19360617 TOMA DE POSESIÓN DE CINCO CONCEJALES DESIGNADOS


El Libro de Actas identificado con el número 30, en el Archivo Municipal de Santa Cruz de Tenerife, contiene doscientos folios numerados.

Fue iniciado el jueves 3 de junio de 1936. Y acaba con el acta de la sesión del jueves 21 de diciembre del mismo año 1936.

En el folio 26, se inicia el acta de la sesión plenaria municipal del jueves 17 de junio de 1936.

Leamos.

En las Casas Consistoriales de la Muy Leal, Noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, Capital de la provincia de este nombre, a diecisiete de Junio de mil novecientos treinta y seis, se reunió el Excmo. Ayuntamiento en sesión pública ordinaria de segunda convocatoria, previamente citado con arreglo a las disposiciones vigentes; bajo la Presidencia del Sr. Alcalde don José Carlos Schwartz y Hernández y con asistencia de los Señores Concejales consignados al margen, para tratar y resolver los asuntos figurados en el orden del día, repartidos con la convocatoria.

Los Concejales consignados al margen fueron estos 22:

 

1 Luis Álvarez Ñáñez
2 Francisco Rodríguez Guanche
3 Nicolás Mingorance Pérez
4 Santiago Albertos Hernández
5 Domingo López Torres
6 Pedro García Cabrera
7 Francisco Palacios Gutiérrez
8 José María Martín Díaz
9 Adrián Savoie Benítez
10 Fernando Crespo Llorente
11 Salvador Díaz Ferreira
12 Francisco González Fernández Trujillo
13 Juan Martínez de la Peña
14 Juan Toledo Torres
15 Marcos Jiménez Vilar
16 Álvaro Padrón Benítez
17 José González Cabrera
18 Manuel Guadalupe Pérez
19 Tomás Armas Quintero
20 Cándido Reverón González
21 José Siliuto González
22 Manuel Armas González

 

.Abierta la sesión a las diecinueve horas y diez minutos, el Secretario infrascrito dió lectura al acta de la anterior que fue aprobada por unanimidad y sin discusión.

El Señor Presidente dispuso que se diese lectura a una comunicación  del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia, por la que designa Concejales a los Sres. D. Juan Toledo Torres, D. Marcos Jiménez Vilar, D. Adrián Savoie Benítez, D. José Ñañez Hernández y D. Domingo López Torres, para cubrir las vacantes producidas por los Sres. D. Matias Molina, D. Francisco García Martin, D. Fulgencio Santaella, D. Alberto Castilla, y D. Oscar Pestana, respectivamente.

Presente todos los Sres. designados .tomaron posesión de sus respectivos cargos registrándose por la Secretaría las correspondientes credenciales.

S.E. acordó dar cuenta a primera Autoridad Civil, de este acto. 

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Ignoro quien es el concejal ALBERTO CASTILLA que figura entre los vacantes.

Lo he buscado en las diversas listas de concejales que he ido acumulando en mis pesquisas archiveras, y no he conseguido encontrar un concejal con tal nombre.

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Exactamente un mes más tarde de esta sesión municipal, se pondría en marcha el sangriento golpe de estado, iniciado en Melilla el 17 de julio de 1936, contra el legítimo Gobierno Republicano de España, y la subsiguiente cruel Guerra Civil.

Que aquí en Canarias, se traduciría en una feroz represión, con multitud de presos políticos, más de 120 personas fusiladas, víctimas de inicuas sentencias dictadas por ilícitos consejos de guerra.

Y un considerable e indeterminado número, de personas DESAPARECIDAS, asesinadas, sin proceso ni sentencia.

Sin olvidar que casi SESENTA MIL jóvenes canarios, fueron militarizados y enviados a luchar en los frentes de guerra peninsulares.

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Precisamente, el gran poeta DOMINGO LÓPEZ TORRES, que tomaba posesión como concejal, en la sesión reseñada, se cuenta entre los DESAPARECIDOS ASESINADOS.

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MUERTE, SANGRE, LÁGRIMAS Y HAMBRE, PARA NUESTRO PUEBLO.

Y EXILIO para los vencidos que hubieron de abandonar ESPAÑA, para escapar de la vesania de los vencedores.

