ascensos obtenidos arbitrariamente durante la Monarquía. Sin embargo su trascendencia fue muy limitada. Afectaría apenas a medio millar de militares. Y el resultado final no se conocería hasta el 28 de enero de 1933.

No se produjeron las esperadas reducciones de grados. Y dejó descontentos hasta a muchos de aquellos militares legitimistas, que reivindicaban el total resarcimiento del agravio sufrido por el abandono del principio de rigurosa antigüedad.

El 26 de mayo de 1931, en el número 146 de la Gaceta de Madrid, el Ministerio de la Guerra dirigido por Manuel Azaña, publica el Decreto de reorganización del Ejército.

En el texto del mismo figuran párrafos lapidarios como éstos.

El problema es de tal monta que, sin resolverlo pronto y bien, no se adelantaría un paso en la renovación del ejército. Las unidades existentes son, por su número, excesivas; por su contenido, débiles; por su costo, si hubieran de mantenerse en un punto de regular eficacia, honrosísimas. Es inevitable deshacer la organización actual y fundar sobre terreno más firme. Ligada esta cuestión con la del exceso de personal, constituyen una sola y misma dificultad, como que provienen de los mismos errores.

En cuanto al efecto inmediato de la reforma en el Presupuesto, debe notarse que al pasar de diez y seis a ocho las divisiones existentes, se suprimen treinta y siete regimientos de infantería, cuatro batallones de montaña, nueve batallones de cazadores, diez y siete regimientos de caballería, un regimiento de ferrocarriles y dos batallones de ingenieros.

El presupuesto de la guerra se descargará de una suma […] que puede calcularse no ha de ser inferior a 200 millones de pesetas.

El 17 de junio de 1931, en el número 168 de la Gaceta de Madrid, el Ministerio de la Guerra continúa profundizando en la reorganización del Ejército, llevando adelante la aplicación de la nueva organización divisionaria a la demarcación territorial.

Comienza en la página 1433, un primer decreto, en cuyo preámbulo se afirma:

En su misma existencia y en el trazado que las deslinda, las ocho Regiones militares de la Península, ampliadas por razones de prestigio con las Capitanías generales de Baleares y Canarias, respondían en parte, a un pensamiento organizador de la defensa ya anticuado, y en parte no pequeña a motivos de orden histórico y político.  […] o se ceñía la Región a los límites de los antiguos reinos y provincias de España. En cada Región un Capitán general conservaba cierta sombra de los Virreyes, como se usaron en tierras coloniales, y siendo la única Autoridad que, a diferencia de los funcionarios gubernativos civiles, ejercía un mando interprovincial, el área de su jurisdicción y lo excepcional de su fuero

Entrando en el articulado de este decreto inicial, en su primer artículo se dice:

Quedan suprimidas las ocho regiones militares que abarcan el territorio peninsular y los dos Distritos insulares de Baleares y Canarias].

En el artículo 2º se suprime el cargo de Capitán general de Región.

 

En la página siguiente, 1434, dentro del artículo 6º se declara suprimido el cargo de Gobernador militar, estableciendo que el General o Jefe de mayor categoría de los que residan en una plaza, asumirá el mando de ella, con la denominación de Comandante militar y su oficina de mando se llamará Comandancia militar.

Quedando exceptuadas de esta disposición las plaza de Madrid y las plazas marítimas de Cádiz, Ferrol y Cartagena.

Cada uno de los archipiélagos de Baleares y Canarias constituirán una Comandancia militar, desempeñada por un General de división, que residirá con sus órganos de mando en Palma de Mallorca y Santa Cruz de Tenerife, respectivamente.

A continuación del anterior decreto, en la página 1435 se publica otro mediante el cual queda suprimida la dignidad de Capitán general del Ejército, y la categoría de Teniente General, declarando que la categoría más elevada en el Estado Mayor General será la de General de división.

Inmediatamente, en las páginas siguientes de dicho número 168 de la Gaceta de Madrid de fecha 17 de junio de 1931, son publicados los decretos de cese de todos los Capitanes Generales, entre los cuales figura el de Canarias, ÁNGEL RODRÍGUEZ DEL BARRIO, que aparece en la página 1439.

 

Toda esta profusa legislación republicana, modernizadora de los Ejércitos de España, tan benéfica para el erario público, sería derogada por los sublevados que desencadenaron la última Guerra Civil Española.

Los ganadores de esta guerra implantaron una feroz dictadura, durante la cual fueron violados los Derechos Humanos de modo inmisericorde.

CAPITÁN MIGUEL FRANCO SALGADO


 Miguel Franco Salgado, Capitán de Infantería  del Batallón Expedicionario de Las Palmas número 66, había fallecido en acción de guerra el 8 de noviembre de1924, a consecuencia de heridas de arma de fuego recibidas en el Zoco Arbaa (Marruecos).

