LAUREANO ÁLVAREZ ALONSO HERIDO POR LUDOVICO FRIAS MARRERO


Z.4,053,897

 

Plaza de Santa Cruz de Tenerife                             Año de1936

 

3691            Legº  151 – 82

Comandancia Militar de Canarias

 

JUZGADO PERMANENTE

P I E Z A    S E P A R A D A

 

Sobre embargo de bienes del procesado, soldado LUDOVICO FRIAS MARRERO para asegurar las responsabilidades civiles dimanantes de la causa nº 21 de 1936 que se le sigue por el delito de lesiones.

 

Dieron principio estas actuaciones el 31 de Marzo de  1936

 

 

EL JUEZ INSTRUCTOR

SECRETARIO
El Comandante de Infanteria don

El Brigada de Infanteria

FRANCISCO SANCHEZ PINTO

EUGENIO RODRIGUEZ ALONSO

 

Cfr.: A-TMTQ 3691-151-2.- Causa Pieza separada de la 21 de 1936.- Cubierta.

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Al Soldado LUDOVICO FRIAS MARRERO se le había escapado un tiro de su fusil, produciendo una herida en el hombro a su compañero LAUREANO ÁLVAREZ ALONSO, cuando ambos se encontraban en el dormitorio del Polvorín de Taco, el día 26 de febrero de 1936.

En Consejo de Guerra presidido por el Teniente Coronel ARTURO RODRÍGUEZ ORTIZ, celebrado el 29 de junio de 1936, LUDOVICO FRIAS MARRERO sería condenado, como autor del delito de imprudencia temeraria con resultado de lesiones, a la pena de  arresto mayor; y en concepto de responsabilidad civil al pago de 397 pesetas con 17 céntimos importe de las hospitalidades causadas en la cura de su compañero, que se recuperó completamente de la herida sufrida.

Dictaminada la sentencia por el AUDITOR JOSÉ SAMSÓ HENRÍQUEZ, este sometería la misma a la aprobación del COMANDANTE MILITAR DE CANARIAS GENERAL DE DIVISIÓN FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE, quien aprobaría tal sentencia firmándola el 16 DE JULIO DE 1936.

En la noche de este día 16 DE JULIO DE 1936, el  GENERAL DE DIVISIÓN FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE partiría hacia GRAN CANARIA.

 

 

 

ANTONIO DE VERA DARIAS (a) LOCO DE LA MAGDALENA


Z.4,053, 527

 

Plaza de Santa Cruz de Tenerife                                     Año de 19 36

Nº 3622                                      Legº 149-18

Comandancia Militar de Canarias

 

JUZGADO PERMANENTE

 

PROCEDIMIENTO SUMARISIMO Nº 113

 

que se instruye contra el paisano Antonio de Vera Darias por delitos comprendidos en el artículo 6ºdel Bando de la Junta de Defensa Nacional de España de 28 del pasado 28 de Julio

 

Ocurrió el hecho, el 3 de Agosto de 1936

Dieron principio estas actuaciones el 3 de Agosto de 1936

 

JUEZ INSTRUCTOR

SECRETARIO

El Capitán de Infantería don

El Sargento de Caballería don

Antonio Perez Linares y Rodríguez

Antonio Carballo Arias

Otro El Alferez del Cuerpo de Tren

Cabo de Ingenieros Don Pedro

Don Ramon Díaz Gutierrez

Ramos Martínez

 

Cfr.: A-TMTQ 3622-149-18.- Procedimiento Sumarísimo 113 de 1936.- Cubierta.

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Acusado por el Fiscal PEDRO DOBLADO SÁIZ de haber hecho, en Igueste de Candelaria, manifestaciones en el sentido de que por los periódicos no se sabía todavía si ganaría el ejército o los marxistas y que era una vergüenza para España que estuvieran llevando moros a la península, ANTONIO DE VERA DARIAS, (a) EL LOCO DE LA MAGDALENA, sería sometido a Consejo de Guerra presidido por el Teniente Coronel de Artillería JOSÉ GÓMEZ ROMEU, que tuvo lugar el 20 de agosto de 1936,en la Sala de Actos del Regimiento Infantería Tenerife nº 37.

En el acto del Consejo declararía como testigo el practicante ARTURO RODRÍGUEZ, quien acredita que, cuando trabajaba en la clínica del fallecido doctor DIEGO COSTA, había asistido al paciente ANTONIO DE VERA DARIAS, de una excitación nerviosa, tratándolo con corrientes eléctricas.

ANTONIO DE VERA DARIAS (a) EL LOCO DE LA MAGDALENA sería absuelto por el tribunal, que apreciaría que no era responsable de delito.

 

CONVOCANDO CONSEJO DE GUERRA EN CAUSA 51 de 1935


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COMANDANCIA MILITAR DE CANARIAS                   ESTADO MAYOR

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ORDEN GENERAL DEL DIA 4 DE DICIEMBRE DE 1.935

 

El próximo día 6 de los corriente a las once horas se reunirá en la Sala de Actos del Cuartel del Regimiento de Infanteria Tenerife nº 37 de esta Plaza el Consejo de Guerra Ordinario de Cuerpo, que ha de ver y fallar la causa seguida contra el soldado de dicho Cuerpo PEDRO ADAN PEREZ, por el delito de sedición.

 

EL TRIBUNAL SE CONSTITUIRÁ EN LA FORMA SIGUIENTE.

PRESIDENTE.

Tte. Coronel Sr. Don Arturo Rodriguez Ortiz

VOCALES CAPITANES

Don Juan Pallero Sánchez Regimiento Infantería Tenerife numero 37
Don Mariano San Segundo Jimenez       id                id             id          id       id
Don Camilo Tocino Tolosa
     id                id             id          id       id
Don Fernando Salas Bonal Grupo Mixto de Artilleria número 2
Don Manuel Fernandez Roberes     id       id              id          id

VOCAL PONENTE.

Teniente Auditor de Segunda Don Rafael Díaz – Llanos y Lecuona

 

VOCALES SUPLENTES

Don Francisco Espejo Aguilera Regimiento Infantería número Tenerife 37
Don Augusto Machado Mendez Caja de Recluta

F I S C A L

El Juridico Militar de la Comandancia o el Oficial de la Fiscalía en quien designe.

 

Cfr.: A-TMTQ 3487-146-4 Causa 51 de 1935.- Folio 46.

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El teniente ESTANISLAO GÓMEZ LANDERO estuvo entre los declarantes en esta causa 51/1935.

El Fiscal actuante en el Consejo de Guerra fue LORENZO MARTÍNEZ FUSET, titular de la Fiscalía, quien, en un alegato de tres folios, colmado de latinajos, solicitaría UN AÑO de prisión para el reo

El defensor asignado al soldado PEDRO ADAN PÉREZ, Capitán JOSÉ JORDÁ CANTÓ, calificaría los hechos como una simple falta, pidiendo la LIBRE ABSOLUCIÓN DEL ACUSADO.

PEDRO ADAN PÉREZ sería condenado a la penas de SEIS MESES Y UN DÍA.

Acusado de haber cometido un delito de SEDICIÓN, y, condenado por ello, tras haber escrito en los retretes del Regimiento, la frase “LOS REENGANCHADOS SON UNOS HIJOS DE PUTA”.

Hecho que el desdichado soldado PEDRO ADAN PÉREZ declaró haber realizado «sin pensar en lo que hacía y sin malicia».