 

ETIQUETAS

JUAN TOLEDO TORRES, MARCOS JIMENEZ VILAR, ADRIÁN SAVOIE BENÍTEZ, JOSÉ ÑÁÑEZ HERNÁNDEZ, DOMINGO LÓPEZ TORRES,

MATIAS MOLINA HERNÁNDEZ, FRANCISCO GARCÍA MARTÍN, FULGENCIO SANTAELLA TUELLS, ALBERTO CASTILLA, OSCAR PESTANA RAMOS

 

LAS PLACAS DE AZULEJOS


 

El desaguisado de quita y pon, o mejor dicho, cambiar lápidas de calles y plazas, proseguiría dentro del Ayuntamiento republicano de Santa Cruz de Tenerife.

En la sesión celebrada dos semanas después de la aprobación de la propuesta de Plaza de la República preconizada por FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA, el 15 de Agosto de 1.934, se dió cuenta de un informe de la Sección de Fomento, en el que se dice que las placas de azulejos adquiridas por suscripción popular con los nombres de “Plaza de la República” y de «Don  Adolfo Benítez», deben ser aceptadas, dando las gracias a los donantes y que, en cuanto a su colocación, se espere, para la de la Plaza de la República, a que sea una realidad una vez que construyan los edificios allí proyectados, y que se coloque desde ahora la destinada a Don Adolfo Benítez.

El Sr. Francisco García Martín, apoya el aludido dictamen, que suscribe, diciendo que deben ser aceptadas aunque por algunos se juzgue que no sean todo lo a propósito que fuera de desear.

El Sr. Esteban Pérez Barrera, dice que siente  intervenir en este asunto, pero se ve obligado hacerlo para manifestar que no esté conforme con que sean colocadas esas lápidas, por no considerarlas adecuadas para ponerlas en los sitios que se indican.

Estima que el Ayuntamiento pudiera encargar la confección de placas para ser colocadas en los lugares dichos, de acuerdo con un sentido de estética que  hermanase con la importancia de los lugares aludidos.

Por último S.E. acordó que quedaran a la exposición de los Señores Concejales las lápidas donadas para que examinadas por estos digan si procede o no emplazarlas en los indicados sitios: dejando sobre la mesa el expediente correspondiente.

Es escrito de donación de las placas era del siguiente tenor:

 

Al Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

Excmo. Sr.

Francisco González Trujillo, mayor de edad, de esta vecindad, con domicilio en la calle Ferrer nº 49, a V.E. atentamente expone:

Que por iniciativa de varios entusiastas, se llevó a efecto una suscripción encaminada a recaudar fondos para la adquisición de dos artísticas placas de azulejos con el nombre de la Plaza de la República y otras dos con el del ciudadano, ya fallecido, don Adolfo Benítez y estando ya en nuestro poder dichos rótulos, son asi mismo nuestros deseos el que queden colocados en sus respectivos sitios a cuyo fin dirijimos la presente instancia a ese Excmo. Ayuntamiento a fin de que, previa entrega de las mimas, se sirva, si así lo tiene a bien, ordenar su rápida colocación.

Es gracia que espera alcanzar de V.E.

Sta Cruz Tenerife 28 de Julio 1934

 

[firmado y rubricado, legible Francisco González]

Parece que el autor de esta instancia no dominaba la escritura burocrática, y tampoco andaba muy fuerte en sintaxis. Aunque en buena voluntad y generosidad estaba sobrado.

La coincidencia de la fecha de esta instancia con la de la proposición de Francisco Martínez Viera es curiosa.

Parece como si fuera una constante de la municipalidad santacrucera confeccionar las placas de las plazas, antes de haber construido las mismas.

En la sesión siguiente celebrada el 22 de agosto de 1934, se retoma la cuestión, que aparece reflejada en el acta de la siguiente forma:

 

Se dio cuenta del asunto dejado en la sesión anterior, sobre la mesa y que se refiere a un informe de la Comisión de Fomento en el que se propugna por la aceptación de unas placas de azulejos adquiridos por suscripción popular con los nombres de «Plaza de la República» y «Adolfo Benítez”, para ser colocadas en las que llevan los titulares respectivos.

 

El Sr. Francisco García Martín apoya el dictamen y cree que deben ser aceptadas esas placas, pues aparte de que a el no le desagradan, sabe que bastantes personas son de su parecer.

