ORDENANDO CONSEJO DE GUERRA EN CAUSA 98 DE 1939


O.9,797,774

 

CAPITANIA GENERAL DE CANARIAS                    SECRETARIA DE JUSTICIA

53

ORDEN del dia 2 de Enero de 1.940. en LAS PALMAS

El próximo día 5 de los corrientes y hora de las 8 y 30, se reunirá en la Sala de Justicia del Cuartel del Regimiento de Infanteria Canarias nº 39 el Consejo de Guerra Ordinario de CUERPO, que ha ver y fallar la Causa seguida contra los Soldados del mismo Regimiento, GREGORIO OLIVARES CABALLERO, JUAN SUAREZ CERPA, y SANTIAGO MEDINA HERNANDEZ, por el delito de DESERCION al frente.

EL TRIBUNAL SE CONSTITUIRÁ EN LA FORMA SIGUIENTE:

P R E S I D E N T E.

Teniente Coronel Sr. D. EDUARDO RODRIGUEZ COUTO

VOCALES CAPITANES

Nombres Destino
Don José Castañeda Aragon Regimiento Infanteria Canarias Nº 39
Benito Martlnez Marañon           “.               “.               “             “   “
Felix Campos Martinez           “.               “.               “             “   “
Jose Cossio de las Barcenas Regimiento Artilleria Nº 8.
Diego Frigolet Prieto           “.               “.     “   “

VOCAL   PONENTE

Teniente Auditor de 2ª Movilizado D. LUIS PIERNAVIEJA DEL POZO.

VOCALES   SUPLENTES

Nombres Destino
Don Rafael Valeron Perdomo Regimiento Artilleria Nº 8.
Osa Buenafé De F.E. Tradicionalista y de las JONS

 F I S C A L

El Jurídico Militar de la Comandancia o el Oficial de la Fiscalía en quien delegue.

D E F E N S O R

Capitan de Infanteria D. DAMIAN MASSANET PLOMER

JUEZ   INSTRUCTOR

Comandante de Infanteria D. DOMINGO MARRERO CABEZAS.

Se invita a los Señores Oficiales de la guarnición francos de servicio para asistir a dicho acto.

EL COMANDANTE GENERAL

P.D.

El Coronel Comandante Militar

[Sello ovalado en tinta de E.M. de la COMANDANCIA MILITAR DE LAS PALMAS, y firma rubricada]

Cfr.: A-TMTQ 13323-432-13.- Causa 98 de 1939.- Folio 53.

* * * * * * * * * * * * *

En la ceremonia del acto del Consejo del Guerra, el Ministerio Fiscal estuvo representado por el Alférez del Cuerpo Jurídico MATIAS VEGA GUERRA, quien solicitaría, y obtendría, la pena de muerte para los desdichados GREGORIO OLIVARES CABALLERO, JUAN-PLÁCIDO SUÁREZ CERPA y SANTIAGO MEDINA HERNÁNDEZ.

NOTIFICANDO SENTENCIA Y ENTRANDO EN CAPILLA


68

Notificación de la sentencia y entrada en capilla del condenado MANUEL SUAREZ CERPA. . .-

En la Isleta a diez y ocho de Enero de mil novecientos cuarenta. Año de la Victoria.

Constituido el Juzgado en el Cuartel del Batallón de Ametralladoras del Regimiento Infanteria Canarias numero treinta y nueve, ante S.S. y teniendo á mi presencia al condenado MANUEL PLACIDO SUAREZ CERPA, asistido de su defensor le notifiqué por lectura íntegra la sentencia dictada por el Consejo de Guerra que le juzgó y el decreto de aprobación de la misma. Acto seguido fue trasladado el reo al Barracón numero uno, habilitado para capilla, haciéndole presente el señor Juez que podía pedir los auxilios que necesitare.

Y leida que fué la firman con S.S. el condenado y su defensor de lo doy fé.

[Siguen las firmas someramente rubricadas, de DOMINGO MARRERO CABEZAS, MANUEL-PLÁCIDO SUÁREZ CERPA, DAMIÁN MASSANET PLOMER y ANDRÉS RODRÍGUEZ SOSA, Teniente Juez Instructor, reo, Capitán Defensor y Brigada Secretario fedatario, respectivamente.]

 

Notificación de la sentencia y entrada en capilla del condenado SANTIAGO MEDINA HERNANDEZ . . . .

En la Isleta a diez y ocho de Enero de mil novecientos cuarenta. Año de la Victoria.

Constituido el Juzgado en el Cuartel del Batallón de Ametralladoras del Regimiento Infanteria Canarias numero treinta y nueve, ante S.S. y teniendo á mi presencia al condenado SANTIAGO MEDINA HERNANDEZ, asistido de su defensor le notifiqué por lectura íntegra la sentencia dictada por el Consejo de Guerra que le juzgó y el decreto de aprobación de la misma. Acto seguido fue trasladado el reo al Barracón numero uno, habilitado para capilla, haciéndole presente el señor Juez que podía pedir los auxilios que necesitare.

Y leida que fué la firman con S.S. el condenado y su defensor de lo doy fé.

