El desaguisado de quita y pon, o mejor dicho, cambiar lápidas de calles y plazas, proseguiría dentro del Ayuntamiento republicano de Santa Cruz de Tenerife.
En la sesión celebrada dos semanas después de la aprobación de la propuesta de Plaza de la República preconizada por FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA, el 15 de Agosto de 1.934, se dió cuenta de un informe de la Sección de Fomento, en el que se dice que las placas de azulejos adquiridas por suscripción popular con los nombres de “Plaza de la República” y de «Don Adolfo Benítez», deben ser aceptadas, dando las gracias a los donantes y que, en cuanto a su colocación, se espere, para la de la Plaza de la República, a que sea una realidad una vez que construyan los edificios allí proyectados, y que se coloque desde ahora la destinada a Don Adolfo Benítez.
El Sr. Francisco García Martín, apoya el aludido dictamen, que suscribe, diciendo que deben ser aceptadas aunque por algunos se juzgue que no sean todo lo a propósito que fuera de desear.
El Sr. Esteban Pérez Barrera, dice que siente intervenir en este asunto, pero se ve obligado hacerlo para manifestar que no esté conforme con que sean colocadas esas lápidas, por no considerarlas adecuadas para ponerlas en los sitios que se indican.
Estima que el Ayuntamiento pudiera encargar la confección de placas para ser colocadas en los lugares dichos, de acuerdo con un sentido de estética que hermanase con la importancia de los lugares aludidos.
Por último S.E. acordó que quedaran a la exposición de los Señores Concejales las lápidas donadas para que examinadas por estos digan si procede o no emplazarlas en los indicados sitios: dejando sobre la mesa el expediente correspondiente.
Es escrito de donación de las placas era del siguiente tenor:
Al Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.
Excmo. Sr.
Francisco González Trujillo, mayor de edad, de esta vecindad, con domicilio en la calle Ferrer nº 49, a V.E. atentamente expone:
Que por iniciativa de varios entusiastas, se llevó a efecto una suscripción encaminada a recaudar fondos para la adquisición de dos artísticas placas de azulejos con el nombre de la Plaza de la República y otras dos con el del ciudadano, ya fallecido, don Adolfo Benítez y estando ya en nuestro poder dichos rótulos, son asi mismo nuestros deseos el que queden colocados en sus respectivos sitios a cuyo fin dirijimos la presente instancia a ese Excmo. Ayuntamiento a fin de que, previa entrega de las mimas, se sirva, si así lo tiene a bien, ordenar su rápida colocación.
Es gracia que espera alcanzar de V.E.
Sta Cruz Tenerife 28 de Julio 1934
[firmado y rubricado, legible Francisco González]
Parece que el autor de esta instancia no dominaba la escritura burocrática, y tampoco andaba muy fuerte en sintaxis. Aunque en buena voluntad y generosidad estaba sobrado.
La coincidencia de la fecha de esta instancia con la de la proposición de Francisco Martínez Viera es curiosa.
Parece como si fuera una constante de la municipalidad santacrucera confeccionar las placas de las plazas, antes de haber construido las mismas.
En la sesión siguiente celebrada el 22 de agosto de 1934, se retoma la cuestión, que aparece reflejada en el acta de la siguiente forma:
Se dio cuenta del asunto dejado en la sesión anterior, sobre la mesa y que se refiere a un informe de la Comisión de Fomento en el que se propugna por la aceptación de unas placas de azulejos adquiridos por suscripción popular con los nombres de «Plaza de la República» y «Adolfo Benítez”, para ser colocadas en las que llevan los titulares respectivos.
El Sr. Francisco García Martín apoya el dictamen y cree que deben ser aceptadas esas placas, pues aparte de que a el no le desagradan, sabe que bastantes personas son de su parecer.
Cree que no haya inconveniente para su aceptación ya que sería de pésimo efecto, inclusive, desairar a los donantes.
El Sr. Esteban Pérez Barrera se ratifica en lo que anteriormente y sobre el particular había expresado, lamentando que los adquirentes no hubiesen tenido el cuidado de consultar con el Ayuntamiento dichos modelos al objeto de que al adquirir las placas tuviesen de antemano la conformidad municipal.
Insiste en que no son de buen gusto las mismas y no basta la gratuitidad de ellas para que se ofenda al buen gusto
.
El Sr. Francisco García Martín propone que se acepten y se den las gracias, y después de otras manifestaciones de varios señores concejales, el Ayuntamiento así lo acuerda, sin que ello implique que las mismas sean emplazadas en los lugares referidos.
Extraño acuerdo de aceptación de unas lápidas para las cuales no se decidía su colocación.
Como las buenas formas no estaban reñidas con la acción política, el Ayuntamiento, envía al autor de la instancia antedicha el siguiente escrito:
“
7ª. Fomento
El Excmo. Ayuntamiento en sesión celebrada el día 22 del pasado mes de Agosto adoptó el siguiente acuerdo:
“Aceptar las placas de azulejos adquiridas por suscripción popular con los nombres de “Plaza de la República” y “Adolfo Benítez”, dandole las gracias a Vd. y a los demás donantes de las mismas por su desinteresado desprendimiento”
Lo que le comunico a Vd para su conocimiento y como resolución a su instancia de fecha 28 de Julio ppdo.
Viva Vd muchos años.- Santa Cruz de Tenerife 7 de Septiembre de 1934.
Sr. Don Francisco Gonzalez Trujillo.- Ferrer 49.
“
Como puede verse en esta carta agradeciendo las placas de azulejos adquiridas por suscripción popular, no se menciona para nada que el acuerdo municipal no implicaba su emplazamiento.
¿Cortesía o hipocresía política?