ADYACENTES


Consultando el Diccionario de la Real Academia, leemos:

 adyacente.

(Del lat. adiăcens, -entis).

1. adj. Situado en la inmediación o proximidad de algo.

V.

islas adyacentes.

1. f. pl. Las que, aun apartadas del continente, pertenecen al territorio nacional, como las Baleares y Canarias respecto de España, y las que se consideran parte de tal territorio.

 Está claro que el DRAE se ha hecho eco de una decisión geopolítica, al considerar a Canarias como parte integrante del territorio español.

Las Islas Baleares si pueden merecer el calificativo de adyacentes con la Península Ibérica.

En cambio, es muy difícil justificar y predicar lo mismo de las ISLAS CANARIAS, estando como están, frente a la costa africana sahariana, a mil cuatrocientos kilómetros de la Península o metrópoli.

Dando una ligera mirada al mapamundi, salta a la vista que nuestro archipiélago canario está situado en la inmediación o proximidad del continente africano, frente al Sahara.

O sea que el Archipiélago Canario es ADYACENTE con el continente africano, y no con el euroasiático, donde está la Península Ibérica, piel de toro y solar hispánico.

El Archipiélago Canario está situado al noroeste de África, entre los paralelos 27 y 30 de latitud norte, y entre los meridianos 13 y 18 de longitud oeste.

Aunque por su peculiar posición geográfica, las ISLAS CANARIAS no están completamente incluidas dentro del huso horario Cero, el huso centrado en Greenwich, sin embargo, su reloj está convencionalmente ajustado al TMG o UTC, salvo en el llamado horario de verano, que se adapta al UTC+1, de Europa Occidental.

De esta peculiaridad, deviene la costumbre peninsular de decir «una hora menos en Canarias», que nosotros los canarios revertimos, replicando «una hora más en la Península Ibérica».

Península Ibérica que es atravesada por el meridiano de Greenwich, en su costa mediterránea, muy cerca de Castellón de la Plana.

Constituye una obviedad, pues, que EL MERIDIANO DE GREENWICH, MERIDIANO CERO, NO PASA POR CANARIAS.

Por lo cual, los canarios hemos sentido sonrojo y vergüenza ajena, al ver y escuchar al ministro JOSÉ MANUEL SORIA, nativo de Gran Canaria, manifestando con bavoquía, que «el meridiano de Greenwich pasa por Canarias».

http://www.grancanariatv.com/2013/09/el-meridiano-de-greenwich-pasa-por.html

pic.twitter.com/F6EBXzNnB2

 ¿Cómo puede ser que un nativo de Gran Canaria, ministro del Gobierno de España, haga tal alarde de ignorancia geográfica?

Buscando explicación a tamaño dislate, he recordado que en los mapas de nuestra enseñanza primaria y bachillerato revalidesco, Canarias aparecía dentro de un trapezoide abajo en el Mediterráneo.

De este modo el meridiano de Greenwich, tras atravesar el nordeste peninsular, pasando cerquita de Castellón, atravesaba las Islas Canarias.

De aquí derivaba aquella respuesta dada por un niño peninsular, al ser preguntado por su maestro acerca de la Islas Canarias,

«Las Islas Canarias son muy raras. Porque unas veces están en el Mediterráneo, y otras veces en el Atlántico».

Pero, el señor J.M. Soria, no es coetáneo mío. Debe ser de un plan de estudios posterior a los de 1953 y 1957 en que yo estuve inmerso.

Desconozco en qué libros de Geografía adquirió el joven J.M. SORIA, sus conocimientos geográficos, quienes fueron sus profesores de Geografía, en que colegio estudió, …..

Lo que salta a la vista es, que para ser Ministro de Industria, o Turismo, no es necesario acreditar suficiencia en Geografía de España.

Acreditación de conocimientos de esta materia, que si se exige para ejercer la profesión de Diplomado en Turismo.

Y ni que decir tiene, que no se puede ser profesional de la Meteorología sin saber Geografía, además de las materias anejas a tal profesión.

Y tantas otra profesiones, como marino, aviador, astrónomo, …

Para ser ministro ni siquiera hay que poseer conocimientos de las materias específicas del cargo.

* * * * * * * * *

Así quedó demostrado por un Ministro de Comercio designado por FRANCISCO FRANCO, glorioso caudillo de España por la gracia de dios.