[Siguen las firmas someramente rubricadas de DOMINGO MARRERO CABEZAS, SANTIAGO MEDINA HERNÁNDEZ, DAMIÁN MASSANET PLOMER y ANDRÉS RODRÍGUEZ SOSA, Teniente Juez Instructor, reo, Capitán Defensor y Brigada Secretario fedatario, respectivamente.]

 

Providencia del Juez Marrero Cabezas.

En la Isleta á diez y nueve de Enero de mil novecientos cuarenta. Año de la Victoria.

Se hace constar que los reos han recibido los auxilios espirituales, como asimismo oído misa á las cinco horas no siendo necesario la presencia de notario para testar.

Lo proveyó y rubrica ss doy fé.

[A renglón seguido, rúbrica de DOMINGO MARRERO CABEZAS y ANDRÉS RODRÍGUEZ SOSA, Teniente Juez Instructor y Brigada Secretario fedatario, respectivamente.]

 

Cfr.: A-TMTQ 13323-432-13.- Causa 98 de 1939.- Folio 68.

 

 

NOMBRADOS DOS ALFÉRECES MÉDICOS PARA RECONOCER LOS CADÁVERES


67

 

JEFATURA LOCAL DE SANIDAD MILITAR

DE LAS PALMAS

(Gran Canaria)

 

 

Número 254

 
  Consecuente a su atento escrito fecha de hoy, tengo la distinción de participar a V.S. que para dar cumplimiento a lo dispuesto en el parrafo 5º articulo único de la Orden de Plaza del dia de ayer han sido nombrados los Alfereces Médicos Asimilados DON JOSE LIMIÑANA LOPEZ Y DON MANUEL BETANCOR CABRERA, con destino, respectivamente, en el Batallón de Ametralladoras del Regimiento de Infanteria Canarias num.39 y en el Regimiento Mixto de Artilleria nº 8, para una vez cumplida la sentencia de muerte, reconocer los cadaveres de los condenados GREGORIO OLIVARES CABALLERO, MANUEL SUAREZ CERPA Y SANTIAGO MEDINA HERNANDEZ.

Dios guarde a V.S. muchas años \

Las Palmas 18 de Enero de 1.940 1

El Jefe de Sanidad.

[Firma rubricada]

 

 

[Al pie]

Señor Teniente Juez Instructor del Regimiento de Infanteria Canarias num. 39 DON DOMINGO MARRERO CABEZAS.

Cfr.: A-TMTQ 13323-432-13.- Causa 98 de 1939.- Folio 67.

 

 

 

URGENTE Y RESERVADO


65

 

 

19661015 ESCUDO NACIONAL

El Excmo Señor Comandante General de estas Islas en escrito RESERVADO, Sección de Justicia, de fecha de ayer, me dice lo siguiente:

AUDITORIA DE GUERRA DE

CANARIAS

 

Número

 

URGENTE Y RESERVADO

“Con esta fecha y por telégrafo digo al Comandante Militar de Las Palmas, lo que sigue: “- Recaído “ENTERADO” pena muerte impuesta en causa número noventa y ocho de mil novecientos treinta y nueve fallada esa Plaza cinco actual, a soldados GREGORlO OLIVARES CABALLERO, MANUEL PLACIDO SUAREZ CERPA y SANTIAGO MEDINA HERNANDEZ por delito traición, lo comunico a V.S. a fines prevenidos articulo seiscientos treinta y seis Código Justicia Militar, significándole debe V.S. disponer que ejecución tenga lugar el viernes dia 19 actual en sitio costumbre, y dar conocimiento de ello a Juez Instructor, para cumplimiento parte le afecta, y comunicarme haberse cumplido sentencia”.- Lo que traslado a  V.S. para su conocimiento”
 

Santa Cruz de Tenerife a 17 de Enero de 1940.

 

Año de la Victoria.

 

EL AUDITOR

 

P.I.

 

[Firma rubricada de LUIS PIERNAVIEJA DEL POZO, acompañada por el sello en tinta de la AUDITORIA DE GUERRA DE CANARIAS – SANTA CRUZ DE TENERIFE, que leva en su interior el escudo del águila].

[Al pie]

Señor Teniente Juez Instructor del Regimiento de Infanteria Canarias nº 39, DON DOMINGO MARRERO CABEZAS.

LAS PALMAS

Cfr.: ATMTQ 13323-432-13 Causa 98 de 1939.- Folio 65.

 

 

ENTERRAMIENTO DEL FUSILADO GREGORIO OLIVARES CABALLERO


Diligencia de enterramiento de Gregorio Olivares Caballero. . . . . . .

En Las Palmas a diez y nueve de Enero de mil novecientos cuarenta. Año de la Victoria.

Se hace constar que a mi presencia y la de los Soldados Jose Marquez Lozano y Andres Ramirez Acevedo de la primera Compañia del Batallon de Fusiles del Cuerpo del ejecutado, se procedió a inhumar el cadaver de Gregorio Olivares Caballero previamente trasladado en el cementerio de esta Capital, quedando sepultado en la fosa numero diez y nueve, cuartel dos patio segundo, de todo lo que yo el secretario doy fé.

 

Firmas rubricadas de los soldados JOSÉ MÁRQUEZ LOZANO y ANDRÉS RAMÍREZ ACEVEDO, refrendadas por la de ANDRÉS RODRIGUEZ SOSA, Brigada Secretario fedatario.

