DOS OMISIONES CLAMOSAS


Leyendo el libro «Calles y Plazas de Santa Cruz de Tenerife (1996)» de Juan J. Arencibia de Torres, dentro de la descripción de la Plaza de la Iglesia, casi al final del capítulo VI, me llamó la atención el siguiente párrafo:

¡Qué manía tienen los políticos españoles de cambiar los nombres de las calles y plazas! Esperemos que este «deporte» haya acabado ya de una vez por todas.

En 2003, en otro libro titulado «Pinceladas Canarias», vuelve J.J. Arencibia sobre el mismo tema escribiendo:

Resulta disparatado el cambio de nombres de las calles por razones políticas, Lo mejor en el futuro es no rotular calles con nombres de políticos, sean del color que sean. Los políticos de todas las épocas son buenos para unos y detestables para otros, En materia política es difícil contentar a todos.

Semejante exclamación interjectiva, y la reiteración en el mismo punto siete años más tarde,  suscitó mi curiosidad hacia el tema de los nombres de las calles.

En un libro anterior, publicado en 1994, «CANARIAS Y LOS MILITARES», en su página 176, el Coronel Arencibia había dejado escrito este otro texto:

“El General Dolla, al que recuerdo perfectamente por haber estado en casa de mis Padres en más de una ocasión en Icod, ciudad de la que mi padre fue Alcalde hasta Febrero de 1937”.

Que el hijo de un político tan relevante en la historia de Icod de Los Vinos, durante la Segunda República y el autodenominado Alzamiento Nacional, jefe fundador de Acción Ciudadana en dicha ciudad, que además es sobrino de Julio Arencibia, Alcalde de Icod, que ostentó el poder municipal durante más de 15 años, – desde el 17 de octubre de 1947 hasta su fallecimiento el 28 de marzo de 1963, descalifique a los políticos por cambiar los nombres de las calles, resulta bastante sorprendente, y hasta patético.

Para abonar aún más su posición contraria al cambio de los nombres de calles por decisiones políticas, en otro de sus libros, «Pinceladas Canarias» publicado en 2003, se puede leer el siguiente párrafo:

 

“Hubo un tiempo en que algunas calles santacruceras tuvieron nombres preciosos posiblemente dados por el pueblo y que obedecían a motivos lógicos. Como escribió Martínez Viera:”Modificar el nomenclátor de una ciudad es perjudicial. Para perpetuar hechos y personas, las calles nuevas” ¿Aprenderán los alcaldes y concejales?

Es verdad que Santa Cruz de Tenerife ha tenido calles con nombres preciosos tales como Libertad, Igualdad y Fraternidad, los cuales fueron eliminados y sustituidos por los de Comandante Sánchez Pinto, General Goded y Capitán Gómez Landero, respectivamente.

La cita de FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA, está extraída de su artículo «Los Nombres de Nuestras Calles», publicado en 1951, y recopilado dentro del libro «El antiguo Santa Cruz», editado en 1967.

Pero la cita al ser incompleta está descontextualizada.

El párrafo completo de Francisco Martínez Viera dice así:

“Es difícil, repetimos, «desarraigar» un nombre antiguo de una vieja calle. Difícil y complicado. Reconocemos que modificar el nomenclátor de una ciudad es perjudicial y sólo produce trastornos. Para perpetuar hechos y personas, las calles nuevas, Aquí en Santa Cruz, en la parte vieja, ya no caben más cambios de nombres. Ahí están las barriadas, para resistir el aluvión… Lo hecho, hecho está y la lección de su eficacia está en la «pugna» que hemos querido destacar.

Lamentablemente, los ediles municipales santacruceros no han prestado atención a estas palabras de FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA, porque el 21 de febrero de 1977 decidieron cambiar el nombre de la Calle ROSARIO por el de Marcos Redondo.

El artículo de FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA constituye una evocación de numerosos nombres antiguos de calles que se han resistido a desaparecer, a pesar de haber sido declarados eliminados y sustituidos por otros nombres oficiales.

Así rememora nombres como Las Flores, El Sol, La Luna, El Clavel, Botón de Rosa, La Gloria, La Marina, La Rosa, San José, San Francisco,…

Y en contraste, menciona otros nombres que si han sido capaces de imponerse, haciendo olvidar los antiguos: Teobaldo Power, Puerta Canseco, Ruiz de Padrón, José Murphy, Ramón y Cajal, Bernabé Rodríguez,…

Y también dice:

El nombre de Pi y Margall ha «triunfado» sobre el de Cayo Blanco, que nada nos dice, ni nada nos recuerda.”