* * * * * * * * * *

Así se aplicaba la justicia militar durante la Segunda República Española.

ARRIBADA DE FRANCISCO FRANCO A CANARIAS


En Madrid, el domingo 8 de marzo de 1936, FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE había asistido a la reunión de militares golpistas, celebrada en casa del militante de la CEDA JOSÉ DELGADO.

Pocas horas después, FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE tomaría el tren nocturno de Andalucía, que le conduciría hasta Cádiz. Aquí embarcó el lunes 9 de marzo de 1936, en la motonave Dómine.

Tras una travesía con muy mala mar, el Dómine arribó a Las Palmas (Gran Canaria), pasadas las diecinueve horas del miércoles 11 de marzo de 1936,

FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE fue cumplimentado a bordo por los Generales AMADO BALMES ALONSO y JULIÁN LÓPEZ VIOTA, así como por Jefes y Oficiales de la guarnición grancanaria.

Hay foto de este momento, en la cual Franco está de paisano, en el libro «EL GRUPO MIXTO DE INGENIEROS Nº 4 EN LA CAMPAÑA DE LIBERACIÓN 1936-1939», publicado por el conspicuo lagunero de Tenerife, JOSÉ PINTO DE LA ROSA, cuando era Coronel el Arma de Ingenieros.

Libro publicado en 1944, con prólogo de FRANCISCO GARCÍA ESCÁMEZ, quien en aquellas fechas era Capitán General de Canarias.

Obviamente, este libro contaba con las bendiciones oficiales, y su contenido debe ser tomado e interpretado con las precauciones debidas, por su sesgo hagiográfico del franquismo.

Al día siguiente, jueves 12 de marzo de 1936, a las once de esta mañana, tuvo lugar en el Palacio de la Comandancia Militar de Las Palmas – frente al Parque de San Telmo – una brillante recepción en honor del nuevo Comandante Militar de Canarias, FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE.

FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE, asumió el mando militar del Archipiélago canario el jueves 12 de marzo de 1936, en Las Palmas (Gran Canaria).

Mando que, desde la marcha del anterior efímero Comandanter Militar, general de División JOAQUÍN FANJUL GOÑI, había sido asumido interinamente por el General de Brigada AMADO BALMES ALONSO, Comandante Militar de Las Palmas.

La motonave DÓMINE permaneció en el muelle de Santa Catalina del Puerto de La Luz y Las Palmas (Gran Canaria), todo el día de jueves, zarpando el viernes 13 de marzo de 1936, para arribar en la mañana de este día, a Santa Cruz de Tenerife, donde después de haber sido cumplimentado a bordo por las autoridades militares y civiles, desembarcó FRANCISCO FRANCO, pasando revista a la compañía de honores, mandada por el Capitán JUAN PALLERO SÁNCHEZ.

Hay documentación gráfica de estos actos, siendo de resaltar que en más de una foto aparece sonriente el Teniente Coronel EMILIO BARAIBAR VELASCO, Primer  Jefe de la Guardia Civil en Las Palmas, quien interinamente estaba también al mando de la Comandancia de Santa Cruz de Tenerife, por estar vacante este puesto, tras la marcha a la Península del Teniente Coronel JOSÉ GARCÍA FERNÁNDEZ.

 

Dándose la circunstancia adicional, de que la Jefatura del 24º Tercio de la Guardia Civil; estaba asimismo vacante, por haber sido declarado en situación de disponible, el Coronel JOSÉ OSUNA PINEDA.

Esta condición de disponible, no sería óbice para que el Coronel JOSÉ OSUNA PINEDA, actuara como Vocal en el Consejo de Guerra seguido al Teniente de la Guardia Civil PABLO SÁNCHEZ HERNÁNDEZ, sentenciado el 29 de agosto de 1936 a la pena de SEIS AÑOS Y UN DIA de prisión mayor, con la accesoria de separación del servicio.

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El general de brigada JULIÁN LÓPEZ VIOTA, estaba de paso en Gran Canaria, tras haber venido de Sevilla a Santa Cruz de Tenerife, para presidir el Consejo de Guerra de Oficiales Generales, que había tenido lugar el viernes 6 de marzo de 1936, en la capital tinerfeña.

Consejo de Guerra de la Causa 17 de 1935, instruida por el Comandante Juez Permanente Comandante FRANCISCO SÁNCHEZ PINTO.

En la Causa 17/1935 fueron acusados de los delitos de malversación y abuso de autoridad, el Capitán PEDRO BLANCO CONSUELO, y los tenientes MANUEL PÉREZ SÁNCHEZ, MANUEL MULERO CLEMENTE, FRANCISCO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, JOSÉ BATISTA SOBA y FRANCISCO DABAN DE LA CONCHA.

En el Tribunal  presidido por el General de Brigada JULIÁN LÓPEZ VIOTA, fueron vocales los Coroneles JOSÉ CÁCERES SÁNCHEZ, DIEGO VEGA MONTESDEOCA, JOAQUÍN GARCÍA PALLASAR y JOSÉ RODRIGO VALLABRIGA, y los Tenientes Coroneles VICENTE PELEGERO LORES, ARTURO RODRÍGUEZ ORTIZ y ARTURO ROLANDI PERA.

Actuaron como defensores el comandante EDUARDO CAÑIZARES NAVARRO y los capitanes ROMÁN LEÓN VILLAVERDE, SANTIAGO DÍAZ TRAYTER y PRUDENCIO GUZMÁN GONZÁLEZ.

La Causa 17 de 1935 iniciada el 5 de marzo de 1935, sería dada por terminada el 26 de julio de 1940, siendo archivada con la signatura o clave 5735-188-1.

* * * * * * * * *

JULIÁN LÓPEZ VIOTA había sido promovido a General de Brigada de Artillería, mediante decreto publicado en el número 95 de la Gaceta de Madrid de fecha 5 de abril de 1934.

Este fue dicho decreto:

En consideración a los servicios y circunstancias del Coronel de Artillería D. Julián López Viota, número 3 de la escala de su clase a propuesta del Ministro de la Guerra y de acuerdo con el Consejo de Ministros,

Vengo en promoverle al empleo de General de Brigada, con la antigüedad de esta fecha, en vacante que del referido empleo existe.

Dado en Madrid a tres de Abril de mil novecientos treinta y cuatro.

NICETO ALCALÁ  ZAMORA Y TORRES

El Ministro de la Guerra,.

DIEGO HIDALGO Y DURAN

Paralelamente, en este mismo número 95 de la Gaceta, fueron publicados los ascensos de los coroneles de Artillería VICTOR CARRASCO AMILIBIA,  GERARDO RAVASSA CUEVAS, y EDUARDO MARTÍN-GONZÁLEZ DE LA FUENTE, números 1, 2 y 4 de su escala, respectivamente.

Dos semanas después, el General de Brigada JULIÁN LÓPEZ VIOTA sería destinado a mandar la Segunda  Brigada de Artillería.

JULIÁN LÓPEZ VIOTA se había hecho acreedor de la Cruz de tercera clase de la Orden del Mérito Militar, con distintivo blanco.