 

Cfr.: A-TMTQ 3323-432-59.- Causa 98 de 1939.- Folio 72.

ENTERRAMIENTO DEL FUSILADO MANUEL-PLÁCIDO SUÁREZ CERPA


Diligencia de enterramiento de Manuel P. Suarez Cerpa. . . . . . .

En Las Palmas a diez y nueve de Enero de mil novecientos cuarenta. Año de la Victoria.

Se hace constar que a mi presencia y la de los Soldados Jose Montesdeoca Leon y Santiago Sanchez Medina de la primera Compañia y de Ciclista del Batallon de Fusiles del cuerpo del ejecutado respectivamente, se procedió a inhumar, el cadaver de Manuel P. Suarez Cerpa previamente trasladado en el cementerio de esta Capital, quedando cepultado en el nicho numero doscientos diez y siete del primer patio Seccion Norte a poniente por deceo familiar, de todo lo que yo el secretario doy fé.

 

Firmas rubricadas de los soldados JOSÉ MONTESDEOCA LEÓN y SANTIAGO SANCHEZ MEDINA, refrendadas por la de ANDRÉS RODRIGUEZ SOSA, Brigada Secretario fedatario.

 

Cfr.: A-TMTQ 3323-432-59.- Causa 98 de 1939.- Folio 72.

ENTERRAMIENTO DEL FUSILADO SANTIAGO MEDINA HERNÁNDEZ


72

 

Diligencia de enterramiento de Santiago Medina Hernandez. . . . . . .

En Las Palmas a diez y nueve de Enero de mil novecientos cuarenta. Año de la Victoria.

Se hace constar que a mi presencia y la de los Soldados Antonio Cabezudo Hernandez y Eladio Sosa Jimenez de la primera Comapañia del Batallon de Fusiles del cuerpo del ejecutado, se procedió a inhumar, el cadaver de Santiago Medina Hernandez previamente trasladado, en el cementerio de esta Capital, quedando cepultado en el nicho numero doscientos diez y seis del primer patio Seccion Norte a poniente por deceo familiar, de todo lo que yo el secretario doy fé.

Firmas rubricadas de los soldados ANTONIO CABEZUDO HERNÁNDEZ y ELADIO SOSA JIMÉNEZ, refrendadas por la de ANDRÉS RODRIGUEZ SOSA, Brigada Secretario fedatario.

 

Cfr.: A-TMTQ 3323-432-59.- Causa 98 de 1939.- Folio 72.

ALFÉREZ MATÍAS VEGA GUERRA PIDE Y OBTIENE 3 PENAS DE MUERTE EN CAUSA 98 DE 1939


55

ACTA DE CELEBRACION DELCONSEJO

En Las Palmas a cinco de Enero de mil novecientos cuarenta, Año de la Victoria.

Se extiende la presente acta en cumplimiento de lo preceptuado en el Articulo 585 del Codigo para hacer constar:

Que en dicha fecha y siendo las nueve y treinta horas se reunió en el Cuartel del Regimiento de Infanteria Canarias numero treinta y Nueve de esta Plaza, el Consejo de Guerra de Cuerpo para ver y fallar la causa instruida contra los procesados MANUEL SUAREZ CERPA, GREGORIO OLIVARES CABALLERO y SANTIAGO MEDINA HERNANDEZ por el presunto delito de desercion al enemigo, dicho Tribunal se hallaba constituido por el Coronel de Infanteria Don Eduardo Rodriguez Couto como Presidente; como vocales los Capitanes del Regimiento Mixto de Artilleria numero ocho Don Rafael Valeron Perdomo, Don Jose Cossio de las Barcenas y Don Diego Frigolet Prieto, Capitanes del Regimiento de Infanteria Canarias numero treinta y nueve Don Benito Martlnez Marañon y Don Felix Campos Martinez con asistencia del Ministerio Fiscal, representado por el Alferez del Cuerpo Juridico Don Matias Vega y Guerra y como vocal ponente el Teniente Auditor de segunda Don Luis Piernavieja del Pozo, y del Capitan de Infanteria Don Damian Massanet Plomer como Defensor, hallandose presentes los procesados .

Leido el apuntamiento por el Instructor en que se dio cuenta de la causa en audiencia publica examinados por  la defensa y Presidencia los testigos a quienes se preguntó sobre la filiacion política y actividades de los procesados manifestando ser apolíticos y no haberse manifestado en actividades todos los procesados-

A continuación el Señor fiscal se ratifica en la petición del Ministerio Fiscal pues los testigos si bien han aportado datos sobre la, personalidad y moral de los procesados y reconocer ser apolíticos es admisible el reconocer que de las reuniones en la chavola llegado a un  acuerdo para cometer en unión el delito de traición, reconociendo este hecho como premeditado y comprendido en el articulo 222 del Codigo de Justicia Militar, solicitando para los procesados la pena de muerte.

La defensa dice que si bien cometieron el delito de abandonar las Filas Nacionales, no tomaron parte en acción de guerra en contra de nuestras fuerzas por pertenecer a un Batallon de Ingenieros dedicado exclusivamente a la construcción de refugios y fortificaciones apoyandose en haber observado los procesados buena conducta ser apolíticos y no haberse manifestado en actividades sociales, termina solicitando del Consejo si no la libertad dada la condición de ellos se le reconosca un delito de auxilio a la rebelion

Preguntado los encartados por el Señor Presidente si tenían algo que exponer, contestaron que no, quedando

Inmediatamente reunido el Consejo de Guerra en sección secreta para deliberar y dictar sentencia, de todo lo cual doy fé.