Había venido de visita oficial a Canarias, el Ministro de Comercio de MANUEL ARBURÚA DE LA MIYAR, quien protagonizó un episodio memorable en el Gobierno Civil de Las Palmas, sito en la Plaza de la Feria.

Los exportadores de plátanos habían expuesto los problemas que sufrían con la comercialización de nuestro principal renglón exportador frutero: los plátanos canarios, que ahora se denominan bananas de Canarias.

El ministro facilitó una pronta respuesta a los problemas de los exportadores bananeros, manifestando que dictaría una orden para habilitar grandes frigoríficos, con el fin de almacenar los stocks excedentes.

Los presentes se quedaron mudos y cuadrados.

Alguien le indicó al Sr. Ministro que el plátano canario no se conservaba en frio.

El señor ministro MANUEL ARBURÚA DE LA MIYAR, acreditó su gran preparación comercial, con la solución que pretendía dar a la mala coyuntura exportadora del plátano de Canarias.

Me parece que aquel ministro de Comercio, sabía de comercialización del plátano, lo mismo que yo de japonés: Nada harigato.

Mucho peor resultó la actuación del sonriente ministro sindical franquista JOSÉ SOLÍS RUIZ, quien coincidió en una visita a Gran Canaria, con la victoria de la selección juvenil de futbol de Las Palmas, que se había proclamado campeona de España en La Condomina, derrotando por 5 a 3 a la selección castellana.
Hay que recordar, que aquellos tiempos de la democracia orgánica del franquismo, cuando venía un ministro, los poncios de turno autorizaban que los trabajadores disfrutaran de asueto, con el fin de que asistieran recibir al ministro con pancartas.

Pancartas que, oportunamente, eran confeccionadas en los talleres de la PPO.

Mas, en aquel día, la gente alborozada por la victoria futbolera juvenil, en vez de ir a ver al Ministro, encaminó sus pasos hacia el Aeropuerto de Gran Canaria, que en aquellos tiempos se denominaba de Las Palmas, GCLP, a pesar de estar el territorio municipal de Telde.

Se constituyó una gigantesca multitud, que entre vítores y alegría popular, acompaño a los futbolistas juveniles, desde Gando hasta la Capital.
Fue una espontánea manifestación de agasajo y gran alegría de los grancanarios aficionados al fútbol.

Para compensar el feo sufrido por la sonrisa del régimen, al día siguiente, el dicharachero JOSÉ SOLÍS RUIZ, convocó a los componentes de la selección juvenil grancanaria, en la sede gubernativa de la Plaza de la Feria.

El ministro JOSÉ SOLÍS RUIZ, con su natural gracejo, se despacho a gusto con un sonoro discurso, en el cual introdujo esta perla:

CUANDO VUELVA A ESPAÑA, transmitiré al Caudillo vuestro gozo.

Los presentes se quedaron de piedra, al constatar que en su idea de España, el sonriente Ministro, no consideraba a Canarias parte de España.

* * * * * * * * *

Probablemente, esta digresión geopolítica, que forma parte de mi memoria personal, pudiera ser utilizado torticeramente por alguno de los conspicuos editorialistas de un periódico tinerfeño, devenido en soberanista independentista, tras haber sido durante muchísimos años, el órgano del movimiento nacional sindicalista.

Volvamos a la Memoria Histórica documentada.

* * * * * * * * *

INVENTORES DE HISTORIAS

 

En el libro “Calles y Plazas de Santa Cruz de Tenerife», de 1996, publicado por el Coronel de Artillería Juan J. Arencibia de Torres, en el párrafo que este escribidor dedica a la calle MARÍA CRISTINA, se puede leer:

“El Ayuntamiento acordó nominarla como María Cristina en el pleno del 10 de junio de 1929. Pero con el advenimiento de la II República recibió la denominación de Maríana Pineda, según acuerdo del 13 de mayo de 1932, en honor de la dama de este nombre, nacida en Granada en 1804 y ejecutada en 1831 por pertenecer a un movimiento liberal revolucionario, para el que había bordado una bandera que les sirviera de enseña.

El 5 de octubre de 1936, el pleno municipal acordó devolverle su primitivo nombre.