Así consta en el número 347 de la Gaceta de Madrid de fecha 13 de diciembre de 1937, donde el Ministerio de la Guerra, detentado a la sazón por ALEJANDRO LERROUX GARCÍA, publicaría esta

ORDEN CIRCULAR

Excmo. Sr.: De conformidad con el informe del Consejo Superior de la Guerra, a propuesta de este Ministerio y por resolución de 7 del actual, de S. E. el Sr. Presidente de la República, se concede al Coronel de Artillería. hoy General de brigada, D. Julián López Viota, la Cruz de tercera clase de la Orden del Mérito Militar, con distintivo blanco, por los servicios especiales prestados como Director de la Sección de Artillería de costa e la Escuela Central de Tiro, los que se encuentran comprendidos en los artículos 4.0 y 6.0 del vigente Reglamento de recompensas en tiempo de de paz.

Lo digo a V. E. para su conocimiento y efectos.

Madrid, 11 de Diciembre de 1934.

ALEJANDRO LERROUX

 

Posteriormente, el General de Brigada JULIÁN LÓPEZ VIOTA, solicitaría su ingreso en la Orden de San Hermenegildo.

Petición que sería correspondida, mediante Decreto publicado en el número 335 de la Gaceta de Madrid de 26 de noviembre de 1935, siendo ministro de la Guerra JOSÉ MARÍA GIL ROBLES.

 

En consideración a lo solicitado por el General de brigada D. Julián López Viota, de conformidad con lo dictaminado por el Consejo Director de las Asambleas de las Ordenes Militares de San Fernando y San Hermenegildo y a propuesta del Ministro de la Guerra,

Vengo en concederle la Gran Cruz de la última Orden citada con la antigüedad de 19 de Julio último, en qué cumplió las condiciones reglamentarias.

Dado en Madrid a veintidós de Noviembre de mil· novecientos· treinta y cinco.·

NlCETO ALCALA-ZAMORA y TORRES

El Ministro de la Guerra,

JOSÉ MARÍA GIL ROBLES

 

Siendo Teniente Coronel, en 1928, JULIÁN LÓPEZ VIOTA había desempeñado una comisión de servicio en Londres, para recepción de material de guerra, durante varios meses.

 

FALLÓ EL 18 DE JULIO DE 1936


En la relación de rotarios canarios encontrada en la Causa 153 de 1938 (5637-183-34), se dice que ARTURO RODRÍGUEZ ORTIZ «falló el 18 de julio 1936».

Sobre la trayectoria vital de ARTURO RODRÍGUEZ ORTIZ, hemos podido saber lo que sigue.

1.-

Había nacido en Cobra, Santiago de Cuba, el día nueve de marzo de 1880, siendo hijo de Claudia Ortiz Ceballo y Francisco Rodríguez Marsal, Coronel de Infantería.

El 18 de marzo de 1896, con dieciséis años de edad, había ingresado, como soldado de caballería voluntario en el Regimiento de Pizarro 30º de Caballería.

El 1º de julio de 1897 es alumno en la Academia de Infantería.

El 27 de junio de 1898 obtuvo su despacho de Segundo Teniente de Infantería por promoción.

El 31 de diciembre de 1903 es ascendido a Primer Teniente por antigüedad.

Paulatinamente, asimismo por antigüedad, va ascendiendo a Capitán (30/9/1909), Comandante (20/2/1922) y Teniente Coronel (8/1//1935).

En octubre de 1904 arribó a Canarias, destinado al Regimiento Infantería Canarias nº 1, por primera vez.

El 2 de abril de 1906, por el Presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina del Ministerio de la Guerra, se concede al Primer Teniente Arturo Rodríguez Ortiz, del Regimiento de Infantería de Tenerife), la licencia solicitada para contraer matrimonio con la joven María de la Concepción Martín Ravina, nacida en la ciudad de La Laguna el 5 de agosto de 1882 a las 12 horas (segun certificado de nacimiento).

La boda se celebraría dos meses más tarde, en junio de 1906.

Mª Concepción Martin Ravina, era nieta de Felipe Ravina.

En el Registro del Cementerio de Santa Lastenia consta como enterrada el 19/06/1978, en el nicho 42-3 San Benedicto Ext., la señora Mª Concepción Martín Ravina.

Participa en la Campaña de África.

En 1928 asistió al Concurso Internacional de Tiro celebrado en Barcelona.

El 1º de mayo de 1931, desempeñando el cargo de Comandante Mayor del Regimiento de Infantería nº 37, en Santa Cruz de Tenerife, hizo promesa de adhesión y fidelidad a la República en la forma preceptuada por el Decreto de la Presidencia del Gobierno Provisional de 22 de abril de 1931 (D.O. nº 90), firmando el pliego correspondiente,

Tal pliego contenía esta promesa;

Prometo por mi honor servir bien y fielmente a la República, obedecer sus leyes y defenderla con las armas

Promesa a la que ARTURO RODRÍGUEZ ORTIZ no faltaría, porque no se unió a la Rebelión de julio de 1936, siendo Teniente Coronel en el Regimiento de Infantería Tenerife nº 38.

En su hoja de servicios se lee:

El día 18 de julio se da de baja por enfermo y continua hasta que por escrito del Excmo. Sr. General Comandante General de Canarias de fecha 9 de octubre se dispone quede disponible forzoso en estas islas con residencia en esta Capital de Santa Cruz de Tenerife por su estado de salud.

* * * * * * * * *

El general CARLOS GUERRA ZAGALA, a la sazón Comandante General de Canarias, certifica con su firma estas

Notas de concepto

Valor Acreditado
Aplicación Mucha
Capacidad Mucha
Conducta Buena
Puntualidad en el servicio Mucha
Salud Buena
Estado casado
Estatura Un metro 670
En ordenanza Mucho
En táctica Mucho
En procedimientos militares Mucho
En detall y contabilidad Mucho
En teoría y práctica del tiro Mucho
En arte militar Mucho
Posee y traduce el Francés

Son los que ha merecido y constan en sus antecedentes.

El Comandante General

Carlos Guerra

[Firma rubricada]

Cfr.: Archivo General Militar de Segovia.- Sección CG. Legajo R160.

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2.-

El Comandante ALFONSO MORENO UREÑA en el hagiográfico relato de su actuación el 18 de julio de 1936, cuenta esto del Teniente Coronel ARTURO RODRÍGUEZ ORTIZ.

Las cinco y cinco. Mi reloj, que desde hace cinco minutos no dejo de la mano, parece marchar con una lentitud inaguantable. Llega ahora el teniente coronel [Arturo Rodríguez Ortiz]. Le recibo con arreglo a las ordenanzas, le doy cuenta de lo que tengo orden de hacer y después de hablarnos escasamente un minuto, se va a la sala de Banderas.

Allí está ya el capitán Prats y allí están a medida que vamos llegando los capitanes [Juan] Pallero [Sánchez], [José] Jordá y [Lorenzo] Machado [Méndez]. Las 5,14. Ya, gracias a Dios, llegó el fin de la interminable espera. Comunico al teniente coronel [Arturo Rodríguez Ortiz] que salgo y a lo que salgo.

3.-

En el Boletín Oficial del Estado número 21, editado en Burgos el 4 de noviembre de 1936, figura esta resolución:

A propuesta del Excelentísimo Sr. Comandante General de las Islas Canarias, he resuelto que el Teniente Coronel de Infantería, D. Arturo Rodríguez Ortiz, con destino en el Regimiento de Tenerife núm 38, pase a la situación de disponible forzoso en dichas Islas. Con residencia en Santa Cruz de Tenerife, en las condiciones que determina el artículo 3º del Decreto de 7 de septiembre de 1935. (D.O. núm. 207).