[Firma rubricada de DOMINGO MARRERO CABEZAS, Teniente Juez Instructor]•

 

Vº  Bº

El Presidente del Consejo

[Firma rubricada del Coronel DIEGO RODRÍGUEZ COUTO]

 

Cfr.: A-TMTQ 13323-432-59.- Causa 98 de 1939.- Folio 55.

TRES FUSILADOS EL19 DE ENERO DE 1940 EN GRAN CANARIA


COMANDANCIA GENERALDE CANARIAS

PLAZA DE LAS PALMAS                      JUZGADO DE INSTRUCCION

13323 – 432 -13

REGIMIENTO DE INFANTERIA DE CANARIAS Nº 39

CAUSA Nº  98  de 1939

 

Instruido contra los soldados del mencionado Regimiento por el presunto delito de fuga al campo enemigo estando dispuesto para actuar en acción de guerra.

 

ENCARTADOS;

Sgto. MANUEL RODRIGUEZ QUINTANA

GREGORIO OLIVARES CABALLERO

MANUEL P, SUAREZ CERPA

SANTIAGO MEDINA HERNANDEZ

 

DIERON PRINCIPIOS LAS ACTUACIONES:

 

JUEZ INSTRUCTOR

SECRETARIO

TENIENTE DE INFANTERIA

SARGENTO DE INFANTERIA

D. Simeón Perez Sanchez

D. Felipe Gonzalez Brito

Otro

Otro

Alférez de Infanteria

Soldado de Infanteria

D. Guillermo Gonzalez Quintana

Vinicio Trujillo Hernandez

Otro

Otro

Teniente de Infanteria

Brigada Infanteria

D. Domingo Marrero Cabezas

D. Andrés Rodríguez

 

Cfr.: A-TMTQ 3323-432-59.- Causa 98 de 1939.- Folio de portada.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Los tres soldados encartados en esta Causa 98 de 1939, habían sido declarados desertores al frente enemigo, en 1938.

Por cuyo motivo se les abrió causa por deserción en el propio frente, dictándose las pertinentes requisitorias, para su busca y captura, siendo declarados en rebeldía, y paralizándose tal causa hasta que fueran habidos.

Atrapados al finalizar la guerra, y recabados sus antecedentes, serían traídos a Gran Canaria, donde se les reabrió el procesamiento que figura en la Causa 98/1939.

El 5 de enero de 1940, fueron sometidos a Consejo de Guerra, presidido por el Coronel de Infantería EDUARDO RODRÍGUEZ COUTO.

El Fiscal, Alférez MATÍAS VEGA GUERRA, les acusaría de haber cometido el delito de TRAICIÓN, pidiendo, y obteniendo, la aplicación de la pena de muerte para los tres.

El Vocal Ponente de la sentencia fue el Auditor LUIS PIERNAVIEJA DEL POZO.

El martes 16 de enero de 1940 se recibiría el telegrama con el fatídico ENTERADO.

Publicada la Orden de Ejecución, los tres desdichados soldados, SANTIAGO MEDINA HERNANDEZ, MANUEL PLÁCIDO SUÁREZ CERPA y GREGORIO OLIVARES CABALLERO, serían notificados el jueves 18 de enero de 1940.siendo puestos en capilla, en el Cuartel de Barracones de la Isleta.

A las seis de la mañana del día siguiente, viernes 19 de enero de 1940, fueron pasados por las armas en el Campo de Tiro de la ISLETA.

Los Alféreces Médicos Asimilados, JOSÉ LIMIÑANA LÓPEZ y MANUEL BETANCOR CABRERA, reconocieron los cadáveres, que serían conducidos al cementerio de la Capital de Las Palmas.

Por deseo familiar, los dos primeros, SANTIAGO MEDINA HERNANDEZ y MANUEL PLÁCIDO SUÁREZ CERPA, serían enterrados en sendos nichos consecutivos.

SANTIAGO en el nicho número 216 del primer patio sección norte a poniente

MANUEL PLÁCIDO en el nicho 217 del mismo primer patio.

Mientras que el cadáver de GREGORIO OLIVARES CABALLERO sería inhumado en la fosa número 19, cuartel dos, patio segundo.

RECUERDOS TENEBROSOS DE MI INFANCIA


ANTONIO MAYOR Y MAYOR PÁRROCO DE LA IGLESIA DE LA LUZ

 

La parroquia de Nuestra Señora de La Luz, cuya iglesia estaba al principio de la calle Pérez Muñoz, de la Isleta, muy cerca del Castillo de La Luz, estuvo regentada por el Presbítero ANTONIO MAYOR y MAYOR, quien culminaría su carrera eclesiástica como Canónigo de la Catedral en la diócesis canariense de Las Palmas.

Recuerdo a este cura como un hombre alto, fornido, y con voz tonante.

Y también recuerdo algunas de sus actuaciones, que me impactaron sobremanera durante mi infancia.

Hasta el punto que habiendo transcurrido más de medio siglo, todavía siguen en mi memoria.

