Manuel Bes Hédiger vió la luz primera en Gandesa a mediados del año 1835 cuando en España en plena guerra carlista, por todos conocidas las causas que dieron lugar a tales lamentables sucesos, regía sus destinos la reina viuda María Cristina de Borbón, en virtud del testamento otorgado por Fernando VII. Ya que su hija Isabel II, tenía a la sazón 5 años de edad y hasta no alcanzar la mayoría era su madre la regente del reino siendo presidente del Consejo de Ministros el conde de Toreno José María Queipo de Llano y Ruiz de Saravia.
Malos momentos eran aquellos para la familia del pequeño Manuel de ideología liberal, que huyendo de los horrores de la guerra conocida como la de los siete años, se refugió en Tortosa en cuya ciudad inicia sus estudios primarios demostrando gran lucidez y claro entendimiento estudiando más tarde leyes y con gran lucimiento se hace notario.
Desde muy joven se interesó por la política cuando en España imperan dos tendencias antagónicas e irreductibles. Una era la España tradicionalista, enemiga de las nuevas ideas europeas y de toda reforma que pugna por el Estado tradicional en sus fundamentos religiosos y en la autoridad indiscutible de la monarquía. La otra tendencia, la liberal en la que milita Bes Hédiger, proclama la soberanía nacional como fuente del poder político; es amante de las reformas y desea plasmar en las leyes los derechos naturales de la personalidad humana. Entre tanto, el poder va pasando de mano en mano de los generales a través de pronunciamientos haciéndose célebres los generales Espartero, Narváez, Serrano y O´Donnell entre otros, todos ellos por el bando isabelino.
Lejos va quedando el día del nacimiento de Bes Hédiger año en que perdió la vida el general carlista Tomás Zumalacarregui en el sitio de Bilbao.
Isabel II ya es reina de España proclamada por las Cortes el 10 de noviembre de 1843, siendo su reinado manejado por generales ó por camarillas palaciegas. El ambiente de hostilidad general hacia Isabel II dio lugar a la sublevación del general O´Donnell que tuvo un encuentro sangriento en Vicálvaro el 30 de junio de 1854de resultado indeciso, por lo que se retiró a Andalucía. Bes Hédiger a sus 19 años tomó parte activa en éste movimiento enrolado ya en filas del partido republicano, siendo de los primeros en profesar junto con Estanislao Figueras y otros las ideas republicanas en España, pero al fracasar dicha sublevación, Isabel II decide entregar el gobierno al general Espartero y Bes Hédiger es perseguido y trata de ocultarse hasta que la situación política se normalice.
En julio de 1865 el poder pasa de nuevo al general O´Donnell y por entonces el republicanismo federal era una fuerza política de primera magnitud, sobre todo en Cataluña y el País Valenciano.
En su querida Tortosa, Bes Hédiger , donde la mayoría era carlista, siendo ya alcalde y con su gran personalidad y su verbo la iba transformando en republicana.
Isabel II se ve destronada por la revolución de septiembre de 1868, que pasaría a llamarse “La Gloriosa” encabezada por los generales Prim, Serrano y el almirante Topete. La reina tiene que abandonar España camino de Francia el 30 de dicho mes y año.
La monarquía tantas veces centenaria quedaba derrumbada y la revolución era victoriosa en casi toda España.
Así terminó esta desafortunada reina como soberana de España después de 25 años de reinado accidentado como falto de grandeza. Su subida al trono produjo una guerra civil y su reinado finalizó con unos de tantos pronunciamientos militares cuando sólo tenía 38 años de edad.
Se forma un gobierno con elementos de la unión Liberal y de progresistas que presidió el general Serrano
Entre las primeras medidas del Gobierno figura la implantación del sufragio universal que, celebradas las municipales en el mes de diciembre de 1868, triunfan los republicanos en todo el País Valenciano y parte de Cataluña. Bes Hédiger con 33 años cumplidos ya es un prócer dentro del republicanismo federal y es nombrado presidente de la Diputación de Tarragona.