Burgos, 2 de noviembre de 1936.= El General Jefe, G. Gil Yuste.

Al pasar ARTURO RODRÍGUEZ ORTIZ a disponible, quedó vacante su plaza en el Regimiento de Infantería Tenerife 38. Vacante que fue ocupada inmediatamente por el Teniente Coronel JOSÉ MARÍA DEL CAMPO TABERNILLA, cuyo nombramiento aparece en el mismo número 21 del B.O.E.

4.-

Este mismo General Jefe, GERMÁN GIL YUSTE, firmaría una resolución publicada en el número 194 del B.O.E. editado en Burgos, el 2 de mayo de 1937, por la cual el Teniente Coronel de Infantería, ARTURO RODRIGUEZ ORTIZ causaría baja en el Ejército, siendo pasado a la situación de retirado, en virtud de lo preceptuado en el Decreto número 100 (B.O. número 57 de 15 de diciembre de 1936).

5.-

El número 237 del B.O.E. de fecha 14 de junio de 1937, publica este

Señalamiento de haber pasivo

Retirado por Orden de 1º de mayo anterior (B.O. 194), el Teniente Coronel de Infantería D. Arturo Rodríguez Ortiz, disfrutará en dicha situación, con carácter provisional, el haber pasivo mensual de 675 pesetas, equivalente al 90 por 100 del sueldo de Comandante, una vez que no ha disfrutado dos años en activo el sueldo de su empleo actual; más otras 50 pesetas como pensionista de Cruz de San Hermenegildo, debiendo percibir ambas cantidades a partir del 1º del actual, por la Delegación de Hacienda de Santa Cruz de Tenerife (Canarias), en cuyo punto fija su residencia

Burgos, 12 de junio de 1937.= El General Jefe, Germán Gil Yuste.

Al pasar a la situación de retirado, ARTURO RODRÍGUEZ ORTIZ, tenía acreditados 44 años, 2 meses y 23 días de servicios, aunque, habiendo ingresado en el Ejército el 18 de marzo de 1896, realmente solo habían transcurrido 41 años. La explicación a esta diferencia hay que buscarla en el hecho de que los tiempos pasados en campaña se contabilizaban como dobles. Y en esta cuenta se había incluido, asimismo como doble tiempo, el transcurrido entre el 6 de octubre de 1934 y el 25 de enero de 1935, periodo en el que estuvo vigente el Estado de Guerra en Canarias.

* * * * * * * * *

Antonio Fernández me ha facilitado esta información adicional:

ARTURO RODRIGUEZ ORTIZ fue Presidente del C.D. Tenerife.

2.- Practicaba la esgrima, y actuó como Profesor de Esgrima.

3.- Había casado, en junio de 1906, con Mª Concepción Martin Ravina, nieta de Felipe Ravina.

4.- Hubo un Arturo Rodríguez Martín, nacido el 14 de julio de 1910, que pudo haber sido hijo de este matrimonio. Dato pendiente de ser corroborado en el Registro Civil.

ACTUACIÓN DE ALFONSO MORENO UREÑA EN LA GUERRA CIVIL


Oficialmente consta que el Comandante ALFONSO MORENO UREÑA,

 

«En la mañana del 18 de julio y con motivo del movimiento salvador de España al cual se unió desde su iniciación y de orden superior marchó al Gobierno Civil a destituir al Gobernador Civil de la Provincia, lo que consiguió con exposición de su vida ya que solo le acompañó para ello por su voluntaria petición un Sargento y un cabo. »

El día 24 del citado Julio de 1936, – habiendo sido el Teniente Coronel ARTURO RODRÍGUEZ ORTIZ apartado de la línea de mando, por desafecto al Movimiento Militar -, el Comandante ALFONSO MORENO UREÑA se hizo cargo del mando accidental de su Regimiento, por ausentarse de esta Plaza para la de Las Palmas su jefe, Coronel JOSÉ CÁCERES SÁNCHEZ, el cual hubo de hacerse cargo del mando supremo de Canarias, sustituyendo en Gran Canaria al GENERAL LUIS ORGAZ YOLDI, quien había quedado de Comandante Militar de las Islas, después de la marcha de FRANCISCO FRANCO.

El Coronel JOSÉ CÁCERES SÁNCHEZ retornaría al mando de su Regimiento de Infantería Tenerife nº 38, tras la llegada del General ÁNGEL DOLLA LAHOZ, quien como Comandante General asumiría todo el poder en el Archipiélago.

El Comandante ALFONSO MORENO UREÑA, pasaría a desempeñar el cargo de Mayor del Regimiento, hasta el día 12 de Noviembre, fecha en la cual es designado por el Generalísimo para prestar sus servicios en Regulares de Tetuán nº 1, marchando hacia esa plaza africana, donde desembarcaría el día 27 de noviembre.

Mientras tanto, había sido destinado al Batallón de Cazadores del Serrallo nº 8, mediante orden de la Secretaría de Guerra de 21 de ese mes de Noviembre, Boletín Oficial nº 38, causando baja por tanto en el Regimiento anterior.

Sin embargo, no llegaría a verificar su incorporación a este Batallón de Cazadores Serrallo nº 8, pues por O.C. de 21 de Diciembre (B.O, nº 65), es destinado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Tetuán nº 1 incorporándose al mismo, donde permanece hasta finalizar el año 1936.

El día 1º de enero de 1937 hizo su presentación en el C.G. del General Habilitado JOSÉ IRURETAGOYENA SOLCHAGA, Jefe de la 11 División, ubicado en Majadahonda, pernoctando en ese lugar.

Al día siguiente se presentaría al Teniente Coronel Jefe del Sector EDUARDO LOSAS marchando a El Plantío, situado en el kilómetro 15 de la carretera de La Coruña, donde el Capitán JUAN VALDÉS MARTELL le hizo entrega del mando del 6º Tabor.

El día 3 ya está prestando servicios de campaña en dicho sector y frente, sufriendo fuego de armas automáticas y de cañón hasta el día 14.

En este día 14, desde las 19:45 a 22:50 horas, desencadena el enemigo un violento ataque en este frente, empleando toda clase da armas incluso tanques, siendo rechazado con energía.

El día 15 recibe tiroteo de armas automáticas.

El 16 se repite el ataque con las características del día 14.

El 17 y el 22 prosigue de servicio de campaña, sufriendo fuego constante desde el frente republicano.

El día 23 se repite nuevamente otro ataque republicano; siendo hostilizados diariamente sufriendo algunas bajas, durante el resto de esa semana y mes de enero de 1937.

Prosigue durante el mes de febrero, de servicio campaña en el mismo sector, continuando sometido a fuego de las amas del gobierno republicano de España.

El día 10, con una escuadra del tabor lleva a cabo, con éxito, una incursión nocturna en un puesto enemigo, matando su guarnición, y regresando con una ametralladora, tres fusiles, cintas de munición y mantas.

Por esta hazaña recibiría el día 16, una felicitación del Generalísimo, acompañada de mil pesetas que son distribuidas entre los componentes de la escuadra que había realizado la incursión. Tales recompensas fueron entregadas formando el Tabor para este acto,

En la noche del día 11 silencia mediante fuego de mortero la propaganda bélica que mediante altavoces realizaba el enemigo.