Oculta FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA parte de la verdad, lo que según algunos es contribuir a la mentira.

Veamos por qué.

CALLE PI Y MARGALL

Durante el reinado de ALFONSO XIII, en plena dictadura del GENERAL MIGUEL PRIMO DE RIVERA Y ORBANEJA, el día 21 de abril de 1924 tuvo lugar una reunión de la Comisión Municipal Permanente presidida por el Alcalde Constitucional don FRANCISCO LA-ROCHE Y AGUILAR, a la que asistieron los vocales Anselmo Benítez, Enrique Ponz, ASENSIO AYALA ESPINOSA, José Manuel Guimerá, Marcos Frías y MAXIMILIANO DÍAZ NAVARRO.

En el acta de la sesión puede leerse este párrafo:

“Vista una instancia suscrita por el Sr. Presidente de la “Juventud  Republicana” D. Francisco Martínez Viera, solicitando se acuerde dar el nombre de Don Francisco Pi y Margall, a una de las calles de la población, con motivo de celebrarse el día veintinueve del mes en curso el centenario del nacimiento del mencionado eminente patricio, la comisión Permanente, aceptando propuesta del Sr. Alcalde Presidente, que indicó a tal objeto la calle de Cayo blanco, y después de manifestar el Concejal Sr. Enrique Ponz que creía poco importante dicha calle para llevar el nombre de hombre tan grande e indicar para ello la Avenida Marítima, acordó dar el nombre de Pi y Margall, a la calle de Cayo Blanco.”

Un inciso.

Llama la atención – canta como dicen los pibes – que en plena Dictadura dentro de un régimen monárquico, prosperara una moción para designar una calle con el nombre de un patricio republicano.

Y es aún más llamativo que en el devenir histórico, doce años más tarde, los tres conspicuos vocales cuyos nombres han sido subrayados

FRANCISCO LA-ROCHE Y AGUILAR

MAXIMILIANO DÍAZ NAVARRO

ASENSIO AYALA ESPINOSA,

participarían decisivamente en la Comisión Gestora Municipal, que, bajo el mando del Coronel de la Guardia Civil JUAN VARA TERÁN, ocupó el Ayuntamiento después del Alzamiento de 18 de julio de 1936.

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/02/16/el-ayuntamiento-ocupado-por-los-sublevados/

 

Hay que señalar que ASENSIO AYALA no duró en este cargo ni un año, ya que sería acusado de masón y destituido en junio de 1937.

Fin del inciso.

El resultado de la instancia del Presidente de la Juventud Republicana fue cambiar el nombre de una calle preexistente por otro.

FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA había sido uno de los concejales destituidos por la aplicación del nuevo Estatuto Municipal de la Dictadura de Primo de Rivera.

Unos diez años más tarde, el día primero de agosto de 1934, FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA ejerciendo como concejal republicano, siendo en aquel momento Alcalde RAFAEL CALZADILLA, presentó una moción para que el nombre de la antigua PLAZA REAL, que en aquel momento era conocida como PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN, conservara este nombre, y simultáneamente se asignara el nombre de PLAZA DE LA REPÚBLICA a una plaza de nueva creación prevista, al este de la anterior.

La moción resultaría aprobada por el Pleno del Ayuntamiento.

Actualmente la CONSTITUCIÓN da nombre a la Avenida que arranca junto a la Terminal de Guaguas, en la confluencia de la Avenida Tres de Mayo con la Avenida Marítima,

Avenida de la Constitución que, físicamente, es una prolongación de la Avenida Marítima hacia Los Llanos, la nueva zona de expansión de Santa Cruz hacia el Sur.

Como tal prolongación de la Avenida Marítima, podría haberse ahorrado el nombre de la Constitución, sin objeción alguna.

Lo cual pone de manifiesto que a la hora de bautizar calle y plazas, los ediles que ha sufrido la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife, no han estado muy afortunados.

Paradigmático resulta el caso de la AVENIDA MARÍTIMA, cuyo nombre ha sufrido sucesivos avatares.

Los alzados el 18 de julio pretendieron primeramente quitarle su nombre para dedicar tan importante vía al GENERAL FRANCO.

¡La primera propuesta para dedicar una calle al GENERAL FRANCO fue la de sustituir el nombre de la Avenida Marítima!

En fecha tan temprana después de consumado el golpe militar, como el siete de septiembre de 1936.