María Cristina de Habsburgo-Lorena, Reina de España, nació en Nápoles en 1806 y murió en El Havre en 1878. Fue la cuarta esposa de Fernando VII y la que más ascendiente ejerció sobre el monarca, hasta el punto de moverle a firmar la famosa Pragmática Sanción de 1830, que abolía la Ley Sálica, que impedía el acceso de las mujeres al Trono. Fue regente durante la minoría de edad de su hija Isabel. En dos ocasiones fue obligada a abandonar España.

Si yo hubiera escrito semejante sarta de disparates estaría escondiéndome para que la gente no me viera.

Porque:

I.-

MARÍA CRISTINA DE HABSBURGO-LORENA, Reina de España, NO nació en Nápoles en 1806 y NO murió en el Havre en 1878.

Y NO fue la cuarta esposa de FERNANDO VII, Rey Felón por antonomasia.

Y, por tanto, MARÍA CRISTINA DE HABSBURGO-LORENA NO fue la que hizo las barbaridades subsiguientes, enunciadas por el Coronel ARENCIBIA, ampliamente documentadas en los libros de Historia sobre los Borbones.

La autora de tales barbaridades, y muchas más fechorías, fue otra reina homónima:

MARÍA CRISTINA DE BORBÓN-DOS SICILIAS, sobrina y cuarta esposa del indeseable FERNANDO VII, y luego esposa de un tal FERNANDO OCTAVO, gran ladrón de caudales públicos.

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/09/24/tres-reinas/

II.-

J.J. Arencibia denota que no ha leído los libros de actas cuando dice:

recibió la denominación de Mariana Pineda, según acuerdo del 13 de mayo de 1932

El 5 de octubre de 1936, el pleno municipal acordó devolverle su primitivo nombre.

Independientemente de la manipulación histórica explícita en el refrito sobre MARIANA PINEDA, acerca del cual el Coronel Arencibia no merece atención alguna, la decisión de cambiar el nombre de la calle de la REINA MARÍA CRISTINA, por el de la heroína liberal MARIANA PINEDA, fue adoptada en el año 1931.

No en 1932.

Asimismo, está diáfanamente documentado, que aquel acuerdo NO fue tomado un día 5, NO era el mes de Octubre y NO aconteció en 1936.

Así como, tampoco el acuerdo para mutar el nombre de la calle REINA MARÍA CRISTINA en  MARIANA PINEDA,  NO  tuvo lugar en el año 1932, y en 1931.

III.

¿Qué extraño recorrido neuronal llevó a escribir tantos disparates concatenados, a un «escribidor» de tantas historias, que en otra de sus obras, – Pinceladas Canarias (2003), página 164 -, afirma:

“No me dedico a inventar historias”

A la vista de lo expuesto, ¡quién lo diría!

Hay que recordar el adagio «excusatio non petita, accusatio manifesta».

Este coronel denota un grado de bavoquía, similar al del ignaro romano descrito por el ARCIPRESTE DE HITA en su LIBRO DE BUEN AMOR.

Y lo que ha escrito no solamente carece de fiabilidad histórica sino que falta a la verdad histórica.

Buscando alguna explicación a tamaños dislates, pudiera ser que lo de 1932, y 5 de octubre de 1936, hubiera sido copiado por J.J Arencibia del monumental libro de ALEJANDRO CIORANESCU, autor de tales dislates, cuya escasa fiabilidad histórica, ha quedado de manifiesto reiteradamente.

Tal para cual.

La calle MARÍA CRISTINA no lleva este nombre en honor de aquella friolera reina, sobrina y cuarta esposa del indeseable y felón rey FERNANDO VII.

Tal calle había sido bautizada con el nombre REINA MARÍA CRISTINA, tras su fallecimiento, para honrar la memoria de la REINA MARÍA CRISTINA DE HABSBURGO, madre de ALFONSO XIII, hijo póstumo del duodécimo Alfonso.

ALFONSO XII, hijo de la reina ISABEL II, engendrado por uno de sus amantes, el teniente de ingenieros ENRIQUE PUIG MOLTÓ.

Así lo afirma FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS en

http://www.segundarepublica.com/index.php?id=23&opcion=2

donde ha dejado escrito

«que en su paternidad física, parece que se le adelantó uno de los amantes más apuestos de la reina castiza, don Enrique Puig Moltó. Lo ha mostrado Ricardo de la Cierva en uno de sus mejores libros: La otra vida de Alfonso XII, tan entretenido como silenciado.»