Entre los días 12 y 21 son alcanzadas sus posiciones por el fuego gubernamental sufriendo bajas diariamente.

En la tarde del día 16 se había hecho cargo del mando del Sector por orden superior, al marchar con permiso el Teniente Coronel EDUARDO LOSAS.

El día 22 sufre fuego de cañón en este sector, permaneciendo de servicio de campaña y en las mismas circunstancias hasta el día 28 de febrero.

El día 1º de marzo cesa en el mando del Sector al producirse la reincorporación del Teniente coronel EDUARDO LOSAS, que antes lo desempeñaba.

Retorna a su mando del 6º Tabor durante todo este mes, sufriendo constante fuego enemigo, haciendo trabajos de fortificación por la noche para evitar bajas, si bien sufre bombardeos nocturnos de aviación y ataques en todo el frente del Tabor, hasta fin del mes de marzo y la primera semana de abril.

El día 8 marchó a Oriol por orden superior para hacerse cargo del Sector del Plantío que lo guarnecen los Tabores 6º y 7º del Grupo, la 6ª Bandera de la Legión y un tabor de la Mehala de Ifni Sahara.

A las nueve horas de este día 8 de abril de 1937, recibe un ataque republicano, que rechaza.

A las 4 horas del dia siguiente vuelve a ser atacado, entablando combate intenso, viéndose bajo cortina de fuego de muchos metros de altura producida por los miles de explosiones de la violenta preparación artillera republicana que cubría el frente desde Villa Luisa a la Casa Roja.

Por rotura de las líneas telefónicas queda incomunicado del mando de las unidades.

El día 10 y 11 continua el esfuerzo republicano por romper el frente nacionalista con intervención de la aviación y tanques, que es rechazado, cesando los intentos republicanos de ataque; el día 12.

Tras esos violentos combates, el día 16 se produce una tregua a las 18 horas, al objeto de enterrar los cadáveres.

Tregua que es interrumpida, mediante violento cañoneo de la artillería republicana, que duró todo el día.

Sufre fuego de cañón y ataque de algunos tanques a la Casa Roja, recibiendo dos asaltos que rechaza enérgicamente.

Por O.C. de 28 de junio de 1937 (B.O. nº 283) es habilitado para ejercer el puesto inmediato superior de teniente coronel, para el cual estaba en condiciones desde 1935.

Pero no alcanzaría dicho grado efectivo hasta el 23 de enero de 1939.

QUEDA USTED DESTITUIDO Y DETENIDO


Por su parte, el comandante Alfonso Moreno Ureña, también contribuyó al relato de los hechos acaecidos el 18 de julio de 1936, en los cuales su protagonismo fue decisivo.

Asimismo, dicho relato fue publicado en el periódico vespertino tinerfeño La Tarde, en enero de 1937, y sería recopilado y vuelto a publicar en el mencionado libro de Víctor Zurita.

Este relato de los hechos protagonizados por el propio Comandante Alfonso Moreno Ureña, fue emitido por los micrófonos de Radio Club Tenerife.

Víctor Zurita Soler lo recopiló y publicó en su periódico vespertino LA TARDE, y más tarde lo volvió a publicar en las páginas 57 a 64, dentro del capítulo 9 del citado libro.

La plaza tomada militarmente

(Relato del comandante, señor Moreno Ureña)

Era el 17 de Julio: Ya el general había marchado a Las Palmas; oficialmente se decía que para asistir al entierro del general [Amado] Balmes [Alonso], muerto por accidente al examinar una pistola; pero esto no era todo, era solamente una parte bien pequeña de la verdad; la verdadera razón de este viaje, aunque desconocida, era por todos presentida: en ataques al Ejército, en injurias, en injusticias, en provocaciones, se había llegado a lo inaudito, a lo inaguantable sin pérdida absoluta de la dignidad, a la saturación; el viaje del general era que España se ponía en marcha en busca de ella misma, de sus gloriosos destinos. Con él fueron escoltándolo, en representación de la guarnición, cuatro oficiales de confianza, cuatro patriotas, cuatro españoles, los capitanes don Francisco Espejo [Aguilera] y don José Gil de León [Entrambasaguas] y los tenientes don Manuel Logendio Clavijo y don Álvaro Martín Bencomo, muerto después este, gloriosamente por la Patria, a las puertas de Madrid al frente de una Sección del Tercio, y aquí quedamos un grupo de oficiales dispuestos a todo, incluso al sacrificio, para ayudar a que España sea como reza el credo fascista, una, grande y libre.

El día va cayendo lentamente, plácidamente, pero hay algo impalpable, indefinible que presagia próxima tempestad.

A las 22, llamados por el oficial de guardia, volvemos a reunimos en el Cuartel los oficiales de servicio; hay orden de dormir en el Cuartel, pero nadie sabe el motivo; alguien apunta a que se teme asalten la Comandancia Militar y nadie lo cree; porque es claro que para asaltar una residencia, si esa residencia se halla defendida por el Ejército, se precisa de personas dispuestas a sacrificarse por un ideal y no de asesinos, pistoleros, enchufistas y estómagos insaciables que es lo que abunda en el Frente Popular.

Consciente de mi facilidad para dominar el sueño, y deseoso de mantener estos dignísimos oficiales plenos de facultades, para que puedan derrocharlas cuando sea llegado el momento, ordeno se retiren todos a descansar y quédome, únicamente, con el oficial de guardia alférez don Julio Isidro González, pero vigilante, bien despierto.

Duermen esta noche en el Cuartel los capitanes don Camilo Tocino [Tolosa], don Servando Accame [Amaya] y don Pablo Erenas [Martín], los tenientes don Pedro Cabrera, don Juan Barrena y don Manuel Carmona [Navarro] y el entonces alférez don Juan Roncero. Próximamente a las 22’30 horas, el capitán don Pablo Erenas [Martín], recibió orden de salir con su compañía, la 3ª del 1º, para reforzar la guardia dela Comandancia Militar.

Todos ellos, antes de retirarse a descansar, me ruegan inútilmente les permita quedarse acompañándome y al no conseguirlo se contentan con mi formal promesa de despertarlos a la primera señal de alarma. Nos despedimos, pues, y quedo solo con mis pensamientos, paseando por el patio.

¡¡18 de julio!!

Salvo el ruido acompasado del paso de relevos y patrullas, nada perturba el silencio de esta histórica madrugada. Nada tan propicio a hacer volar la imaginación como el insomnio, la soledad y el silencio si, como en este caso, sobre comparecer juntos en esta inolvidable madrugada, traen de la mano grandes preocupaciones. Las imágenes se suceden con vertiginosa rapidez, y en su alocada carrera, hacen que los minutos parezcan siglos y las horas eternidades.

¿Cuántos cientos de veces habré medido el patio en uno y otro sentido? Pero yo tengo una orden que cumplir, he de comprobar de tiempo en tiempo que no carecemos de comunicación telefónica y disponer la ocupación de las Centrales telefónicas e interurbanas en caso de que nos fallen; y esta orden es mi tabla de salvación, pues al situarme en la realidad del momento, detiene automáticamente la alocada carrera de mi pensamiento.