En esta fecha todavía no había llegado el GENERAL DOLLA para hacerse cargo del mando supremo de Canarias, al frente de su Comandancia Militar.

Pero ya se habían cometido incontables asesinatos, desapariciones, y toda clase de vesánicas tropelías.

La mencionada propuesta no sería ejecutada.

 

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/05/24/el-nombre-de-general-franco-a-la-avenida-maritima/

 

Al CAUDILLO POR LA GRACIA DE DIOS, había que dedicarle una calle de más categoría.

Si de paso se llevaban por delante un nombre republicano, mejor que mejor.

Y así sería.

Porque el nombre de la Rambla DEL XI DE FEBRERO, fecha de proclamación de la Primera República Española en 1873, sería eliminado del nomenclátor capitalino, y sustituido por el del GENERAL FRANCO.

Después de la caza, captura y eliminación física de las vidas de tantos republicanos inocentes, el nuevo régimen prosiguió su labor represora en todos los ámbitos de la vida.

Los nombres de las calles y plazas constituyeron un objetivo atacado por aquellos ilegítimos munícipes surgidos del autodenominado Alzamiento. Veremos cómo se llevó a cabo.

Posteriormente, la AVENIDA MARÍTIMA perdería su descriptivo nombre, para ser reemplazado por el de JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA,

Curiosamente, unas semanas después de la fecha de la moción presentada y aprobada, FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA ocuparía el sillón de Alcalde.

Aunque toda esta historia denota una gran incoherencia en la trayectoria vital de Francisco Martínez Viera, hay que reconocer que con una demora de casi dos décadas sobre sus afanes republicanos, reconoce que modificar el nomenclátor de una ciudad es perjudicial y sólo produce trastornos.

 

* * * * *


LAS DOS OMISIONES CLAMOSAS

El Coronel Arencibia ha publicado un nuevo volumen titulado

«Conozca Santa Cruz de Tenerife: Su historia a través de sus calles, plazas y otras curiosidades»,

Le he dado un vistazo rápido a este nuevo volumen, y me he quedado bastante decepcionado.

Dice haber añadido más de cien nuevas calles. Pero en la mayoría de éstas se ha limitado a transcribir los nombres con un mínimo texto, digno de los mejores telegrafistas de la época del lenguaje Morse.

Reconociendo el esfuerzo llevado a cabo para tal trascripción, tampoco tiene mucho mérito, porque dispuso de la facilidad de encontrarse con el acuerdo de fecha 18 de mayo de 1973, adoptado por la Corporación municipal presidida por Ernesto Rumeu de Armas, antepenúltimo Alcalde pre democrático de Santa Cruz de Tenerife, en el cual se colaron de golpe y porrazo más de un centenar de calles, de las cuales ochenta y ocho nombres corresponden a ínclitos personajes.

Pero lo que resulta imperdonable, por el dolor innecesario que provoca, es que hay dos omisiones clamosas.

No aparecen en el libro dos significados republicanos, que merecían un trato especial.

El primero, Don FRANCISCO MUÑOZ SERRANO, Cabo del Cuerpo de Seguridad Republicano – la Guardia de Asalto – tiene una calle dedicada a su memoria por acuerdo del nuestro ayuntamiento de fecha 22 de noviembre de 1996.

Es una calle pequeña, situada en el barrio de Santa Clara, que desciende desde la calle MAESTRO ESTANY y desemboca en la AVENIDA PRÍNCIPES DE ESPAÑA, casi paralela a la calle SARGENTO PROVISIONAL.

Estas tres vías si aparecen en el libro del Coronel Arencibia.

Lo cual hace menos comprensible la omisión del Cabo Don FRANCISCO MUÑOZ SERRANO.

Y el segundo, el último Alcalde Republicano, Don JOSÉ CARLOS SCHWARTZ HERNÁNDEZ, asesinado en Octubre de 1936, tiene dedicada a su memoria una plaza en el barrio de Salud Bajo, por acuerdo municipal de fecha 23 de enero de 1978.

Esta plaza está custodiada por los Menceyes Guanches Bencomo, Imobac y Tanausú.

En este caso, en disculpa del Coronel Arencibia, habría que decir que en sus libros no he visto muchas calles y plazas del Barrio de La Salud.

Y además no da muestras de haberse ocupado mucho en conocer de los nombres guanches que rotulan las calles de nuestra Capital,  pues solamente he podido ver tres líneas dedicadas al bravo TINGUARO, – de cuya existencia duda -, y línea y media a la calle situada en  Las Delicias, dedicada a Beneharo, hijo del último gran Mencey de Tenerife.

