ESPAÑA UNA, GRANDE, LIBRE


Asimismo, en los libros de historia de mi infancia, leíamos que la España, «una, grande y libre» había sido obra de los REYES CATÓLICOS.

Todos los que vivimos aquella época sabemos que España no era libre, sino que estaba sometida a la dictadura unipersonal de un «caudillo de España por la gracia de Dios».

En aquellos ominosos tiempos, a escondidas, se contaba un chistecillo, que recuerdo así:

España era grande, porque cabíamos los españoles y los norteamericanos.

Libre porque podíamos poner 1, X, 2 en la quiniela

Y una, porque si hubiera otra, ya habríamos salido todos corriendo hacia esa otra.

Por aquellas fechas el «caudillo de España por la gracia de Dios» había concedido a los norteamericanos la instalación de sus fuerzas militares en bases militares, donde los españoles no podíamos entrar, y donde los norteamericanos hacían lo que les venía en gana, sin dar cuentas a nuestro gobierno.

Gozaban además todos los militares norteamericanos del privilegio de la extraterritorialidad, de tal modo que si cometían algún delito en territorio español, estaban exentos del sometimiento a la justicia española.

Aquel «caudillo de España por la gracia de Dios», tan nacionalista y defensor de su patria, había entregado partes importantes del territorio español a los norteamericanos.

En cuanto a lo de salir corriendo de aquella miserable España, arrasada por la atroz guerra civil iniciada en 1936, habían sido centenares de miles los condenados al exilio.

Y otros tantos, o/y más, los que hubieron de emigrar al extranjero, para buscarse la vida, huyendo de la miseria posbélica.

Estos emigrantes con sus remesas de divisas, ayudaron a paliar el hambre y calamidades, en que habían quedado sus familias en España.

Y de paso, contribuyeron al sostenimiento de la autarquía económica practicada por la dictadura.

Resultaba patético escuchar al generalísimo, en su discurso navideño, enviando su mensaje a los españoles alejados de la Patria.

Mensaje vacuo, goebbeliano, en el cual ocultaba las causas por las cuales dichos españoles habían sido compelidos a abandonar su país.

Y también, omitía mencionar cuan importantes eran, para la precaria economía del régimen, las divisas remitidas por aquellos españoles alejados de la Patria.

 A propósito del adjetivo generalísimo, recuerdo como un amigote hacía una chanza con el mismo, arguyendo que, puesto que era un superlativo, también se podía decir «muy general», y no «generalérrimo».

SEGUNDA INSTANCIA DEL PADRE DEL MENOR DE EDAD CONDENADO


 

M.8,669,792

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Al Excelentísimo Señor Jefe del Estado Español S.E. El Generalísimo.

 

Excmo. Señor:

 

Alfredo Maria del Carmen S. Valencia, mayor de edad, viudo, labrador y vecino de la Ciudad de Arucas en la Isla de Gran Canaria, Provincia de Las Palmas; a V.E. con todo respeto y al grito de ¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!! se permite elevar la presente, exponiendo:

Que es padre de Domingo S. Valencia Armas, nacido el 7 de noviembre de 1920, según comprueba con la partida bautismal que acompaña, el cual fue condenado en Consejo de Guerra celebrado en esta Plaza, en unión de otros, por hechos para el exponente desconocidos, ignorando por tanto la trascendencia de los mismos y respecto a los cuales nada ha de objetar el que habla ya que el Tribunal que lo juzgó lo haría dentro de la justicia: justicia que, por obra de V.E. y para bien de España, vuelve a imperar en nuestra querida Patria.

Comprendiendolo asi el exponente y buscando solo que su hijo sienta el amor a la Patria y alejarlo de la convivencia con otros condenados que por sus ideas pudieran ponzoñarlo del veneno que aquellos, por su edad no es fácil extirpar, hube de elevar instancia al Iltmo. Señor Auditor de Guerra por si era posible que, en atención a la edad del citado hijo, fuera internado en un Reformatorio y alejarlo asi de aquella convivencia cuya Autoridad resolvió lo que consta en la certificación que acompaño. En cumplimiento de lo acordado por dicha respetable Autoridad, me permito enviar a V.E. la presente, por la que humildemente

S U P L I C A que, previos los trámites legales tenga a bien conceder indulto a mi repetido hijo, esperando que V.E. lo otorgará por vuestro espíritu cristiano, justo no sabrá comprender los desvelos de un padre que, como todos los buenos españoles confían en la Nueva España que sabe hacer justicia, castigando al delincuente, corrigiendo al equivocado y educando los que han sido llevados por el camino mal y lograr que todos, unidos en un haz de paz y concordia, entren por el buen camino de la España Nueva, Una, Grande y Libre que V.E. ha sabido ahora crear y luego repetir

¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

¡¡¡VIVA NUESTRO CAUDILLO EL GENERALISIMO!!!

Arucas (Tinoca) a ocho de marzo de mil novecientos treinta y siete.

Excelentisimo señor;

José Gonzalez

Cfr.: Folio 263 de Causa 33 de 1936 (9508-303-7).