Suenan lentas, acompasadas las cuatro en distintos relojes y pocos segundos después llegan con el teniente [Esteban] Saavedra [Togores], enviado por nuestro coronel que ha pasado la noche en la Comandancia Militar, noticias y órdenes emocionantes. España, guiada por Franco, se ha puesto en marcha, y como éste es el caudillo insigne, indiscutible e indiscutido, ya que jamás sufrió un revés, saberle a él al frente del movimiento salvador, es tener la certeza absoluta de que, por numerosos e importantes que sean los obstáculos a vencer, llegará infaliblemente el amanecer de la victoria; pues su férrea mano, conduciendo al dictado de su clara inteligencia a nuestra idolatrada Patria, la llevará, sin posible desviación, por la recta que desemboca en la ansiada aurora del orden, del trabajo, del amor, de la prosperidad y de la grandeza.

Subo a los dormitorios de oficiales; despierto a los capitanes y al comunicarles la buena nueva, juntamente con la orden que pronto expondré, escapa de sus pechos espontáneamente esta hermosa frase “¡Gracias a Dios!” Y sus brazos me estrechan al tiempo que en sus labios florece un “¡Viva España!”, mi comandante; al que yo, emocionado, contesté “¡Viva una y mil veces!”, mis queridos amigos; por Ella todo, hasta el sacrificio. Entre tanto, [Esteban] Saavedra [Togores] ha hecho igual comunicación a los oficiales, e instantes después truécase la quietud en febril actividad.

Parten emisarios a las casas de jefes, oficiales y suboficiales; otros son llamados por teléfono; la orden es “todo el mundo al Cuartel”. Al ganado se le da un último pienso mientras se embasta, y en tanto se alistan y preparan las armas y municiones de todas clases, se sirve un buen desayuno. Todo el mundo obedece con voluntad, nadie duda ni titubea; ello, no obstante, mi observación es atenta y vigilante como corresponde a la trascendencia del momento, a la importancia de lo que está sobre el tapete.

Terminado el desayuno comienzan a formar las fuerzas que la Comandancia Militarha dispuesto salgan para desembocar en la plaza de la Constitución simultáneamente por las calles de Cruz Verde, Candelaria y Avenida Marítima, en el mismo instante que otras fuerza procedentes de otros puntos lo harán por la del Castillo, San Francisco, etc. A las 5, ya bien de día, descansan sobre las armas en su puesto de formación, las escasas fuerzas que esperan el momento de salir, y mientras el capitán don [Servando] Accame [Amaya], que por ser cajero y no tener reglamentariamente mando de tropas fuera del Cuartel, me ruega con insistencia que le honra le permita acompañarme “aunque sea de secretario”- tal es su pintoresca frase – van llegando todos los oficiales y suboficiales. De jefes soy el único: el coronel, como queda dicho, en su calidad de Comandante Militar, ha pasado la noche en la Comandancia Militar, y aún está allí; el comandante don Rómulo Rodríguez Baster, está en la Orotava desempeñando el doble cargo de Comandante Militar de aquella Villa y jefe del 2º Batallón; y ni el teniente coronel, don Arturo Rodríguez Ortiz, ni el comandante del primer batallón don Rafael Vitoria, han llegado aún.

El capitán [Servando] Accame [Amaya], cual pobre porfiado se sale con la suya. He accedido a que me acompañe con carácter de ayudante, y mientras contentísimo me expresa su agradecimiento, informo a él y al capitán [Camilo] Tocino [Tolosa], que está al frente de sus ametralladoras, de la orden que acabo de recibir. Dicha orden dice así: “Si a las cinco y cuarto en punto no ha llegado el comandante don Rafael Vitoria, saldrá usted con esas fuerzas y tomando el mando de las que concurrirán en la Plaza de la Constitución, ocupará usted el Gobierno civil e incluso atacándolo si se ofreciere resistencia, destituirá y detendrá al gobernador y secretario, permitiendo al primero libertad de movimiento en su casa, incluso usar del teléfono siempre que todas estas conferencias sean intervenidas.”

Las cinco y cinco. Mi reloj, que desde hace cinco minutos no dejo de la mano, parece marchar con una lentitud inaguantable. Llega ahora el teniente coronel [Arturo Rodríguez Ortiz]. Le recibo con arreglo a las ordenanzas, le doy cuenta de lo que tengo orden de hacer y después de hablarnos escasamente un minuto, se va a la sala de Banderas.

Allí está ya el capitán Prats y allí están a medida que vamos llegando los capitanes [Juan] Pallero [Sánchez], [José] Jordá y [Lorenzo] Machado [Méndez]. Las 5,14. Ya, gracias a Dios, llegó el fin de la interminable espera. Comunico al teniente coronel [Arturo Rodríguez Ortiz] que salgo y a lo que salgo. Encomiendo el cuidado y la defensa del cuartel al capitán [José] Jordá, por ser el más antiguo, y doy al capitán [Camilo] Tocino [Tolosa] la orden de partir.

Son exactamente las 5 y 15 minutos. Es completamente de día. Los escasos madrugadores que hallamos nos dirigen miradas de extrañeza, seguramente, porque no ven lo acostumbrado. No es una fuerza que desfila, es una fuerza que avanza desplegada, atenta a cuanto le rodea y dispuesta a repeler cualquier agresión y a atacar para vencer cualquier resistencia. Unos cuantos pasos a vanguardia de la primera línea marchamos [Servando] Accame [Amaya] y yo; poco después se nos agregan un sargento y un cabo en calidad de voluntarios, La marcha es lo indispensablemente lenta para poder controlar la aproximación de todas las fuerzas mencionadas, y su simultánea presentación en la Plaza de la Constitución, en la forma ya indicada.

Sin novedad alguna hemos llegado y ocupado militarmente la plaza, y mientras se colocan las ametralladoras y el cañón en los emplazamientos que señalo, hago un rápido reconocimiento de las fachadas del Gobierno Civil y sus alrededores. Salvo lo que pueda contener el edificio, son escasas las fuerzas que lo custodian o piensan defenderlo. En el zaguán y a la derecha de la puerta sobre la acera, dando frente a la plaza, se ve, descansando sobre las armas, como un pelotón de guardias de Asalto. A su frente se halla el teniente [Esteban] Companys; a la izquierda y simétrico con este último grupo, otro menos numeroso de guardias civiles. Todos están armados de mosquetones.

Dedico toda mi atención a los guardias de asalto, por habérseme advertido oficialmente que no opondrá resistencia la Guardia Civil; y al no observar movimiento alguno de dichas fuerzas doy mis últimas instrucciones al capitán [Camilo] Tocino [Tolosa], relativas al asalto y toma del edificio, y seguido sólo de [Servando] Accame [Amaya] y del sargento y cabo voluntarios, me dirijo pistola en mano a la puerta del Gobierno Civil. A cuatro o cinco pasos de ella, el teniente [Esteban] Companys, que previamente ha puesto firme a sus fuerzas, sale a mi encuentro, y a mi pregunta de con quién está, si con nosotros o con esa gentuza del Gobierno, contesta con energía: «con usted, mi comandante». A mi nueva pregunta de “¿y sus fuerzas?”, recibo nuevo saludo y la misma contestación, «con usted, mi comandante». Ante tan categóricas como inesperadas contestaciones en tan dramático momento, se ensancharon nuestros corazones y penetramos en el gobierno civil, sólo los cuatro mencionados, sin recibir, como era de esperar, el saludo, ya que no el ofrecimiento de resistencia, del otro grupo de fuerza, pero sí el saludo y felicitaciones de varias personas que se hallaban en el patio, entre las que recuerdo al inspector de Policía, don Francisco Morales [Fresnes]