A pesar de todo, debo dar las gracias al Coronel J.J. Arencibia de Torres, porque, motivado por ese párrafo, me he puesto a la tarea de averiguar la verdadera historia de los nombres de las vías urbanas de Santa Cruz de Tenerife, habiendo encontrando algunos libros y diversos documentos que han incrementado mi deseo de saber más.

De la lectura de éstos, y de su contraste con la documentación original existente en los Archivos, he ido llegando a esta convicción:

Lo que hay publicado adolece de múltiples errores y falacias.

Por falta de rigor de los historiadores o contadores de historias

Concluyendo:

La verdadera historia de nuestras calles y plazas no ha sido escrita y publicada, correctamente.

Como tampoco ha sido publicada la auténtica historia del trágico siglo XX canario. Y por ende de España.

PLAZA DE LA REPÚBLICA EN 1936


El registro de la sesión plenaria municipal del 22 de abril de 1936 comienza en el folio 90 vuelto y termina en el folio 106 vuelto, del libro de Actas identificado con el número 29 en el Archivo Municipal de Santa Cruz de Tenerife.

Este libro se inicia el 11 de marzo de 1936 y acaba el 27 de mayo de ese mismo año, conteniendo 200 folios numerados.

El texto del acta de esta sesión, de fecha 22 de abril de 1936, comienza al final del folio 90 vuelto, de esta tenor:

En las Casas Consistoriales de la M.L.N.I y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, Capital de la provincia de este nombre, a veintidós de abril de mil novecientos

 [folio 91]

 treinta y seis, se reunió el Excmo. Ayuntamiento en sesión pública ordinaria de segunda convocatoria, previamente citado con arreglo a las vigentes, bajo la Presidencia del Sr. Alcalde Don José Carlos Schwartz Hernandez y con asistencia de los Sres. Concejales consignados al margen, para tratar y resolver los asuntos figurados en el orden del día, repartidos con la convocatoria.

Los Vocales consignados la margen eran:

1.

 Salvador Díaz Ferreira

2.

 Fulgencio Santaella Tuells

3.

 José María Martín Díaz

4.

 Gregorio Cubas Arbelo

5.

 Manuel Armas González

6.

 Francisco González Fernández Trujillo

7.

 José González Cabrera

8.

 Fernando Crespo Llorente

9.

 Álvaro Padrón Benítez

10.

 Isabel González González

11.

 Francisco Palacios Gutiérrez

12.

 Antonio Alberto del Castillo

13.

 Manuel Guadalupe Pérez

14.

 Pedro Hernández Pérez

15.

 Oscar Pestana Nóbrega

16.

 Juan Martínez de la Peña

17.

 Francisco Rodríguez Guanche

18.

 Luís Álvarez Nañez

19.

 Santiago Albertos Hernández

20.

 Juan Alonso de Armas

21.

 Nicolás Mingorance Pérez
22.

 Cándido Reverón González

 

Abierta la sesión a las dieciocho horas treinta minutos, el infrascrito Secretario dio lectura al acta de la anterior que fue aprobada por unanimidad y sin discusión.

 Son tratados y debatidos un buen número de asuntos, hasta llegar al folio 96, donde leemos:

Se dio lectura a una propuesta del concejal Sr. González y F. Truijillo en la que después de hacer una exposición de lo ocurrido con los nombres que han de llevar las Plazas de S. Telmo y la de la República, propone lo siguiente:

 

1º Que el Ayuntamiento acuerde dar efectividad al acuerdo de que la Plaza de San Telmo, se denomine Plaza de Adolfo Benítez, colocando al efecto los dos rótulos que se ofrecen y que están entregados al Ayuntamiento.

 

2º Revocar el acuerdo de que los jardines cercanos a la Avenida Marítima se denominen Plaza de la República.

 3º Dar el nombre de Plaza de la República a la actual plaza de la Constitución.

 4º Hacer desaparecer de dicha última plaza los rótulos que dicen “Plaza de la Constitución” y “Plaza Real”.

 5º Acordar la colocación de los rótulos de la Plaza de la República en las fa-

 [folio 97]

 chadas de los Hoteles “Orotava” y “Victoria”

6º Determinar si se instalan los dos rótulos, desde luego, sin ninguna clase de ceremonias, o si procede descubrirlos un día en las próximas fiestas de Mayo, con sencillas pero sentidas demostraciones de fervor republicano de que tan necesitados estamos.