Me estoy refiriendo a la violencia fanática con la que se ensañaba en la persecución de los protestantes.

1.-

FUERA, FUERA PROTESTANTE

 

El párroco ANTONIO MAYOR y MAYOR, recorría la Isleta botando una pelota de tenis por las aceras, para que los niños la recogieran.

Una estampa bendita era el premio para quien se la traía.

Así iba de esquina en esquina reuniendo niños.

Cuando había conseguido un  grupo numeroso, los llevaba consigo hacia la Puntilla, hasta la Iglesia Protestante o Evangélica, sita en la calle Pajonales 5.

Aquí inducía a los niños a hacer mucho ruido y a cantar el “Fuera fuera protestante”, con el propósito de impedir que los evangélicos llevasen a cabo sus cultos, además de exhibir el poder que tenía para perseguir y amedrentar a quien no pensaba como él.

Para contrastar este recuerdo con otra fuente fidedigna, envié mi texto a la atención de un viejo amigo, PLUTARCO BONILLA ACOSTA, gran helenista y Profesor Universitario en Costa Rica, que me aportó el siguiente testimonio:

 

Cuando yo era niño, los evangélicos se reunían en dos localidades distintas: una, cerca del Parque Santa Catalina, en la calle Luís Morote; la otra, en la calle Pajonales Nº 5, en La Isleta.

Mientras nos reuníamos en el primero de esos lugares, en realidad no tuvimos mayores problemas, en relación con lo que considerábamos nuestro templo.

Pero en un determinado momento (no puedo determinar la fecha ni las razones), tuvo que cederse el local a sus dueños, y se unificó la congregación en la calle Pajonales. Yo fui testigo —e incluso colaboré en los arreglos, en lo que me era posible, pues era adolescente — de cómo fue creciendo la congregación y el templo.

Templo que realmente era una casa de habitación, en la que se hizo necesario eliminar algunas paredes, a la vez que se reforzaba el techo, con el fin de habilitarla para su función eclesial.

Pues bien, en aquella época difícil, allí sucedieron varias cosas dignas de recordar.

Un cura (tampoco puedo precisar si se trataba de don Antonio Mayor o de algún otro; probablemente fueron varios que se turnaban) solía ir cerca del templo con un grupo de muchachos, a quienes incitaba contra nosotros. Esto sucedía solo a la salida de los cultos de la noche, entre semana.

Los chiquillos iban provistos de un clavo y de latas llenas de agujeros con los bordes sobresalientes.

Cuando terminaban los cultos, se apostaban en las cuatro esquinas de la calle por la que teníamos que pasar (hacia el Este, pues en la otra dirección estaba el mar y una factoría de pescado) y se dedicaban a rasgar la lata con los clavos, con lo que hacían mucha bulla, con intención de burla y desprecio, acompañada de algunos insultos.

Entre estos estaban los que metían en el mismo saco a “ateos comunistas, masones y protestantes”.

Que yo recuerde, nunca hubo violencia.

Como al lado de lo que nos servía de santuario había un patio, en ocasiones tiraban piedras o espinas de pescado.

Gracias a Dios, aparte de la molestia, nunca hubo que lamentar ningún otro daño.

Un cura tuvo la ocurrencia —por no decir el descaro— de plantarse exactamente al lado de la puerta de entrada a la casa-templo, y se quedaba allí, casi en posición de firme, hasta que se iba el último de los participantes en el culto.

En vista de que esta práctica se repetía, un día llevé una cámara fotográfica y, al terminar el culto, le pedí a una pareja de la iglesia que se colocara junto a la puerta.

Mi interés no era fotografiar a esa pareja, sino al cura.

Conservo aquella fotografía como testimonio de una época que, ojalá, nunca vuelva.

En una ocasión, al llegar nosotros a nuestro lugar de culto (que por virtud del régimen franquista no podía tener fachada de templo), lo encontramos precintado.

Con lo cual no pudimos acceder a él.

Luego nos enteramos, por los trámites que hizo el misionero, que aprovechando la ausencia del Gobernador Civil, que había partido para Madrid, casi tan pronto como había despegado de Gando, el avión en que viajaba, el teniente de gobernador, incitado por el clero, mandó precintar el templo.

El  edificio estuvo precintado hasta que regresó el Gobernador Civil.

Apenas regresó el gobernador, se quitó el precinto.

Esta información ha sido completada por mi hermano AMBROSIO, añadiendo que él fue testigo de haber visto hasta cinco curas, delante de la puerta de la iglesia evangélica de la calle Pajonales.

Que en su opinión, algunos de aquellos curas eran buenas personas y se veían compelidos a realizar tal labor de hostigamiento a los protestantes,  contra su voluntad, cumpliendo órdenes de su Obispo ANTONIO PILDAIN y ZAPIAIN.

Mi hermano ha encontrado en su amplio archivo fotográfico una copia de aquella foto sacada por Plutarco-

Copia que me ha remitido, con la advertencia de que no estoy autorizado a publicarla, sin consentimiento previo de su autor, Plutarco.

 

2.- LOS PLÁTANOS MADUROS

ANTONIO MAYOR y MAYOR no escatimaba ardides para captar y engatusar feligreses.

En la calle Faro, frente a la fachada oriental del Grupo Escolar Generalísimo Franco, había una tienda que vendía plátanos.