Si lo ha dejado escrito FEDERICO, y ha sido acreditado por el conspicuo catedrático DON RICARDO, no vamos a discutirlo.

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/04/20/la-catedra-de-ricardo-de-la-cierva/

 * * * * * * * * * * *

La verdad documentada es:

1.- Desde el DIEZ DE JUNIO DE 1929, la calle que partiendo de la de Benavides, termina en la de Jesús y María, había sido bautizada como REINA MARÍA CRISTINA,

2.- Que el TRECE DE MAYO DE MIL NOVECIENTOS TREINTA Y UNO, la corporación Municipal republicana, acordó que dicha calle fuera dedicada a MARIANA PINEDA.

3.- Que el 6 DE DICIEMBRE DE 1937 la Comisión Gestora Municipal surgida de la sublevación militar, secundada por conspicuos civiles, del 18 de julio de 1936, decidió llamar a esta calle MARÍA CRISTINA, haciéndola abdicar de su original título de Reina.

MERIDIANO DE GREENWICH PASANDO POR CANARIAS

MERIDIANO DE GREEWUICH PASANDO POR CANARIAS

DE BAVÓQUICOS Y BELLACOS E INVERECUNDOS


DE BAVÓQUICOS Y BELLACOS 

Aquí fabla de cómo todo omne entre los sus cuidados se debe alegrar e de la disputaçión que los griegos e los romanos en uno ovieron

Palabra es del sabio e dízela Catón,
que omne a sus coidados, que tiene en coraçón,
entreponga plazeres e alegre razón,
que la mucha tristeza mucho pecado pon.

E porque de buen seso non puede omne reír,
avré algunas bulras aquí a enxerir:
cada que las oyeres non quieras comedir
salvo en la manera del trobar e dezir.

Entiende bien mis dichos e piensa la sentençia;
non me contesca contigo como al doctor de Greçia
con el ribal romano e su poca sabiençia,
quando demandó Roma a Grecia la çïençia.

Ansí fue que romanos las leyes non avién,
fuéronlas demandar a griegos que las tenién;
respondieron los griegos que non las meresçién
nin las podrian entender, pues que tan poco sabién.

Pero que si las querién para por ellas usar,
que ante les convenia con sus sabios disputar
por ver si las entendrién e las meresçian levar:
esta respuesta fermosa davan por se escusar.

Respondieron romanos que les plazia de grado:
para la disputaçión pusieron pleito firmado;
mas, porque non entendrién el lenguaje non usado,
que disputasen por signos e por señas de letrado.

Pusieron día sabido todos por contender;
fueron romanos en coita, non sabian qué se fazer
porque non eran letrados nin podrían entender
a los griegos doctores nin al su mucho saber.

Estando en su coita, dixo un çibdadano
que tomasen un ribaldo, un vellaco romano;
segund Dios le demostrase fazer señas con la mano
que tales las feziese: fueles consejo sano.

Fueron a un vellaco muy grand e muy ardid;
dixiéronle: ¡Nós avemos con griegos nuestro conbit
para disputar por señas; lo que tú quisieres pit
e nós dártelo hemos; escúsanos d’esta lid!

Vistiéronle muy ricos paños de grand valía,
como si fuese doctor en la filosofía;
subió en alta cáthedra, dixo con bavoquía:
¡D’oy mais vengan los griegos con toda su porfía!

Vino aý un griego, doctor muy esmerado,
escogido de griegos, entre todos loado;
sobió en otra cáthreda, todo el pueblo juntado,
e començó sus señas como era tractado.

Levantóse el griego, sosegado, de vagar,
e mostró sólo un dedo que está çerca del pulgar,
luego se assentó en ese mismo lugar;
levantóse el ribaldo, bravo, de malpagar.

Mostró luego tres dedos contra el griego tendidos:
el polgar con otros dos que con él son contenidos,
en manera de arpón los otros dos encogidos;
assentóse el neçio, catando sus vestidos.

Levantóse el griego, tendió la palma llana
e assentóse luego con su memoria sana;
levantáse el vellaco con fantasía vana,
mostró puño cerrado: de porfía avia gana.