S.E. por unanimidad acordó aceptar integramente la propuesta formulada.

Resulta sorprendente este acuerdo por unanimidad de la propuesta formulada, cuando la misma contiene en su punto 6º una disyuntiva que no queda aclarada en el acta.

¿De este punto 6º, qué resultó aprobado?

¿Qué las placas fueran colocadas sin ceremonias?

¿O que fueran descubiertas con demostraciones de fervor republicano?

Lo que si parece claro es que el proponente estaba anhelando el fervor republicano.

En cuestión de fervores, sean monárquicos, republicanos, patrióticos, o religiosos, en todos los tiempos se han demandado demostraciones.

Siempre ha habido individuos o grupos de individuos fervorosos, fervientes, férvidos.

Y es bien sabido que cuando la gente hierve se pueden producir toda clase de desmanes.

Por lo leído y visto, a más de uno le debía faltar un hervor, prestando tanta atención a rótulos y placas, cuando la economía del Ayuntamiento era tan precaria, que no había dinero ni para pagar los alquileres de los locales necesarios para celebrar la elección de los compromisarios que debían acudir a Madrid para la elección del Presidente de la República.

Así queda acreditado en el acta, a renglón seguido del acuerdo anterior, diciendo:

 

Se dio lectura de un informe de la Intervención de fondos, relacionado con el escrito formulado por el Negociado de Estadística proponiendo la ejecución de de determinados gastos para atender el pago de alquileres de locales en donde instalar los Colegios electorales con motivo de la elección de Compromisarios para la designación de Presidente de la República, ya adquisición de material.

 S.E. en vista de que se ha agotado el crédito correspondiente y de conformidad con lo propuesto por la Intervención de fondos, acordó satisfacer con cargo al Capítulo 18 “Imprevistos” del actual presupuesto las cifras de 1.400 pesetas que importan los alquileres de local y 343,510 ptas. para material de escritorio.

 

PLAZA DE LA REPUBLICA Y PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN

En el libro editado por el Centro de la Cultura Popular Canaria, Estampas Isleñas, del que es autor Carlos García, identificado con el ISBN 84-7926-479-9, figuran dos fotografías antiguas, ubicadas en su página 155, identificadas con lo números 24 y 25.

La número 24 está asociada al texto

La Plaza de la República

Y la número 25 a

La Plaza de la Candelaria, antigua Plaza Real.

A la vista de las imágenes, no cabe ninguna duda que esta última foto corresponde con el espacio ocupado actualmente por la Plaza de la Candelaria,

Y la foto marcada como 24, evidencia que el espacio identificado como Plaza de la República, ha sido totalmente reformado, estando ocupado por la Plaza de España donde se encuentra el monumento con la Cruz de Los Caídos, hoy en día remodelado.

En la página anterior (154) de dicho libro, Carlos García ha dejado escrito:

La plaza de la República

 

Tras el derribo del castillo principal de Santa Cruz, en el año 1929, se conformó una explanada en la que realizó una plaza ajardinada, con bancos de madera para el descanso de los transeúntes, que se conoció como plaza de la República. En esta misma localización se construiría la actual plaza de España donde se levantó, en su centro, la Cruz de los Caídos, como monumento a los fallecidos durante la guerra civil española. A la izquierda de la misma estuvo el desaparecido Hotel Orotava, antes fonda de Panasco, donde hoy se levanta el edificio Olimpo; un poco más arriba el torreón del círculo Mercantil, donde hoy se encuentra la sede de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación. El monumento a la Virgen de Candelaria también se alza a su frente y, el bazar-droguería Espinosa estaba en el lugar que hoy ocupa el banco de Santander.

Deja bien claro, Carlos García, que en la misma localización de la plaza ajardinada que se conoció como plaza de la República, se construiría la Plaza de España.

Pero luego el párrafo se torna confuso y contribuye algo más a la ceremonia de la confusión histórica.

La condensación de Carlos Gracia omite las fechas en las que se produjeron los cambios de nombres, al ignorar los documentos municipales aflorados, y utiliza los tiempos verbales de modo equívoco.

Ciertamente el derribo del Castillo tuvo lugar en 1929.

La Plaza ajardinada construida en esta zona no sería conocida como Plaza de la República hasta 1934, cinco años más tarde.

Sigue contribuyendo a la confusión Carlos García, al ligar en el mismo párrafo a la Plaza de la República con la Plaza de La Candelaria.