Ya se sabe que los plátanos que han quedado en Canarias para el consumo local no eran los de calidad superior.

Eran los que no habían superado la «marca».

Esto es, los de calidad inferior, que no podían ser exportados, y por tanto se dedicaban al consumo interior isleño.

Por el calor y el tiempo algunos se maduraban bastante.

El párroco ANTONIO MAYOR y MAYOR solía pasar por la tienda y compraba algunas manillas de esos plátanos muy maduros, a bajo precio.

Luego obsequiaba a los niños de la catequesis con uno de esos plátanos, o bananas, como se dice hoy en día.

Los niños quedaban encantados con el plátano que devoraban a toda prisa.

Entonces el cura ANTONIO MAYOR y MAYOR conducía a sus niños aplatanados, ante la casa donde se reunían los protestantes para celebrar sus cultos.

Casa a la que todos nos referíamos como El Culto, ejecutando una mistura de sinécdoque y metonimia, sin saber que estábamos haciendo tropos.

Aquí reiteraba la práctica ya citada, en la cual los niños hacían mucho ruido y cantaban el “Fuera fuera protestante” para impedir que los evangélicos realizaran sus lecturas y ceremonias.

Así pagaban los niños el plátano del cura.

3.-

EL ENTIERRO DEL PADRE DE SUSO

 

En el número 70 de la calle Saucillo, vivía el matrimonio constituido por JUAN GONZÁLEZ RODRÍGUEZ y doña Susa, JESUS MARTIN CARÁMBULA, con sus hijos Juan, Manuel, Francisco y Jesús.

Este último respondía al apelativo de SUSO.

SUSO había padecido desde niño una enfermedad en sus piernas que le obligaban a andar con muletas.

De tal enfermedad desconocíamos todo, en aquella menesterosa época.

Hoy, recordándola con perspectiva diacrónica, pienso que debió haber sido poliomielitis

La temible polio, para la que entonces no había remedio.

El 10 de octubre de 1955 a las 17 horas había fallecido, a causa de anemia aguda, JUAN GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, con 55 años de edad, ya que había nacido el 26 de agosto de 1900 en la ciudad de Las Palmas.

La inscripción de su defunción consta en el tomo 59 del Juzgado del Puerto, por declaración de su hijo mayor, Juan.

Tal inscripción figura autorizada por el Juez MIGUEL DÍAZ REIXA.

El entierro de JUAN GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, efectuado al día siguiente, fue llevado a cabo por la funeraria de Parrilla, que tenía su oficina en la calle Albareda, unos metros más allá del denominado Teatro Cine del Puerto, popularmente conocido por Cine Viejo.

En este entierro el párroco ANTONIO MAYOR y MAYOR montó todo un espectáculo.

Bastante antes de la hora prevista para la salida del féretro, habían ido llegando unos desconocidos que se situaron delante de la casa de Suso, por delante de los amigos y vecinos de la familia del fallecido asistentes al entierro.

En una acción paralela coordinada, la Policía Armada la cual la gente seguía denominando Guardia de Asalto, “los grises”, antecedente de la Policía Nacional actual, acordonaron la zona cerrando las calles de acceso a Saucillo con sus vehículos oficiales.

A la hora prevista para la salida del entierro, se presentó el párroco ANTONIO MAYOR y MAYOR, jadeante, tras subir la cuesta de la calle Pérez Muñoz, acompañados por sus acólitos y la parafernalia de la Cruz alzada.

Ante su aparición, la multitud que se había acumulado en la calle Saucillo, se apartó abriéndose hacia las aceras, en una reacción similar a la de las escenas cinematográficas de enfrentamiento entre pistoleros.

Don ANTONIO MAYOR y MAYOR, jadeante, manifestó que venía a llevarse el féretro, alegando que el fallecido era católico y tenía que ser enterrado como católico.

Se aproximó a la puerta de la vivienda e intentó entrar.

SUSO, atravesado en la puerta con su hermano Paco, se opuso diciendo:

– ¡Sus servicios aquí no han sido solicitados!

Don ANTONIO MAYOR y MAYOR le gritó:

– ¡Entro y más que entro!

El cura hizo una señal a tres personas que aguardaban detrás, como a unos 5 metros, y éstos se acercaron a Suso.

En un tono amable (justo lo contrario del utilizado por el cura) uno de ellos le dijo:

Por favor, permitan la entrada.

Yo puedo firmar una orden y no podrán impedir que se entre.

Suso rompe a llorar, y junto con su hermano, dejó franco el paso a su casa, apartándose de la puerta.

[Por su forma de proceder y decir, deduzco que el señor que habló con Suso, debía haber sido el juez del Puerto, MIGUEL DÍAZ REIXA, ya citado como firmante de la inscripción de defunción.

Y sus dos acompañantes debían ser funcionarios judiciales o policiales.]

El cura ANTONIO MAYOR y MAYOR entró en la casa y sacaron el féretro.

Actuaban de porteadores, dos hermanos del difunto que iban por la parte de los pies, y otros dos individuos, uno de ellos conocido como el Palillo.

Este muchacho, flaco y alto, apodado EL PALILLO, domiciliado en la calle Artemi Semidan 51, cuya casa quedaba entre las calles Fontanales y Guayedra, era huérfano de SANTIAGO MEDINA HERNÁNDEZ.