El Capitán Miguel Franco Salgado, de 34 años de edad, era natural de Ferrol, provincia de Coruña, siendo hijo de Hermenegildo y de Candelaria.

La inscripción del óbito se realizó el 26 de febrero de 1925, más de tres meses después de ocurrido.

Así figura certificado en el folio 18 de un expediente de 1927 instruido por el Juzgado Permanente de la Plaza de Las Palmas.

Expediente de solvencia o insolvencia por débito al Regimiento Infantería nº 66, del Capitán (fallecido) DON MIGUEL FRANCO SALGADO, dimanante del Expediente Administrativo que se instruye para resarcimiento al Estado del valor del utensilio extraviado en dicho Cuerpo de Infantería.

Las actuaciones en este expediente dieron principio el 19 de Agosto de1927.

En los folios 6 y 10 se lee que su viuda era Rosario Morales.

El nombre completo de la mencionada viuda de Miguel Franco Salgado, era Rosario Morales y Manrique de Lara, cuya mano había sido solicitada a su tutor Francisco del Castillo, por el coronel del Regimiento de Las Palmas Santiago Cúllen y Verdugo, para el teniente de Artillería Miguel Franco Salgado, en 1918, tal como lo cuenta el periódico tinerfeño LA PRENSA, en los Ecos de Sociedad.

Como folios 14 y 15 de este expediente figuran sendos oficios de Capitanía General, firmados, en calidad de Jefe de Estado Mayor accidental, por el Teniente Coronel Teódulo González Peral, en fecha 26 de octubre de 1927.

En el último folio de este expediente, se lee:

Excmo. Señor:

Terminado sin declaración de responsabilidades para el Capitan fallecido DON MIGUEL FRANCO SALGADO, el expediente administrativo que sirvió de base para la instrucción del presente, procede el archivo de este.

V.E. resolverá.

Santa Cruz de Tenerife 1º de Abril de 1931.

Excmo. Señor:

El Auditor Interino

Luis Piernavieja

[Firma rubricada]

[A la izquierda de la rubricada firma del Auditor Luis Piernavieja del Pozo, hay un sello elíptico en tinta, con el emblema del Cuerpo Jurídico Militar, rodeado porla leyenda CAPITANIA GENERAL DE CANARIAS AUDITORIA.]

Santa Cruz de Tenerife 9 de abril de 1931.

De conformidad con el anterior dictamen archívese este expediente en esta Capitania General y dese cuenta al Juez Instructor del mismo.

El General encargado del Despacho

R. del Barrio

[Firma rubricada]

A la izquierda de la rubricada firma del General de División Ángel Rodríguez del Barrio, está estampado el sello elíptico en tinta, del E.M. de la CAPITANIA GENERAL DE CANARIAS, que lleva en su interior el escudo de la monarquía del rey Alfonso XIII.

Así fue archivado este expediente, al que se asignó la signatura o clave 2312-137-21, en el Archivo Jurídico de la Capitanía General de Canarias.

Actualmente este Archivo depende  del Tribunal Militar Territorial Quinto.

* * * * * * * * * *

Ángel Rodríguez del Barrio era en aquella fecha Gobernador Militar de Tenerife, estando encargado del Despacho de la Capitanía General de Canarias, por ausencia de su titular el teniente general José Rodríguez Casademunt.

Este teniente general José Rodríguez Casademunt sería cesado once días después, por decreto publicado en la página 255 del número 111 de la Gaceta de Madrid publicado el 21 de abril de 1931.

Más abajo, en esta misma página del número 111 de la Gaceta de Madrid publicado el 21 de abril de 1931, viene también otro Decreto nombrando Capitán General de Canarias al General de División Ángel Rodríguez del Barrio.

El General de División Ángel Rodríguez del Barrio, sería el  único, primero y último, Capitán General de Canarias de la Segunda República Española.

Tras las reformas militares introducidas, mediante Decretos, por MANUEL AZAÑA, la Capitanía General de Canarias sería reducida a Comandancia Militar.

El decreto de cese de Ángel Rodríguez del Barrio como Capitán General de Canarias, aparecería en la página 1439 del número 168 de la Gaceta de Madrid, publicado el 17 de junio de 1931.

Número 168 de la Gaceta en el cual son publicados, conjunta y sucesivamente, los decretos de cese de los Capitanes Generales, Generales de las Divisiones y Gobernadores Militares, «heredados» del derrocado régimen monárquico.

Todos estos están firmados por NICETO ALCALÁ-ZAMORA Y TORRES, y refrendados por MANUEL AZAÑA, Presidente del Gobierno Provisional de la República y Ministro de la Guerra, respectivamente.