 

Cree que no haya inconveniente para su aceptación ya que sería de pésimo efecto, inclusive, desairar a los donantes.

 

El Sr. Esteban Pérez Barrera se ratifica en lo que anteriormente y sobre el particular había expresado, lamentando que los adquirentes no hubiesen tenido el cuidado de consultar con el Ayuntamiento dichos modelos al objeto de que al adquirir las placas tuviesen de antemano la conformidad municipal.

Insiste en que no son de buen gusto las mismas y no basta la gratuitidad de ellas para que se ofenda al buen gusto

.

El Sr. Francisco García Martín propone que se acepten y se den las gracias, y después de otras manifestaciones de varios señores concejales, el Ayuntamiento así lo acuerda, sin que ello implique que las mismas sean emplazadas en los lugares referidos.

 

Extraño acuerdo de aceptación de unas lápidas para las cuales no se decidía su colocación.

Como las buenas formas no estaban reñidas con la acción política, el Ayuntamiento, envía al autor de la instancia antedicha el siguiente escrito:

7ª. Fomento

..

El Excmo. Ayuntamiento en sesión celebrada el día 22 del pasado mes de Agosto adoptó el siguiente acuerdo:

“Aceptar las placas de azulejos adquiridas por suscripción popular con los nombres de “Plaza de la República” y “Adolfo Benítez”, dandole las gracias a Vd. y a los demás donantes de las mismas por su desinteresado desprendimiento”

Lo que le comunico a Vd para su conocimiento y como resolución a su instancia de fecha 28 de Julio ppdo.

Viva Vd muchos años.- Santa Cruz de Tenerife 7 de Septiembre de 1934.

 

Sr. Don Francisco Gonzalez Trujillo.- Ferrer 49.

Como puede verse en esta carta agradeciendo las placas de azulejos adquiridas por suscripción popular, no se menciona para nada que el acuerdo municipal no implicaba su emplazamiento.

¿Cortesía o hipocresía política?

IMPONIENDO NOMBRES A LAS CALLES EN LA SEGUNDA REPÚBLICA


 

Ya hemos visto que en la sesión constitutiva del ayuntamiento republicano, de fecha 18 de abril de 1931, el concejal socialista PEDRO GARCÍA CABRERA había efectuado una propuesta para cambiar nombres de calles. Propuesta que no prosperó porque el Alcalde-Presidente expresó que en dicha sesión solo podían acordarse la elección de cargos y fijar el día y hora de sesiones, y que los demás asuntos correspondía tratarlos en la próxima sesión

Por ello, el tema quedó aplazado para ser debatido posteriormente.

No sería hasta el 13 de abril de 1931 cuando volvería a suscitarse la cuestión de los nombres de las calles.

En la página 133 del libro 13 CMP de Actas municipales de la Segunda República, comienza el texto manuscrito de la sesión celebrada por el Pleno Municipal Republicano, de fecha 13 de mayo de 1931.

Es un acta bastante larga y densa, cuyo contenido ocupa 8 folios casi completos, llegando hasta la página 158.

En las Casas Consistoriales de la Muy Leal, Noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, capital de la provincia de este nombre, a trece de Mayo de mil novecientos treinta y uno, se reunió el Excmo. Ayuntamiento en sesión pública ordinaria de segunda convocatoria, previamente citado con arreglo a las disposiciones vigentes, bajo de la Presidencia del Sr. Alcalde don Andrés Orozco y Batista, y con asistencia de los señores concejales que al margen se relacionan, para tratar los asuntos que constan en el orden del día, repartido en la convocatoria.

 

Los concejales consignados al margen eran éstos:

 

1 Rafael J.   Calzadilla Dugour
2 Santiago García   Cruz
3 Arturo López de   Vergara
4 Sebastián Cifra   Castro
5 Francisco García   Martín
6 Moisés Cova Hernández
7 Erasmo de Armas   Marrero
9 Eladio Arroyo   Herrera
10 Matías Molina   Hernández
11 Tomás de Armas   Quintero
12 Fernando Franquet   Solé
13 José Izquierdo e   Izquierdo
14 Esteban Pérez   Barrera
15 Pedro García   Cabrera
16 Sebastián Déniz   Hernández
17 Juan Ramírez Filpes
18 Pedro Ramírez   Vizcaya
19 Isauro Álvarez   López
20 Jerónimo Fernaud   Martín
21 Salvador Díaz   Ferreira
22 Domingo Cruz   Gil
23 José González   Cabrera

Abierta la sesión a las diez y ocho horas y cuarenta y cinco minutos, el infrascrito Secretario dio lectura al acta anterior que se aprobó por unanimidad y sin discusión.