SANTIAGO MEDINA HERNÁNDEZ, con 27 años de edad, acusado del delito de traición, por haberse pasado en el frente, al bando republicano, durante la guerra civil, había sido fusilado el viernes 19 de enero de 1940, junto a MANUEL-PLÁCIDO SUÁREZ CERPA, y GREGORIO OLIVARES CABALLERO.

MANUEL PLÁCIDO SUÁREZ CERPA había dejado viuda a su esposa MARÍA SOLEDAD DÍAZ SAAVEDRA.

Esta era hermana de mi cariñoso padrino, MANOLO DÍAZ SAAVEDRA, propietario y patrón de una conocida y acreditada Barbería ubicada frente a la Plaza de España en La Isleta.

Detalles de este triple fusilamiento han sido expuestos en

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2011/12/01/delito-de-fuga-en-direccion-al-enemigo/

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2011/12/02/delito-de-desercion-al-frente-del-enemigo/

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2011/12/03/delito-de-traicion/

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2011/12/04/solicitando-para-los-procesados-la-pena-de-muerte/

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2011/12/04/pena-de-muerte-para-tres-soldados-grancanarios-en-1940/

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2012/11/27/certificando-muerte-del-fusilado-gregorio-olivares-caballero/

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2012/11/28/certificando-muerte-del-fusilado-santiago-medina-hernandez/

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2012/11/28/certificando-muerte-del-fusilado-manuel-placido-suarez-cerpa/

 

La Plaza de España había sido erigida en el solar de la Casa del Pueblo, volada con explosivos por los franquistas, después del Alzamiento contra el gobierno, legal y legítimo de la República de España.

Retornemos al triste episodio del ENTIERRO del padre de SUSO.

Al salir cargando el ataúd, se produce una escena tragicómica, protagonizada por los porteadores.

Los dos hermanos estaban situados como para caminar hacia el Oeste, en dirección a la Plaza de España.

El Palillo y el otro porteador estaban virados hacia el Este, como para caminar en dirección hacia la calle Pérez Muñoz.

El señor que se comportaba como juez, indicó con el dedo índice de su mano derecha que había de caminar en dirección hacia el Este, y los dos hermanos del difunto se giraron.

Entre los asistentes estaban juntos mis hermanos Miguel y Ambrosio.

Miguel exclamó:

¡A esto no hay derecho!

Y mi hermano Ambrosio le advirtió:

!Cállate, que hasta las paredes oyen¡

La comitiva caminó calle abajo hasta la iglesia de LA LUZ, donde Don ANTONIO MAYOR ejecutó el oficio católico de difuntos, mientras los protestantes asistentes aguardaban en la acera de la calle Juan Rejón esquina a Pérez Muñoz, donde estaba ubicado el bar de EMETERIO, aproximadamente a medio centenar de metros de la puerta de la iglesia de LA LUZ,

Este bar era oficialmente conocido como BAR AQUÍ TE ESPERO”, ya que ese era el rótulo que tenía en la fachada, y en lo alto de su pared interior, sobre una mano de yeso con el dedo índice extendido hacia abajo.

Pero los isleteros nos referíamos a dicho local, como el bar de EMETERIO, nombre su propietario.

Terminado el oficio religioso católico, el cortejo fúnebre se encaminó hacia el cementerio del Puerto.

Cuando llegaron a éste se encontraba cerrado, porque ya se había superado la hora de entrada.

Salió el sepulturero protestando porque ya había terminado su jornada de trabajo.

Pero cuando vio al señor juez, se movió raudo; de tal modo que, como se dice en nuestra lengua canaria, «las patas le llegaban al culo».

4.-

LA QUEMA DE LUTERO

 

En la calle Fontanales, una transversal de la calle Pérez Muñoz, que estaba situada por debajo de la mitad de esta calle, vivía un protestante.

Una tarde noche el cura ANTONIO MAYOR Y MAYOR se presentó con los niños de la catequesis ante la casa de este hombre, y montó un muñeco de paja, al que puso un cartón en el que había escrito la palabra LUTERO.

Luego le prendió fuego, celebrando con los niños de la catequesis una especie de ceremonia medieval.

Aportación de Plutarco:

Tengo vago recuerdo de esto, pero no puede precisar ni fecha ni lugar. probablemente me lo contaron.

5.-

LA VIRGEN MARÍA SEGÚN ANTONIO MAYOR Y MAYOR

 

Para acabar con mi percepción del negro personaje ANTONIO MAYOR Y MAYOR, tengo otro recuerdo más difuso.

En nuestra casa, o en casa de mi abuela Micaela, tuve en mis manos un opúsculo publicado por aquel cura, que versaba sobre la Virgen María.

Por esas fechas yo había estudiado Liturgia y Culto Católico, porque nos lo había enseñado nuestro Profesor de Religión, el pacífico sacerdote Don SANTIAGO CAZORLA, quien entre otros temas, nos había explicado el de los diferentes tipos de culto:

1. Culto de Dulía. El que se tributa a los ángeles y a los santos.

2. Culto de hiperdulía. El que se tributa a la Virgen.

3. Culto de latría. El que se tributa a Dios.

 

Mi recuerdo consiste en lo siguiente:

Después de leer el opúsculo, el enaltecimiento de la figura de la Virgen María realizado por Don ANTONIO MAYOR, era de tal magnitud, que yo llegué a la conclusión de que el autor casi la ponía como Dios.