Convocadas en enero de 1869 las elecciones a diputados a Cortes Constituyentes, se celebraron entre desórdenes y violencias, triunfando el Gobierno que seguía siendo monárquico, pero los republicanos obtuvieron un número importante de actas , saliendo elegido Bes Hédiger como diputado a Cortes por Barcelona.
En dichas Cortes se aprueba la constitución de 1869, que reconocía como forma de gobierno la monarquía y como regente al general Serrano.
La fuerza adquirida por los demócratas y republicanos en toda España, entra en pugna con la orientación monárquica centralista del gobierno que se formará después de las elecciones. La constitución que se aprueba pese a ser de talante liberal, no fue aceptada por los republicanos ya que institucionaba un régimen monárquico , negando el Gobierno la instauración de una república federal. El 19 de septiembre de 1869 con motivo de un gran mitin republicano, es proclamado públicamente el Pacto de Tortosa que ya había sido firmado con anterioridad el 18 de mayo de 1869 siendo su presidente Manuel Bes Hédiger que, se había acrecentado como figura política dentro del partido republicano federal, siguiendo a este Pacto el de Córdoba y otros más que contaban con el apoyo de los comités federales de Cataluña, las Islas Baleares, el País Valenciano y Aragón, y aunque eran Pactos simbólicos pretendían ser el primer paso hacia la reconstrucción federal del Estado Español y que se basaba en el recuerdo de la estructura confederal de la antigua Corona de Aragón y siempre dentro de la unidad de España, partiendo desde la base y desde la periferia del Estado Español. La prensa de Madrid favorable al bando monárquico denunciaban
estos Pactos por creerlos se trataba de gestos separatistas.
El federalismo dominante en Cataluña propugnaba la desaparición del Estado centralista y la creación de una serie de estados federales-culturales que coincidan con los antiguos reinos o regiones históricas de la Península. Confiaba solucionar así la cuestión cubana sin una ruptura entre la colonia y la metrópoli; ruptura que parecía inevitable a partir de los acontecimientos independentistas de septiembre de 1868 que dieron lugar a la primera guerra de Cuba conocida por la de los diez años.
Al no progresar el Pacto de Tortosa, se vio Bes Hédiger perseguido políticamente y esto le causó quebranto en su salud.
España buscaba rey y aspiraban al trono; el duque de Montpensier; el príncipe alemán Leopoldo de Hohenzollern; en el príncipe Alfonso XII hijo de Isabel II no se podía pensar ya que los progresistas gritaban “Abajo los Borbones”. Fracasó la candidatura de Fernando de Coburgo y también la del duque de Génova. El general Espartero se opuso se le nombrara rey de España, pero el general Prim marqués de los Castillejos y conde de Reus, nos impone por votación en las Cortes celebradas el 16 de noviembre de 1870 como rey de España a un príncipe de la liberal y triunfante casa de Saboya, el duque de Aosta
Don Amadeo, que obtuvo ciento noventa votos; Montpensier veintisiete;
Espartero ocho; Don Alfonso de Borbón dos y sesenta diputados votaron por una república federal.
Don Amadeo I de Saboya desembarca en Cartagena el día 2 de enero de 1871, pero no vio con vida al general Prim asesinado en la noche del 27 de diciembre de 1870 cuando regresaba en su berlina del Congreso a su domicilio en el Ministerio de la Guerra al pasar por la calle del Turco hoy Marqués de Cubas y según decían sentadito junto a la Guardia Civil.
Comienza el triste reinado de un rey que desconocía nuestra lengua y costumbres, donde los carlistas le repudiaban por liberal por tener ellos su soberano. Para el pueblo, Amadeo era un intruso y los republicanos anunciaron su propósito de “destronar legalmente a Don Amadeo”. Durante su corto reinado seguíamos con la guerra de Cuba cuyo primer grito se dio en Yara (1869) y los carlistas iniciaron una nueva guerra el 21 de abril de 1872, pero fueron vencidos por el general Moriones en Oroquita el 5 de mayo de 1872. Pero no hay paz. Los republicanos se levantaron en Jerez, Sevilla, Ferrol y Málaga y por si faltaba algo también sufrió un atentado por fortuna sin consecuencias.
