DECLARACIÓN DEL CAPITÁN DE LA COMPAÑÍA DE ASALTO



Cumpliendo la orden recibida del Auditor MARIANO GARCÍA CAMBRA, el Comandante ELISARDO EDEL RODRÍGUEZ, inicia las Diligencias Previas Nº 26 de 1939, nombrando Secretario de las mismas al Teniente AGUSTÍN DURÁN DEGADO, que promete cumplir su cometido fielmente, y dicta la primera providencia consistente en ordenar la remisión de citación al Capitán de la Compañía de Asalto, MANUEL MORENO GÓMEZ, para que verifique su presentación en el Juzgado, con urgencia.

Ese mismo día, 27 de enero de 1939, comparece como testigo MANUEL MORENO GÓMEZ.

DECLARACIÓN de don MANUEL MORENO GÓMEZ . . . . . . . . . .

En Santa Cruz de Tenerife a veintisiete de enero de mil novecientos treinta y nueve. Ante S.S. comparece el testigo anotado al margen para rendir declaración y, advertido de las prevenciones del artículo 451 del Código de Justicia Militar y de la responsabilidad correspondiente al reo de falso testimonio juró ser veraz en sus manifestaciones. Interrogado por el artículo 453 del mismo Código, dijo: Que se llama como queda manifestado, mayor de edad, de estado casado, natural de Madrid, provincia de iden, de profesión Capitán de Infantería, actualmente se halla al mando de la Compañía de Guardias de Seguridad y Asalto, de esta Capital, , sin que le comprendan las demás de la Ley.

PREGUNTADO . . . si el declarante manifestó al Excmo. Señor Gobernador Civil de esta provincia, algo relativo a una supuesta conversación mantenida por altos Jefes militares, referente a la Autoridad de dicho Gobernador Civil y del dicente, y, en caso afirmativo, explique detalladamente lo ocurrido, conductos por donde supo esos hechos denunciados y demás circunstancias, dijo: Que un día, que recuerda que fue el mismo en que se realizó la manifestación pública por la caída de Tarragona, marchó el declarante a su casa a comer más temprano que de costumbre y al llegar a su casa le dijo su señora que una sirvienta que lava en su casa y que se llama Micaela, le había dicho que su marido, soldado del Regimiento de Infantería, había oído al conductor del coche del Señor Coronel Señor Galtier, que dentro de dicho coche habían tenido una conversación el Excmo. Señor Comandante General de este Archipiélago y el referido Señor Coronel, en la que hablaban del procedimiento para lograr la destitución del Excmo. Señor Gobernador Civil, de un Capitán, que no señalaban y de otra persona que tampoco nombraba. El declarante quedó suspenso y no creyó en la veracidad absurda de tal reunión y conversaciones; pero sin embargo se decidió a decírselo al Excmo. Señor Gobernador Civil, dada la familiaridad con que le trataba por haber sido compañeros enla misma Banderadel Tercio, con el propósito más bien de prevenirle ante la posibilidad de que recibiera esa noticia por otro conducto y pudiera darle una veracidad que no merecía; que a tal fin marchó al Gobierno Civil y le dio cuenta de esa conversación  o noticia que le había comunicado su esposa, agregándole que no la creía por ser absurdo; que entonces se reservó el nombre de la sirvienta porque no creyó que el asunto tuviera mayor trascendencia y que no pasara del carácter de una conversación amistosa y confidencial.