En este momento el Sr. alcalde dio cuenta del fallecimiento del concejal electo don Ernesto Pestana Nóbrega, enalteciendo los relevantes méritos del finado, que muere en plena juventud, pero habiendo dado pruebas de su gran actividad y talento.- Su Excelencia acordó por unanimidad hacer constar en acta su sentimiento y que se comunique el pésame a sus familiares.

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Dentro del acta de esta sesión de fecha 13 de mayo de 1931, que estamos escudriñando, al final de la página 154, continuando en la página siguiente 155, se puede leer:

Se dio lectura a una proposición que con carácter urgente suscriben los Sres. García Cabrera, González Cabrera y García Martín, para que en esta misma sesión se acuerde variar los nombres que ostentan algunas calles, dándoles otros que reflejen los sentimientos republicanos socialistas de estos momentos políticos.- La Corporación acordó declarar urgente el asunto.- El Sr. alcalde, enumeró las calles a que, a su juicio, debía cambiárseles el nombre.- el excmo. Ayuntamiento conforme con la propuesta de la Presidencia, acordó como sigue:

[1] Que la calle de Alfonso XIII, se denomine lo sucesivo del ”Capitán Galán”;

[2] La de Eduardo Cobián, del ”Capitán García Hernández”:

[3] La de la Reina María Cristina, de “Mariana Pineda”;

[4] La de, dícese, la alameda del Duque de Santa Elena, de “14 de abril”;

[5] La calle de San Francisco de Paula, de “Los Estudiantes”;

[6] La plaza de Isabel II, de “Patricio Estévanez”

[7] Y la Plaza de la Iglesia, de “1º de Mayo”

Esto fue acordado, el trece de Mayo de mil novecientos treinta y uno, por el Pleno del Excmo. Ayuntamiento en sesión pública ordinaria.

Hasta donde sabemos en este momento, las Ordenanzas Municipales aprobadas en marzo de 1926, refrendadas por el Gobierno Civil en febrero de 1927, estaban vigentes.

Y en estas Ordenanzas se había establecido:

Artículo 880.- Las calles y plazas del término municipal, llevarán un nombre que será el que el Excmo. Ayuntamiento acuerde. Una vez puesto no podrá cambiarse.

Es obvio que el Ayuntamiento hizo caso omiso de tal artículo de las Ordenanzas, ejerciendo a tope su facultad para rectificar un acuerdo mediante otro acuerdo, saltándose las Ordenanzas vigentes. Asimismo resulta llamativo que la Corporación acordó declarar urgente el asunto, habiendo tantas apremiantes necesidades económicas y sociales de los ciudadanos que atender, con exigente urgencia.

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De todos modos, los siete nombres asignados a las siete vías afectadas, no perdurarían en el tiempo, salvo el de Patricio Estévanez, que se ha conservado de un modo muy peculiar.

Tras la sublevación militar denominada Alzamiento de julio de 1936, dichos nombres serían eliminados y reemplazados por los que escogieron, arbitrariamente, los sublevados ocupantes del poder por la fuerza de las armas.

Pero esta es otra historia que esperamos poder publicar más adelante.

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Si puedo adelantar que la documentación consultada hasta ahora, evidencia que los conspicuos Alejandro Cioranescu y J.J. Arencibia han faltado a la verdad en sus pretendidos libros históricos, cuando han tratado acerca del nomenclátor callejero o viario de la Muy Leal, Noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife.

La autoridad y fiabilidad de ambos, en temas históricos, deja mucho que desear.

Sobre los atributos de la Ciudad, hoy en 2013, me permito opinar que ya no resulta tan benéfica. Y su Puerto da penita ver como ha sido agredido y vilipendiado por politicuchos y plumíferos, más que interesados en que se lleve a cabo el puerto de Granadilla.