Los republicanos no pierden el tiempo y todos sus hombres de más prestigio luchan por traer a España la república y entre ellos Bes Hédiger que los secundaba con el entusiasmo de un corazón joven.
Don Amadeo al verse tan sólo en España y sin la ayuda del que hubiera sido se leal consejero el general Prim y siendo constantes los enfrentamientos entre los españoles, y para colmo le presentan el pleito de los artilleros, cuya disolución del Cuerpo se vio forzado a firmar, fue el motivo ocasional que dio paso a su abdicación que la anunció el 6 de febrero de 1873 y el 11 del mismo mes leyó ante las dos Cámaras reunidas en Asamblea Nacional su mensaje de abdicación y al día siguiente tomó el tren para Lisboa y ahí os quedáis.
Que a gusto se quedaría con tan sólo 26 años, pienso yo.
La Asamblea Nacional en la misma reunión ó sesión que aceptó la abdicación de Amadeo I, es decir el 11 de febrero de 1873 proclama la república por 258 sufragios contra 32. La proposición solemne de ésta proclamación decía: “La Asamblea Nacional reasume todos los poderes y declara como forma de gobierno la República, dejando a las Cortes Constituyentes la organización de ésta forma de gobierno”. Presidía el primer ministerio de la República Don Estanislao Figueras, que una vez designados los nuevos ministros y demás cargos para dar comienzo a gobernar a España bajo el régimen republicano tanto tiempo esperado y ansiado, es nombrado para Gobernador Civil de Lérida Bes Hédiger. En dicha sesión Don Emilio Castelar en un arranque oratorio que, tan famoso le hicieron, pronunció estas palabras: “Señores, con Fernando VII murió la Monarquía tradicional; con la fuga de Isabel II la Monarquía parlamentaria; con la renuncia de Don Amadeo de Saboya la Monarquía democrática; nadie ha acabado con ella; ha muerto por si misma. Nadie trae la República; la traen todas las circunstancias; la trae una conspiración de la sociedad, de la naturaleza y de la historia. Señores, saludémosla como el Sol que se levanta por su propia fuerza en el cielo de nuestra patria”.
Una República que alumbra sin una gota de sangre derramada, sólo tuvo ni once meses de duración y siempre en constantes convulsiones. La división de los republicanos y las sublevaciones cantonales como la de Cartagena que promovieron los federales, sumieron al país en una espantosa anarquía.
Cuatro fueron sus Presidentes: Don Estanislao Figueras que, formó un ministerio de coalición; disolvió las Órdenes Militares y suprimió los títulos nobiliarios. Dos guerras estallaron a la vez: Otra carlista y la de Cuba, a la que se unió el separatismo catalán. Le sucede Don Francisco Pi y Maragall que quería una república federal a la que era partidario Bes Hédiger, pero sólo duró como Presidente un mes y ocho días. Le sustituyó Don Nicolás Salmerón que propugnaba por una república radical y unitaria. Dimitió por negarse a firmar algunas sentencias de muerte y por último es Don Emilio Castelar que deseaba una república también unitaria y conservadora. Decidido a salvar a la Patria hizo grandes y patrióticos esfuerzos. Sus compañeros le acusaban de inclinarse a la derecha y olvidar los postulados de la revolución, y derrotado en una votación de confianza en el Parlamento, se vio obligado a dimitir en la madrugada del 3 de enero de 1874. Es en ese momento cuando el general Pavía ordenó a sus fuerzas que asaltaran el Congreso y lo disolvieran. A las siete y media de la mañana sonaron unos tiros en los pasillos y unos guardias civiles al igual que el 23 F del 81, entraron en el salón. Poco después el hemiciclo estaba vacío y la República había muerto con éste golpe militar.
Nuevamente España se ve sin gobierno por el golpe de Pavía Capitán General de Madrid, que puede decirse fue el primer pronunciamiento en que participó todo el Ejército; todos los anteriores fueron pronunciamientos políticos de un militar ó grupo de militares en apoyo de un grupo político.