Que el Señor Gobernador encargó al dicente que procurara enterarse del día y la hora en que se había verificado esa supuesta conversación Que por la tarde de ese día y yendo en la manifestación se le acercó el Capitán don Luis Martínez Mateo, Delegado de Orden Público y le dijo al dicente que tenía que hablar con él sobre el hecho que había manifestado al Excmo. Señor Gobernador civil y terminada la manifestación se reunieron nuevamente ambos y le dijo el Señor Martínez Mateo que le explicara lo del complot, a cuya palabra replicó el declarante diciéndole que eso del complot era una barbaridad y una frase impropia, pues no se trataba de nada de eso; a esto contestó el Señor Martínez Mateo completar lo que él sabía, pues necesitaba unirlo a otros datos que él tenía por si se debía tener en cuenta, y terminó el declarante por decirle que iba a ver al Excmo. Señor Gobernador Civil, en vista de que se estaba dando al asunto una importancia que no tenía; que acudió al Gobierno Civil a dicho objeto y no pudo ver’ al Señor Gobernador porque estaba encerrado en su despacho con otra Autoridad, cree recordar que le dijeron que con el Excmo. Señor Comandante General. Que al día siguiente, al ir a comer el declarante recibió un recado por un guardia de Asalto para que fuera al despacho del Excmo. Señor Gobernador Civil a las siete de la tarde; que así lo hizo y después de estar hablando el Señor Gobernador con el Delegado de Orden Público, mandó pasar al declarante invitándole a que manifestase la persona que había dicho a su esposa lo de la supuesta conversación de los altos Jefes militares; el dicente se resistía a ello e insistía en decir que el asunto no tenía importancia y que no merecía la pena de extender las investigaciones sobre ese asunto absurdo y como le requiriese a señalar esa persona y dijese también el Delegado de Orden Público que eso solo lo podía haber dicho el chofer del señor Coronel Galtier, el declarante terminó por decir el nombre de la sirvienta Micaela y el conducto por donde esta decía haberlo recibido; que volvió a repetirle el Señor Gobernador Civil que procurara averiguar el día y hora de la reunión y que el  declarante se retiró molesto y disgustado, por lo que le dijo el Gobernador Civil que era su obligación poner en su conocimiento estos hechos, retirándose decidido a no seguir haciendo esas averiguaciones que le encomendaba, como así se propuso hacerlo, pero al llegar a su casa y reflexionando con su señora sobre la posibilidad de que al no darle más datos ni intentar más averiguaciones, pudiera creer que se trataba de una invención del declarante, se decidió completar las referencias de la tal Micaela, la que interrogada por su esposa llegó a decir que la noche anterior, otra ocasión distinta a la primeramente reseñada, habían salido por la noche al Monte de las Mercedes en el coche del Coronel Señor Galtier, el Excmo. Señor Comandante General , el Señor Coronel de Estado Mayor y el referido Señor Coronel Galtier, que decía el chofer que lo habían hecho parar en un sitio donde les debí esperar y que ellos se fueron caminando solos más lejos de donde quedó el coche y que la primera conversación, es decir , la primera reunión referida lo fué en el Monte de la Esperanza; que el declarante fué a dar esos datos al Señor Gobernador Civil, con quien también estaba el Señor Delegado de Orden Público, un día posterior, que cree a los anteriormente reseñados, que cree recordar fué el sábado veintiuno del actual; que en esta última visita el declarante después de dar los datos anteriores, insistió en quitarle importancia al hecho, pues aunque el paseo fuera cierto, nada de particular tenía, y a ello replicó el Delegado de Orden Público, diciendo que este asunto podía ser una sedición y procuraba asentir a lo que decía el Señor Gobernador; que incluso el declarante dijo que por qué no interrogaba el Delegado de Orden Público a la Micaela, ya que ésta también lava la ropa de dicho Delegado, todo con el fin de que desentendieran al declarante ya de este asunto enojoso; que el declarante se despidió y el Señor Gobernador le dijo que se podía marchar, dándole las gracias; que posteriormente no ocurrió nada más sobre los hechos relatados.

PREGUNTADO si en alguna de las conversaciones dijo el dicente al Señor Gobernador Civil algo sobre una reunión en la finca del Teniente Coronel don JOSE MARQUES BRAVO, dijo: Que en una de las veces que habló con el Señor Gobernador Civil, cree que la primera, al preguntarle que donde había sido esa reunión, le contestó el declarante que no sabía dónde y a modo de comentario agregó que no sabía si el paseo podía haber sido por la carretera de Tacoronte, donde dicho Teniente Coronel tiene una finca; pero no dijo que en tal finca se hiciera la reunión ni que dicho Teniente Coronel interviniera para nada.

PREGUNTADO si tiene algo más que decir, dijo que no. Por lo cual S.S. dio por terminado el acto y leída por el declarante su manifestación, se ratificó en su contenido y la firmó con el Señor Juez Instructor y yo el Secretario, de lo certifico.

Elisardo Edel                                        Manuel Moreno

Agustín Durán Delgado

 

Cfr.: Diligencias previas nº 26 [5466–178–21].- Folios 4 y 5.