De todos modos, una constante del Catolicismo es el desmedido enaltecimiento de la Virgen.

Por eso hay tantas advocaciones y puntos de encuentro por apariciones virginales: Lourdes, Fátima, Candelaria, Pino, etc.

Aportación de Plutarco, desde Costa Rica:

No, no leí ese opúsculo, precisamente, aunque sí otros. La conclusión fue la misma, sobre todo, por una razón importante: a pesar de la distinción de los tres tipos de culto (latría, hiperdulía y dulía), tal distinción se quedaba siempre en el plano teórico, pues la gente del pueblo no tenía ni idea de ello, ni se le enseñaba eso desde los púlpitos de las iglesias. La consecuencia lógica era que el pueblo asumía (y en gran medida sigue asumiendo) una actitud idolátrica.

Sí recuerdo que, con ocasión de la inauguración de una Sección de la Biblioteca de la Universidad de Salamanca (sección a la que le pusieron el nombre de don MIGUEL DE UNAMUNO), Monseñor Pildaín y Zapiaín (no estoy muy seguro de los acentos de estos apellidos, pues quizás eran Pildain y Zapiain) publicó un folleto con el rimbombante título de “MIGUEL DE UNAMUNO, HEREJE MÁXIMO Y MAESTRO DE HEREJÍAS”.

Algunos protestantes hacíamos comentarios socarrones, diciendo que nos alegrábamos muchísimo, ya que eso significaba que MARTÍN LUTERO había dejado de ser el “hereje máximo”.

* * * * * * * * * * * * * * *

Después de escrito ésto, Plutarco me remitió desde Costa Rica, un texto adicional, que corrobora otro recuerdo difuso de mi infancia, del que asimismo fue protagonista el cura ANTONIO MAYOR Y MAYOR.

He hilvanado el testimonio remitido desde Costa Rica con mi recuerdo, y lo he plasmado así:

6.-

MULTITUDES FRENTE A LA TIENDA DE UN EXIMIO PROTESTANTE

El cura párroco de LA LUZ, ANTONIO MAYOR Y MAYOR, organizaba desfiles procesionales por la Isleta, que aprovechaba para insistir en su hostigamiento a los protestantes.

En la esquina inferior, al poniente del cruce de las calles Artemi Semidán y Osorio, tenía su tienda, comercio de ultramarinos, GREGORITO BONILLA con su mujer MATILDITA.

GREGORITO era un hombre menudo, muy trabajador y solícito, que dedicaba cuanto tiempo tenía libre, – que no era mucho porque una tienda de comestibles exige mucha dedicación -, para leer su Biblia, un libro muy sobado por el uso.

El cura solía parar a la multitud asistente a su desfile procesional justamente en dicho cruce de calles.

Se subía a la azotea de la casa situada en la esquina opuesta en diagonal a la casa de GREGORITO. Y desde allí arengaba a la gente.

Esta se tragaba todo lo que el representante de la Iglesia Católica Apostólica Romana en la Isleta, soltaba por su boca, denostando y denigrando a los Protestantes, aunque muchos de los asistentes sabían que eran mentiras, porque conocían a muchos protestantes isleteros, con los que tenían relación y trato.

El cura decía barbaridades como éstas:

Los protestantes quieren comprar las almas con un par se sábanas.

Y entonaba, coreado por la multitud, la siguiente cancioncilla:

Fuera, fuera protestantes;

fuera, fuera de la nación,

que queremos ser amantes,

del sagrado Corazón.

 

GREGORITO y MATILDITA fueron los progenitores del amigo PLUTARCO.

* * * * * * * * * *

 

Estas imágenes de mi infancia y pubertad, constituyen unos recuerdos de un pasado tenebroso, que no se me han borrado.

Al rememorarlos hoy, con casi 71 años de edad, siento un dolor lacerante, similar al que sentí en aquellos momentos.

Yo era católico practicante en aquellas fechas.

Y vivía en la casa situada en la esquina Pérez Muñoz-Perchel, que por esta calle estaba identificada con el número 16, y por Pérez Muñoz tenía el número 65 (hoy renumerado 77), donde transcurrió mi infancia y juventud, hasta que me vine a La Laguna en Tenerife, para emprender mis estudios universitarios de Químicas.

* * * * * * * * * * * * * * *

La Universidad de San Fernando de La Laguna, era entonces, el único y exclusivo centro académico superior universitario de Canarias.

En La Laguna (Tenerife) conocí a una preciosísima y encantadora muchacha, que respondía al nombre de LOLY, que era asediada por el centenar de colegiales del Colegio Mayor San Fernando, en la farmacia del Barrio Nuevo, donde trabajaba.

Yo le declaré mi amor a Loly el cinco de abril de 1963, Viernes de Dolores.

Tras cinco años de noviazgo, nos casamos el 29 de junio de 1968, día de San Pedro.

Hemos estado casados hasta el dos de noviembre de 2011, 20111102, fatídico día palindrómico, en que mi amada Marilola falleció.

Me queda su indeleble recuerdo, cuatro hijos, y cinco maravillosos nietos.