Después, nadie hasta llegar al despacho. En éste se encontraban: a la izquierda de la puerta, entrando por la de frente al balcón, el teniente coronel de la Guardia Civil[Isidro Cáceres Ponce de León] solo y muy próximo a esta puerta y a la pared; a la derecha, algo separados de la puerta y hacia el centro de la habitación, un grupo de unas nueve personas entre las que vi al gobernador, su secretario, el inspector jefe de Policía, éste con las dos manos en los bolsillos de la americana, y al infortunado teniente don Alfonso González Campos, era éste el más próximo a la puerta, y su gesto alegre y risueño a que me tenía acostumbrado, era para mi, en aquel momento, algo totalmente desconocido, tanto que me preocupó desde el instante de verle. Hice una inclinación de cabeza al teniente coronel, y, rápidamente, sin pronunciar palabra, presté mi atención al grupo de la derecha. ¿El señor gobernador? inquirí: «Servidor de usted», contestó el aludido. «De orden del Comandante Militar, queda usted destituido y detenido, con libertad de andar por su casa y hablar incluso por teléfono, siempre y cuando las conferencias sean intervenidas». Díjome que, como podía ver, había hecho todo lo posible para evitar derramamiento de sangre, y después de contestarle yo que era lo menos que podía hacer, di cuenta telefónicamente al Comandante Militar de que su orden había sido cumplida. Me ordenó que dejase en el Gobierno una guardia de un oficial y 25 hombres; dispusiera se diera lectura por el capitán Félix Díaz [Díaz] al bando declarando el estado de guerra y regresara al cuartel con el resto dela fuerza. Así lo hice y antes de las dos horas siguientes comenzaron a presentarse en el cuartel, para ser alistados por el tiempo que duren las actuales circunstancias, muchachos jóvenes, pequeños en edad, si, algunos menores de 16 años, pero grandes, verdaderos gigantes de corazón y patriotismo, a los que Santa Cruz debe hoy cuanto es y cuanto tiene.

Yo les he visto prestando servicio continuo durante varios días, sin descanso y sin posible relevo, pero alegres y contentos de poder ofrecer a la Patria esas fatigas, esos sacrificios. Voluntarios siempre para todo riesgo, para todo peligro, como lo demostraron aquella misma tarde, primero, al tomar por asalto, en honrosa porfía, los dos camiones que había en el patio del cuartel, cuando apenas se había apuntado la necesidad de enviarlos con fuerzas a sofocar la sublevación de los Guardias de Asalto; y, después, con su heroica actuación, aplastando este movimiento, sin haber tenido tiempo siquiera de recibir la primera lección de cargar y encarar el arma. Allí, a uno de ellos, a Santiago Cuadrado Suárez, cúpole la fortuna de escribir con su generosa sangre la primera página de la historia de esta asombrosa reconquista. Yo os admiro, ejemplares jóvenes patriotas, y al despedirme de vosotros para aportar mi granito de arena a esta magna obra, quiero haceros la justicia de proclamar muy alto, que sin vosotros, sin vuestro caballeresco y patriota gesto, otra muy distinta y muy lamentable habría sido la suerte de esta capital. Ella os es, pues, deudora de cuanto es y tiene, y algún día os hará la justicia de reconocerlo así, y en tanto ese día llega, gritad conmigo: ¡Viva nuestro insigne caudillo! ¡Viva el Ejército de salvación! ¡Viva España! ¡Arriba España!

LLEGADA DE FRANCISCO FRANCO A CANARIAS


El General de División FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE había sido nombrado Comandante Militar de Canarias por Decreto de fecha 21 de febrero de 1936, publicado en la página 1547 de la Gaceta de Madrid número 54 del día 23.

Este Decreto reza así:

A propuesta del Ministro de la Guerra,

Vengo en nombrar Comandante Militar de Canarias al General de división D. Francisco Franco Bahamonde, actual Jefe el Estado Mayor Central del Ejército.

Dado en Madrid a veintiuno de Febrero de mil novecientos treinta y seis.

NICETO ALCALA-ZAMORA Y TORRES

El Ministro de la Guerra,

Carlos Masquelet Lacaci.

A renglón seguido, en esta misma página de la Gaceta de Madrid, viene el nombramiento del general MANUEL GODED LLOPIS como Comandante Militar de Baleares, cesando en el puesto de Inspector Jefe de la tercera Inspección del Ejército que venía desempeñando.

FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE había venido desde Cádiz a Canarias, habiendo embarcado, el lunes 9 de marzo de 1936, en la motonave Dómine.

El vespertino grancanario DIARIO DE LAS PALMAS, en su número 14632 del jueves 12 de marzo de 1936, proporciona estas noticias:

Ayer llegaron a nuestra ciudad el Comandante militar de Canarias, general Franco, y el nuevo Gobernador Civil de Las Palmas, señor Ramos Vallecillo

Como anunciamos en nuestra edición de ayer, anoche llegaron a Las Palmas el Comandante Militar de la región, general Franco Bahamonde, y el nuevo gobernador civil de la provincia, don Manuel Ramos Vallecillo, que hicieron viaje desde Cádiz a bordo de la motonave “Dómine”.

Al muelle acudieron a recibirles nuestras primeras autoridades, tanto civiles como militares y gran cantidad de público.

Como suponíamos, la autoridad militar de Canarias no transbordó al interinsular que zarpó mas tarde conduciendo al pasaje que trajo el Dómine para Tenerife. El ilustre general pernoctó a bordo de la motonave y esta noche continuará viaje para la isla de su residencia.

Tanto el general Franco como el señor Ramos Vallecillo se mostraron afectuosísimos con los periodistas y demás personas que les cumplimentaron, y no ocultaban su satisfacción por encontrarse en Las Palmas, de cuyas bellezas y atractivos – dijeron – poseían un alto concepto.

(. . . )

Entre las autoridades militares que cumplimentaron ayer al general Franco figura el general de brigada D. Julián López Viota que desde hace varios días se encuentra en Las Palmas procedente de Sevilla con motivo de un Consejo de guerra celebrado recientemente en Santa Cruz de Tenerife, cuyo acto presidió.

En la misma página de este número 14632 del jueves 12 de marzo de 1936, DIARIO DE LAS PALMAS, en las dos columnas de la derecha, insiste en la crónica portuaria, de este modo:

La animación de ayer en el muelle de Santa Catalina

Ayer tarde, y con motivo de coincidir aproximadamente la llegada y salida de los correos de la Península, presentaba el muelle de nuestro gran puerto de refugio general animación.

(. . . )

Poco después de la cinco soltó las amarras que le ligaban a puerto, proa a la Península, el trasmediterráneo “Isla de Gran Canaria”, que conducía su bordo, entre otros muchos pasajeros a la embajada deportiva del Unión F.C., campeón de Tenerife, que marcha a la Madre Patria

(. . . )

Por cierto que en los preliminares de la salida del “Isla” comenzaron a estacionarse en los alrededores del atraque numerosos obreros, al parecer – según alguien nos informó – con el propósito de impedir el embarque para la Península del sargento de Asalto, Pitat, que mandaba las fuerzas cuando resultó herido en la manifestación nocturna del 16 de febrero el infortunado José Morales Ojeda (q.e.p.d.); pero el tiempo transcurría, el correo levó sus anclas… y el sargento no apareció. Alguien también informó que ya se había ausentado por la mañana a bordo del “Plus Ultra”.