A todos los de Greçia dixo el sabio griego:
¡Meresçen los romanos las leys, non gelas niego.
Levantáronse todos con paz e con sosiego;
grand onra ovo Roma por un vil andariego.

Preguntaron al griego qué fue lo que dixiera
por señas al romano e qué le respondiera.
Diz: ¡Yo dixe que es un Dios; el romano dixo que era
uno en tres personas, e tal señal feziera!

Yo dixe que era todo a la su voluntad;
respondió que en su poder tenié el mundo, e diz verdad.
Desque vi que entendién e creyén la Trinidad,
entendí que meresçién de leyes çertenidad.

Preguntaron al vellaco quál fuera su antojo;
diz: ¡Díxome que con su dedo que me quebrantaria el ojo!
D’esto ove grand pesar e tomé grand enojo,
respondíle con saña, con ira e con cordojo

que yo le quebrantaría ante todas las gentes
con dos dedos los ojos, con el pulgar los dientes;
díxorne luego após esto que le parase mientes,
que me daria grand palmada en los oídos retinientes.

Yo le respondí que le daría a él una tal puñada,
que en tienpo de su vida nunca la vies vengada;
desque vio que la pelea tenié mal aparejada,
dexóse de amenazar do non gelo preçian nada.

Por esto diz’ la pastraña de la vieja ardida:
¡Non ha mala palabra si non es a mal tenida;
verás que bien es dicha si bien es entendida:
entiende bien mi libro e avrás dueña garrida.

La bulra que oyeres non la tengas en vil;
la manera del libro entiéndela sotil;
que saber bien e mal, dezir encobierto e doñeguil,
tú non fallarás uno de trobadores mill.

Fallarás muchas garças, non fallarás un uevo;
remendar bien non sabe todo alfayate nuevo:
a trobar con locura non creas que me muevo;
lo que buen amor dize, con razón te lo pruevo.

En general a todos fabla la escriptura:
los cuerdos con buen sesso entendrán la cordura;
los mançebos livianos guárdense de locura:
escoja lo mejor el de buena ventura.

Las del buen amor son razones encubiertas:
trabaja do fallares las sus señales çiertas;
si la razón entiendes o en el sesso açiertas,
non dirás mal del libro que agora refiertas.

Do coidares que miente dize mayor verdat:
en las coplas pintadas yaze grant fealdat;
dicha buena o mala por puntos la juzgat,
las coplas con los puntos load o denostat.

De todos instrumentos yo, libro, só pariente:
bien o mal, qual puntares, tal diré ciertamente;
qual tú dezir quisieres, ý faz punto, ý tente;
si me puntar sopieres, sienpre me avrás en miente.

 

 

 

Este poema es de la gran obra, cimera de la Literatura Española, LIBRO DE BUEN AMOR, de JUAN RUIZ, ARCIPRESTE DE HITA.

 

Resumiendo, la historia que describe el Arcipreste se puede interpretar, más o menos, así:

 

Los romanos pidieron las leyes a los griegos.

Los romanos eran muy brutos y no entendían el griego.

Para obviar esta dificultad, ambos decidieron enviar sendos representantes que debían entenderse por señas.

Los griegos eligieron como representante a un sabio sapientísimo.

Los romanos a un bellaco brutísimo.

Después del diálogo mediante señas, los representantes retornaron a sus respectivos lares, para informar del resultado de la conferencia.

 

La decodificación realizada por ambos interlocutores, nada tenía que ver con la realidad de lo que cada uno pretendió transmitir.

Por eso la atinada advertencia, en dos tiempos, del ARCIPRESTE DE HITA:

 

Entiende bien mis dichos e piensa la sentençia;

¡Non ha mala palabra si non es a mal tenida;

verás que bien es dicha si bien es entendida:

 

Que en castellano actual es equivalente al refrán

 

No hay palabra mal dicha sino mal comprendida.

 

 

 

La edición de Espasa Calpe, 1967, comentada por Don JULIO CEJADOR Y FRAUCA, autor que es tenido como una de las máximas Autoridades de la Literatura Medieval Española, es para mi, la mejor edición de todas las que he manejado, pues don JULIO CEJADOR interpreta, comenta y explica todas sus estrofas.

 

De su Prólogo extraigo las siguientes notas:

 

El Libro de Buen Amor es el libro más valiente que se ha escrito en lengua castellana.