Estaban fuera del entorno de esa Plaza de la Republica, y caían dentro del espacio rectangular que configuraba y contorneaba a la actual Plaza de La Candelaria, todos los edificios y locales mencionados a continuación:

El desaparecido Hotel Orotava, antes fonda de Panasco, donde hoy se levanta el edificio Olimpo, el torreón del círculo Mercantil, donde hoy se encuentra la sede de la Cámara, el bazar–droguería Espinosa cuyo solar está ocupado por el edificio singular del Banco de Santander, y el Monumento a la Virgen de la Candelaria, que da nombre a la plaza.

Más adelante en la página 156, añade este texto:

Donde hoy se alza el edificio Olimpo se encontraba una desaparecida edificación que albergaba, como era frecuente en la zona, una tienda de ropa, “camisería!, “corbatas” y “guantes” que fue el primer establecimiento de “New England” propiedad del hindú  Chisiu y del Sr. Caballero; hoy existe una nueva tienda propiedad de los herederos en idéntico lugar y con el mismo nombre.  En el primer piso existió una barbería a la que se accedía por una escalera lateral, que fue de Luís Benítez pero que más tarde traspasó a Luís Marrero, que puso allí su establecimiento al mudarse del edificio de enfrente, en el que estaba el Casino, mientras lo demolían para construir el actual. A la derecha se ubicó una relojería, tratándose del establecimiento de Félix Claveríe que posteriormente cedió parte de su local, en la esquina, a Víctor González para su tabaquería. Hoy ambos herederos mantienen la misma localización de sus negocios y con iguales nombres.

Esta descripción corresponde al espacio urbano que hoy conocemos como Plaza de la Candelaria, la cual sería reconocida oficialmente como Plaza de la República en abril de 1936, dos años después, al producirse el triunfo electoral del Frente Popular.

Detalles de aquel efímero triunfo popular, pueden ser consultados en este mismo blog.

Con el avatar histórico, la primera Plaza de la República, sería destruida.

 El espacio ajardinado ubicado frente al edificio del Cabildo Insular de Tenerife, fue remodelado, para construir en su lugar el monumento de la Cruz de los Caídos.

Monumento exclusivamente dedicado a los fallecidos del bando vencedor en la última guerra civil española de 1936-1939.

 El alcance de todos los Monumentos a los Caídos, construidos después de la Guerra Civil, llegaba hasta los muertos de las filas de los alzados contra el legal y legítimo gobierno de la Segunda República Española.

 Los muertos en el bando leal al gobierno republicano, nunca han sido considerados Caidos por la Patria.

Y algo similar sucedió con los heridos.

Los del bando vencedor han sido distinguidos como Caballeros Mutilados por la Patria, disfrutando de ayudas oficiales establecidas por los vencedores.

Mientras que los heridos republicanos eran rojos, compelidos a sobrevivir como parias, sin más ayuda que las que pudieran recibir de sus familias, si tenían algo, o de las limosnas de las personas caritativas auténticas.

Como ha quedado reflejado, toda esta confusión histórica en el entorno de la actual Plaza de La Candelaria, queda nítidamente aclarada consultando los documentos aflorados.

RECAPITULACIÓN

 

En llegando este punto conviene detenerse un momento para recapitular, con el fin de fijar algo más el tema, resumiendo todo lo visto hasta ahora:

1.- En la zona frente al edificio del Cabildo Insular de Tenerife, se había previsto inicialmente, mediante proyecto arquitectónico aprobado, construir una plaza, a la que originalmente se le quiso asignar el nombre de Plaza de Primo de Rivera.

 2.- Junto al lugar que actualmente ocupa la Plaza de España, hubo una plaza con el nombre oficial de Plaza de la República.

 3.- El 22 de abril de 1936 se le asigna oficialmente el nombre de Plaza de La República a la Plaza de la Constitución.

 4.- El último nombre oficial anterior de la vía urbana conocida actualmente como Plaza de la Candelaria fue Plaza de la República.

 * * * * *

 

LA SEGUNDA REPUBLICA

Documentación adicional que asevera lo sucedido tras la proclamación de la Segunda República Española, en Santa Cruz de Tenerife, ha sido expuesta en este blog.

Sobre los cambios de nombres de calles y plazas durante esa etapa republicana, es específicamente recomendable este enlace

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/03/11/imponiendo-nombres-a-las-calles-en-la-segunda-republica/