En el mes de Diciembre de 1936 (muchos implicados dicen que una semana antes de la Navidad, aunque ya hay detenidos por estos hechos el 21 Diciembre 1936) ocurren en La Isleta incidentes, que siriveron de prestexto para el inicio de una etapa oscura y cruel de la guerra civil en Gran Canaria.
No sólo por las sentencias de muerte y condenas habidas en la causa 625/36 y piezas separadas de la misma, sino que se puede tomar estos hechos como arranque de las múltiples “desapariciones” habidas durante el primer semestre de 1937.
Supervivientes implicados entrevistados, narran que los hechos sucedieron una semana antes de la Navidad.
Hubo detenidos por estos hechos el 21 Diciembre 1936.
Resumiendo, se puede decir que, en aquella fecha, muchos de los implicados se congregaron en la calle Lazareto de La Isleta (al norte de la misma), saltando algunos el muro que delimitaba el Regimiento de Infantería Canarias nº.39 (RIC-39), entrando en la armería del cuartel, sita en la zona mas al norte del establecimiento militar.
Avisados por militares implicados en la trama, en sentido que se había descubierto el asalto al cuartel, a toda carrera hacen a la inversa dicho recorrido, llevando tras de sí a los militares de guardia fieles al Gobierno de Burgos.
No hay ni heridos ni pérdidas humanas en estos incidentes y muchos de los implicados entran en las viviendas de dicha calle, y saltan por detrás de las mismas hacia los solares que la empresa Shell tenía en dicha zona.
El Juez Instructor de esta causa, Comandante JOSÉ FIOL PÉREZ, dictamina que de las averiguaciones practicadas y demás informaciones recibidas para esclarecer estos hechos, quedaba probado que, en fecha que no había podido precisar, pero comprendida entre los meses de Septiembre y Octubre 1936, se concibe por algunos individuos imputados el propósito de promover y llevar a cabo un levantamiento armado en la guarnición de esta Plaza, que auxiliase a los rebeldes que aún existían en una parte de España a las órdenes del titulado gobierno de Valencia, y a tal efecto llevando a cabo lo concebido, buscan la colaboración de elementos paisanos, seduciendo y atrayendo a varios soldados y clases del RIC-39, incluso de la marinería del cañonero “Canalejas” surto en el Puerto de La Luz.
Se proyecta el levantamiento con el previo aviso de un cañonazo, libertando primero a los presos del Campo de Concentración, a cuyos efectos aprovecharían las circunstancias de estar de servicio de guardia en el mismo fuerzas adictas a los promotores del levantamiento, verificando tal liberación colocando las colchonetas de los presos sobre las alambradas, para que los mismos pudiesen saltar sobre ellas, reduciendo seguidamente a los cuarteles de Ingenieros y de Artillería Montaña, situados muy cerca del dicho Campo de Concentración.
Con indicios de estar relacionados con esta causa, el 3 de Enero de 1937, la Comisaría de Policía de Las Palmas remite escrito nº. 32 del Registro de Salida, informando al Gobierno Civil que, con dicha fecha, ponía a disposición del Gobernador Militar de la Plaza dos guerreras y un gorro que al parecer pertenecen al Arma de Infantería encontradas abandonadas en un solar de la Isleta, siendo halladas por el Soldado de Ingenieros Roque Martín por confidencias que recibió de un menor. Indicaba igualmente que personal de dicha Comisaría hacía activas gestiones para averiguar quien sea el dueño de las mencionadas prendas y fines a las que tenía destinadas.
Esta Causa tiene, además de la principal, dos piezas separadas.
Son detenidas mas de cien personas y encartados un total de 61 individuos (24 militares y 37 civiles).
La diferencia entre el número de detenidos e imputados se explica por las muchas “desapariciones”.
El principal lugar de detención fue el Círculo Arenales en la calle León y Castillo, al norte de la plaza de la Feria, donde hoy se encuentra el monumento a Don Benito Pérez Galdós.
En este edificio los detenidos eran tratados cruelmente, y por las noches se efectuaban “sacas”.
El primer Consejo de Guerra (pieza separada nº.1 instruida con carácter sumarísimo), se celebra el 8 de Enero de 1937 en el RIC-39, contra el considerado principal implicado, Teniente del Cuerpo de Tren FLORENCIO GRANDE RUBIO, de 36 años de edad, natural de Navaluenga (Ávila), casado con Ángela Perdomo Alemán, con quien había procreado dos hijos, siendo su domicilio en la calle Francisco Gourié,18 (Las Palmas – Gran Canaria).
El Consejo de Guerra para enjuiciar esta causa y sus dos piezas separadas, fue presidído por el Coronel RAFAEL CASTRO CAUBÍN, siendo vocales los de igual clase ROMÁN LEÓN NÚÑEZ, SALVADOR FERNÁNDEZ BAHAMONDE, JOSÉ DE ROSAS FERNÁNDEZ, LUIS MATEOS ÁLVAREZ-RIVERA y ERNESTO PASCUAL LAS CUEVAS.
Actúa de Fiscal RAFAEL DÍAZ-LLANOS LECUONA y como Vocal ponente LUIS PIERNAVIEJA DEL POZO.
Les tocó actuar como defensores ante aquellos estrellados miembros del tribunal, a los Alféreces JOSÉ RAMÍREZ BETHENCOURT, SIMEÓN PÉREZ SÁNCHEZ, PEDRO PÉREZ DE LAS CASAS y EDUARDO RODRÍGUEZ LISÓN.
Los hechos son calificados por el Fiscal RAFAEL DÍAZ-LLANOS LECUONA como de Rebelión Militar, por adhesión a la misma, previsto en el artº.137 del Código de Justicia Militar y sancionado con aquel carácter en el número segundo del 238 del propio Cuerpo legal, solicitando la pena de muerte.
La defensa disiente de la tesis del Fiscal, por no haberse probado los hechos, solicitando la absolución del imputado FLORENCIO GRANDE RUBIO; y de no admitirse esta petición, llegaba solo a calificar los hechos como de conspiración para el delito de rebelión, con imposición de la pena correspondiente.
El Consejo resuelve esta causa condenando a la Pena de Muerte a FLORENCIO GRANDE RUBIO, siendo aprobada la sentencia con fecha 18 Enero 1937, por el Gobernador Militar de la plaza de Las Palmas, al no poder intervenir en esta causa el Comandante General ÁNGEL DOLLA LAHOZ, por incompatibilidad.
Se comunica la misma al Cuartel General del Generalísimo, que contesta el “enterado” en la tarde del día 21 Enero 1937.
Al día siguiente, a las 06:30 horas del 22 de Enero de 1937, se cumple la sentencia, siendo fusilado FLORENCIO GRANDE RUBIO.
NOTA DEL AUTOR:
Algunos de los implicados en el Asalto al Cuartel de La Isleta (Causa 625/36) comentaban que, más de una vez se cruzaron con Dª. Ángela Perdomo Alemán, viuda de Grande, y en el transcurso de los saludos siempre decía esta Señora que a su marido no lo habían ajusticiado, sino que fue asesinado.
Cfr.: JUAN MEDINA SANABRIA.- ISLETA PUERTO DE LA LUZ – CAMPOS DE CONCENTRACIÓN.- 2002.- LPGC.- ISBN-84-607-5875-3.