Los tres conceptos Libertad, Igualdad y Fraternidad, habían sido enunciados juntos por el gran orador François de Salignac de La Mothe, (1651-1715), llamado Fénelon por su lugar de nacimiento, a finales del siglo XVII.
Y estas tres palabras unidas indisolublemente se expandieron por el mundo a lo largo del siglo siguiente, el Siglo de las Luces.
Durante la Revolución Francesa, el lema «Libertad, Igualdad, Fraternidad» fue mencionado reiteradamente.
Estos conceptos de Libertad, Igualdad y Fraternidad, serían asumidos como preceptos por la Masonería, al considerarlos esenciales para sus Sociedades.
Paulatinamente van impregnando el pensamiento político de las naciones, que los van incorporando a sus normas constitucionales y/o legales.
En la Constitución Francesa de 1848, el lema «Libertad, Igualdad, Fraternidad» se define como un «principio» de la República Francesa.
Hoy en día es considerado parte integral del patrimonio nacional francés.
Finalmente estas ideas son incorporadas como principios básicos en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, adoptada y proclamada por la Resolución 217 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948.
Su artículo 1 dice:
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Libertad, Igualdad, Fraternidad son Derechos Humanos.
Respetarlos y hacer que sean respetados por todos los poderes y personas, debería formar parte de nuestra conducta cotidiana.