 

Nuestra literatura ofrece tres cimas que se yerguen hasta las estrellas y sobresalen entre las obras más excelsas del ingenio humano.

 

El Quijote en el género novelesco, La Celestina en el dramático, El Libro de Buen Amor en el satírico, en el lírico, en el dramático, en todos los géneros, porque todos los confunde la reventazón creadora de un poeta solitario, que alzó su voz poderosa en el silencio de una sociedad medio guerrera y medio bárbara.

 

Y en su comentario a la estrofa 53, con respecto a la palabra utilizada por el Arcipreste, bavoquía [con tilde sobre la i] dice lo siguiente:

 

Bavoquía, altanería boba, como babequia, de donde se deriva, y éste de babiec-a, babi-eco,

Bab-ia, bab-a, del caérsele a los bobos.

 

Luego Don Julio hace referencia a dos citas más, que he consultado, y son éstas:

 

Libro de Alexandre

Estrofa 655 (700)

Mas pora mi non era tan fiera bavequia.

 

GONZALO DE BERCEO.

Milagros de Nuestra Sennora.

XXI, La abadesa encinta

Estrofa 569

 

Dioso que lo mandara criar Sancta Maria I Quien esto dubdaçe faria bavequia.

 

 

En 1955, todavía no había cumplido yo los trece maravillosos años, cuando leí este soberbio poema del LIBRO DE BUEN AMOR DEL ARCIPRESTE DE HITA.

Me llamó la atención la palabra «BAVOQUÍA» y la interpretación en español actual, ALTANERÍA BOBA, realizada por el eminente Don JULIO CEJADOR FRAUCA.

 

Lamentablemente, a lo largo de mi vida me he topado con demasiados bavóquicos, en mis entornos profesionales. Y, ahora los veo en la política.

Bavóquicos ignaros, petulantes inverecundos impávidos, ineptos e incompetentes, que han echado por tierra todas las ilusiones derrochadas con el advenimiento de esta falsa democracia que sufrimos.

Debo estar agradecido a JUAN RUIZ, ARCIPRESTE DE HITA, por haberme prevenido contra esta calaña.

Sí como dice mi amiga Lucía, en Méjico se usa mucho la palabra bavoquiada, para significar tonterías, estupideces; y aquí en Canarias seguimos conservando el calificativo babieca para referirnos al bobo de baba, podemos darnos por satisfechos al contemplar que las palabras no se pierden, si alguien se preocupa por utilizarlas y mantenerlas vivas.

 

El DRAE la conserva habiendo sustituido la v por b, como baboquía, con el mismo significado que nosotros damos a babieca.

Algo similar le ha sucedido a la palabra bellaco.

En la Edad Media se escribía con v: vellaco.

 

La interpretación de don Julio Cejador tiene mucha más enjundia:

 

Altanería boba.

 

Lo triste es que la palabra ha caído en desuso, pero es perfecta para describir a tantos politicastros, opinadores de TV, Radio y Prensa, seudo eruditos a la violeta, que pretenden saber, hablar y escribir de todo, y no saben nada de nada.

Por no saber ni siquiera conocen el idioma patrio.

Recientemente he sentido vergüenza ajena, viendo y escuchando en el Congreso de Diputados, a una ex – socialista reconvertida a upydista, emplear el partitivo veinteavo, cuando debía haber utilizado el numeral ordinal vigésimo.

Y después de ella intervino un catalán que no sabía conjugar el verbo prever.

Ignorantes de la conjugación de este verbo, los hemos sufrido abundantemente en el mismo foro parlamentario, y en radios y televisiones.

Suenan como trallazos los preveer, y preveyendo, donde debían haber dicho prever y previendo.

¡Tremebundas patujadas!

Reitero: debemos agradecer al excelso JUAN RUIZ, por habernos prevenido, – ¿profetizado? – contra estos individuos, vociferantes, que hablan mirando por encima del hombro, en tono engolado, que ponen de manifiesto su magnanimidad, otorgándonos su perdón, por haber osado estar en su presencia.

Individuos que aparentan y alardean de saber de todo, y en realidad son como el romano de la historia del Arcipreste:

BELLACOS Y BAVÓQUICOS. E INVERECUNDOS.

Lo malo, es que hay demasiados, tienen audiencia de gente más ignara que ellos, y deciden sobre nuestras vidas.