JUSTICIA FORMAL


 

Los que llevamos algunos años, demasiado pocos, en esta lucha de reivindicación del honor de las víctimas, somos esencialmente optimistas.

Si no lo fuéramos, hace mucho tiempo que hubiéramos arrojado la toalla.

Pero nuestro optimismo está impregnado de realismo.

La aplicación de la Ley no es lo mismo que la JUSTICIA.

Porque eso que algunos llaman servicio de la justicia, tiene muchos recovecos, siendo intrínsecamente muy formal.

Básicamente es burocracia papelosa, procedimientos, diligencias, providencias, …..

En mi trabajo de pesquisa en archivos he visto infinidad de causas militares mediante las cuales fueron INjusticiadas infinidad de víctimas.

Causas que están almacenadas en voluminosos legajos que han permanecido ocultos durante demasiadas décadas.

Además de su tremendo volumen y peso, que me han producido hasta algún quebranto físico, lo que resulta más fatigoso de esos legajos, es la cantidad de providencias y diligencias que contienen.

Papeleo y jerga jurídica para cumplir con las formalidades del procedimiento, despreciando a las personas, cuyo destino fatal ya había sido decidido de antemano.

Una vez más constatamos que en esta monarcracia heredada de Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde, ha quedado todo atado y bien atado.

Sin duda, uno de los más atados es el procedimiento judicial.

Ya tenemos el auto del Juez Garzón.

Ya lo he subido a mi modesta página web, a pesar de que sé que ha sido publicado en muchas webs.

Ahora hay que leerlo despacito, con detenimiento, ilusión y esperanza, mientras aguardamos por las explicaciones técnicas que tengan a bien hacernos llegar los expertos jurídicos.

Y a seguir perseverando en el esfuerzo.

Está claro que este es un pasito de un largo camino, que viene siendo recorrido hace bastante tiempo, mucho antes de 2006.

Con los dedos cruzados, o abiertos, y con mucho ánimo.

Confirmando lo dicho sobre la burocracia judicial, nos topamos con la maniobra de Garzón, elevando las diligencias previas a sumario, que supone un obstáculo a la labor emprendida por la Fiscalía, empeñada en que nos conformemos, exclusivamente, con los pequeños cauces abiertos por la Ley 52/2007.