En el “Isla de Gran Canaria” también hizo viaje a la Península el diputado por esta circunscripción, señor Junco Toral, que marcha a Madrid a comenzar sus labores parlamentarias en pro de nuestra provincia. El señor Junco fue despedido a bordo por sus familiares y amigos y el directorio en pleno de la Agrupación Socialista de Las Palmas, a cuya colectividad política pertenece. Antes de zarpar el buque, y desde a bordo nuestro diputado exhorto a los obreros a que se disolvieran pacíficamente, como así lo hicieron.

Más tarde, aproximadamente las siete, comenzaron a divisarse las luces de situación del “Dómine”, que a poco penetraba magestuosamente en la bahía y se adosaba al costado del muelle.

A la izquierda de estas noticias portuarias, DIARIO DE LAS PALMAS, asimismo a dos columnas, da esta otra:

La recepción de hoy en el Palacio de la Comandancia Militar

A las once de esta mañana se celebró en el Palacio de la Comandancia militar de Las Palmas una brillante recepción en honor del Excmo. Señor don Francisco Franco Bahamonde, nuevo comandante militar de la división de Canarias. Al acto asistieron los jefes y oficiales de las distintas guarniciones de esta capital, que testimoniaron su respeto y adhesión al ilustre general que hasta esta noche será nuestro huésped. Durante el acto, una sección de Infantería con bandera y música hizo guardia de honor a la puerta del Palacio ejecutando la banda diferentes composiciones y poniendo una pincelada de alegría en el ambiente comercial de Triana.

Aceptando que sea cierta esta amplia crónica, publicada en el citado número 14632 del jueves 12 de marzo de 1936, por DIARIO DE LAS PALMAS, se concluye:

FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE llegó a Las Palmas (Gran Canaria), en la motonave DÓMINE que arribó el miércoles 11 de
marzo de 1936, después de las siete de la tarde.

Al día siguiente jueves 12, a las once de esta mañana tuvo lugar en el Palacio de la Comandancia militar de Las Palmas una brillante recepción en honor del nuevo comandante militar de Canarias, FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE.

O sea, que FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE, asumió el mando militar del Archipiélago canario el jueves 12 de marzo de 1936, en Las
Palmas (Gran Canaria).

Mando que, desde la marcha del general Fanjul, había sido asumido interinamente por el General de Brigada AMADO BALMES ALONSO,
Comandante Militar de Las Palmas.

General de Brigada AMADO BALMES ALONSO que no es citado en la noticias dadas por DIARIO DE LAS PALMAS.

En cambio si es citado el general de brigada JULIÁN LÓPEZ VIOTA, venido de Sevilla para presidir un Consejo de Guerra en Santa
Cruz de Tenerife.

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Este Consejo de Guerra de Oficiales Generales, había tenido lugar el viernes 6 de marzo de 1936, en Santa Cruz de Tenerife. En el mismo estuvieron encartados el Capitán Pedro Blanco Consuelo, y los tenientes Manuel Pérez Sánchez, Manuel Mulero Clemente, Francisco Sánchez Rodríguez, José Batista Soba y Francisco Daban de la Concha, acusados de los delitos de malversación y abuso de autoridad.

Ciertamente, el Tribunal estuvo presidido por el General de Brigada JULIÁN LÓPEZ VIOTA, siendo vocales del mismo los Coroneles JOSÉ CÁCERES SÁNCHEZ, DIEGO VEGA MONTESDEOCA, JOAQUÍN GARCÍA PALLASAR y JOSÉ RODRIGO VALLABRIGA, y los Tenientes Coroneles VICENTE PELEGERO LORES, ARTURO RODRÍGUEZ ORTIZ y ARTURO ROLANDI PERA. Habiendo sido Juez
Instructor el comandante FRANCISCO SÁNCHEZ PINTO.

Actuaron como defensores el comandante EDUARDO CAÑIZARES NAVARRO y los capitanes ROMÁN LEÓN VILLAVERDE, SANTIAGO DÍAZ TRAVIER Y PRUDENCIO GUZMÁN GONZÁLEZ. 

La Causa que dio lugar a este Consejo de Guerra, había sido iniciada el 5 de marzo de 1935, bajo el número 17 de 1935. Sería archivada con la signatura o clave 5735-188-1, habiendo sido dada por terminada el 26 de julio de 1940.

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La motonave DÓMINE permaneció en el muelle de Santa Catalina de Las Palmas (Gran Canaria), zarpando el viernes 13 de marzo de 1936, para Santa Cruz de Tenerife, adonde arribó en la mañana de este día.

FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE fue cumplimentado por las autoridades a bordo del Dómine en el Puerto de Santa Cruz de
Tenerife, desembarcando después de las diez de la mañana del viernes 13 de marzo de 1936, recibiendo los honores de ordenanza por una compañía de infantería mandada por el Capitán JUAN PALLERO SANCHEZ.

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Carlos Fernández Santander en su libro «FRANCO Un dictador en un tiempo de infamia», editado por Crítica, ha dejado escrito esto:

COMANDANTE GENERAL DE CANARIAS

Azaña fue el presidente del nuevo Gobierno y el general Masquelet Lacaci, ferrolano como Franco, fue designado ministro de la guerra. Entre las primeras medidas que tomó figuró el cese de Goded y de Franco; el primero fue enviado a Baleares y el segundo a Canarias como comandante general de las Islas. Antes de partir, Franco se entrevistó con Azaña y con Alcalá Zamora. «Donde yo esté no habrá comunismo»,31 parece ser que le dijo a este último. En el andén de la estación del Mediodía, fue despedido entre otros, por los generales Fanjul, García de la Herrán, Goded, Saro y Uzquiano, por el coronel Ruiz Marset. Salió de Cádiz el 9 de marzo, 32 en el vapor correo Dómine de la Compañía
Trasmediterránea, acompañado por su mujer, su hija y sus ayudantes, Franco Salgado y Diaz Varela. También viajaba en el buque el nuevo gobernador civil de Las Palmas. Durante los primeros días de la travesía sufrieron un gran temporal de poniente. Tan fuerte fue que muchos pasajeros no salieron del camarote y comieron a base de bocadillos. El Domine hizo escala en la capital grancanaria, en donde Franco fue cumplimentado por el gobernador militar, Amadeo Balmes, y otros mandos.
Esa noche, el general cenó en casa de la viuda de Miguel Franco Salgado, hermano de su ayudante, y salió para Tenerife al dia siguiente.

He subrayado varias inexactitudes advertidas en lo escrito por Carlos Fernández Santander.

Porque de la documentación contrastada, dimanan estas obviedades:

1.- Franco no era comandante GENERAL de las Islas Canarias, sino Comandante MILITAR.

2.- El nombre del general Balmes era AMADO, no Amadeo.

3.- El general AMADO BALMES ALONSO, no era gobernador militar de Las Palmas, sino Comandante Militar.

Lamentablemente, estas obviedades han sido ignoradas por multitud de historiadores, plumíferos y tecleadores, que como cacareadores, las reiteran en sus publicaciones, faltando al rigor histórico exigible.