EL TIEMPO SUR
Del cuadro de datos meteorológicos de noviembre de 1937, queda corroborado, que ciertamente, en aquel mes y año, hubo tiempo sur. Me parece conveniente, hacer un pequeño alto en el camino de la Recuperación de Memoria Histórica, para explicar someramente que este denominado TIEMPO SUR.
Por su posición geográfica, podría esperarse que las Islas Canarias tuvieran un clima determinado por su proximidad al desierto del Sahara.
Afortunadamente, el Archipiélago Canario es bañado por una corriente de agua procedente del norte, que contribuye a que las aguas canarias sean más frías de lo que cabría esperar por nuestra latitud y cercanía al Continente Africano.
Esta corriente marina, conocida como corriente de Canarias, actúa como barrera separadora del desierto.
Paralelamente, la atmósfera de Canarias está sometida a la influencia de los vientos alisios, vientos de nordeste, relativamente frescos y no demasiado húmedos, que dan lugar a la formación de un «mar de nubes».
Estas condiciones determinan la benignidad del clima de Canarias.
Sin embargo, de vez en cuando, varias veces al año, el Archipiélago Canario sufre invasiones de aire seco africano, que sustituye a la habitual masa de aire marítimo propia del alisio. A este tiempo, por su contraste con el normal tiempo del norte, solemos los canarios denominarlo TIEMPO SUR.
Los datos registrados en los anemocinemógrafos, indican que durante ese TIEMPO SUR, si bien el viento puede presentar una componente Sur dominante, la dirección del viento suele ser predominantemente del Este, o ESE, acorde con su procedencia sahariana. Su velocidad tampoco es uniforme, pudiendo ir desde la calma hasta la violencia del viento fuerte, típico del siroco africano.
En términos generales, podemos decir que este TIEMPO SUR se caracteriza por:
1.- Temperatura bastante más alta que la habitual.
2.- Baja humedad del aire, siendo hasta más preciso, hablar de sequedad.
3.- Viento de componente Este, que puede oscilar desde la calma absoluta hasta rachas violentas, que recuerdan al siroco sahariano.
4.- Visibilidad reducida por calima y/o polvo sahariano.
5.- Cielo despejado, o con presencia de nubes medias, tales como Altocumulus o Altostratus.
El resultado de estas condiciones suele ser deprimente u opresivo para las personas, y bastante perjudicial para los cultivos. Y, obviamente, si la fuerza del viento es considerable, peligroso para las pequeñas embarcaciones fondeadas cerca de la costa, sin abrigo.
* * * * * * * * * *
Para ilustrar este tema, de mi memoria personal puedo aportar ésto:
Yo inicié mi trayectoria profesional meteorológica en el Observatorio Meteorológico del Aeródromo de Guacimeta en Lanzarote, en octubre de 1965, donde además de meteorología hube de desempeñar la tarea de controlador aeronáutico.
Después de superada la oposición de ingreso como Observador de Meteorología, un año antes, en 1964, hube de pasar un curso de prácticas meteorológicas, que llevé a cabo en el Observatorio Meteorológico de Gando. Aquí fui instruido por veteranos y excelentes profesionales, entre los cuales aún recuerdo los apellidos de dos de ellos, Ramírez y Alemán, por su bonhomía y excelente profesionalidad.
Sus enseñanzas me serían de gran utilidad, una vez suelto, sólo, en el Aeropuerto de Lanzarote, donde fui el primer meteo civil, de extracción civil, destinado al mismo. Cuando ya comenzaba a vislumbrarse el efecto económico del turismo extranjero.
La calidad de las enseñanzas recibidas de Alemán y Ramírez, me han acompañado y sido de gran utilidad, a lo largo de toda mi trayectoria profesional meteorológica, en los diferentes puestos desempeñados, durante casi tres décadas.
* * * * * * * * * *
Mas, volvamos al propósito de esta aportación de mi memoria meteorológica personal, que era ilustrar sobre el denominado TIEMPO SUR.
De aquellos años pasados en Lanzarote, recuerdo haber sufrido más de una invasión de aire sahariano, violento y racheado, y muy seco.
En uno de estos episodios de invasión de aire sahariano, mi compañero de torre de control, Paco Romero, excelente profesional radiotelegrafista, y mejor persona, lanzaroteño de nacimiento, que se refería al TIEMPO SUR, llamándolo TIEMPO MAJORERO, quedó bastante desolado al comprobar que ese tiempo majorero había asolado sus uvas en la Geria, las cuales habíanse secado, quedando casi como pasas, sufriendo una considerable merma económica.
Asimismo forma parte de mi recuerdo meteorológico conejero, que en una de aquellas rachas violentas del viento africano, al abrir la garita meteorológica, el embate fue tan violento, que tumbó los termómetros, rompiéndose uno de ellos.
Estuve destinado en Lanzarote hasta la primavera de 1968, en que me trasladé a la Estación de Radiosondeos del Centro Meteorológico de Santa Cruz de Tenerife.
Conservo buenos recuerdos de mi experiencia personal y profesional durante aquellos dos años y medio que estuve destinado en Lanzarote.
Y también algunos amargos.