Unos días después del golpe, el general López Domínguez termina con la sublevación del cantón de Cartagena. Reunidos algunos generales y entre ellos Pavía e unión de destacados políticos acordaron entregar el gobierno al general Serrano. Prosigue la guerra promovida por los carlistas y envalentonados por la muerte del general Concha conquistan Albacete y Cuenca.
Con estos acontecimientos y el mal estado reinante se subleva en Sagunto el general Don Arsenio Martínez Campos el 29 de diciembre de 1874 proclamado rey de España a Don Alfonso XII.
Desalentado Bes Hédiger por el cariz político que se va configurando en España con la nueva monarquía reinante de Alfonso XII, que si bien termina con la guerra carlista el 28 de febrero de 1876, dando fin a una guerra fraticida y de intereses personales y poniendo de momento término a la guerra de Cuba conocida por guerra de los diez años, mediante el convenio de Zanjón el 12 de febrero de 1878 por el general Martínez Campos, se retira a su querida Tortosa, asqueado de sus propios correligionarios que no supieron ó pudieron desempeñar las funciones a las que fueron elevados en momentos propicios para el triunfo de las ideas republicanas, tal es el caso de Don Estanislao Figueras, que no tuvo valor para seguir luchando por la causa, y no encerrarse en la oscuridad del hogar doméstico, donde le sorprende la muerte el día 11 de noviembre de 1882.
Bes Hédiger de nuevo en Tortosa y con la tranquilidad política impuesta por los gobiernos de Sagasta y Cánovas del Castillo que, se alternan en el poder , se dedica de lleno a su profesión de notario y como abogado defendía gratuitamente a los débiles y desvalidos.
Siguió cultivando su amistad con Emilio Castelar, pero ya apartado de la política y con la salud quebrantada por tantos sufrimientos que tuvo que padecer en una España tan querida por él y tan incomprendida y utilizada con fines propios familiares que dieron lugar a las famosas guerras carlistas.
Su figura no fue olvidada, siendo idolatrado por sus amigos que admiraban en su persona su inteligencia clara, su bondad inagotable y su carácter firme y enérgico. No tuvo enemigos sino adversarios políticos que le reconocían una honradez a toda prueba, pero cosa curiosa que nos depara la providencia; le llegó su última hora a la edad de 47 años de una afección al corazón dando pruebas de una serenidad admirable en el mismo mes de noviembre y año de 1882 en que fallecía su antiguo amigo y jefe de partido Don Estanislao Figueras.
Toda Tortosa se asoció al dolor de la familia y a su entierro solemne se calcula asistieron más de tres mil personas como homenaje a un hombre tan virtuoso.
Con la muerte de Bes Hédiger se pierde un firme puntal del partido republicano que afectó profundamente a toda la comarca de Tortosa donde fue tan querido y estimado.
De su fallecimiento se hace eco la prensa de Cataluña, y el periódico “La Campana de Gracia” editado en Barcelona, en su edición del 19 de noviembre de 1882, le dedica un gran y cariñoso recuerdo resaltando su talante como político y como hombre de bien.
Manuel Bes Hédiger fue mi bisabuelo por línea materna, es decir, fue abuelo de mi madre Leonor Bes Galán hija de su hijo Felipe Bes Tallada.
Sintiendo admiración por un hombre que no llegué a conocer, pero que llevo su sangre, he tratado de hacer una pequeña biografía de su tan apasionada vida con el cariño que siempre le profesaré.
BIBLIOGRAFÍA:
Terrero José, Historia de España, Sopena Barcelona, 1965
De la Cierva Ricardo, Historia de España, Fénix Toledo, 1997
Ballesteros y Beratta Antonio, Historia de España, Salvat Barcelona, 1936
Ardit Manuel, Balcells Albert y Sales Nuria, Historia de los Países Catalanes, Edhasa, Barcelona, 1980
Ilustraciones fotográficas sacadas del tomo VIII de la Historia de España
de D. Antonio Ballesteros y Beretta editada por Salvat Editores, S.A. de
Barcelona, primera edición año 1936
La fotografía de Manuel Bes Hédiger , es propiedad del autor de este Relato.
[APORTACIÓN DEL AMIGO BALTASAR PÉREZ DE BES]