PLAZA DE LA PAZ


En la investigación de los orígenes de las denominaciones de nuestras plazas y calles, – original «leit motiv» de mi introducción en el escabroso mundo de la Recuperación de la Memoria Histórica -, me ha sorprendido encontrar que el capricho y la falta de respeto, ha sido la práctica más que habitual de las sucesivas corporaciones municipales, a la hora de poner y quitar nombres.

En muchas ocasiones se han abierto calles para las que no había nombre preasignado, calles que eran mantenidas en tal situación de provisionalidad, durante mucho tiempo, innominadas, o malamente identificadas con un simple número o letra. Y en otras, se las identificaba también provisionalmente, mediante apelativos tales como transversal, trasera o paralela, de otra vía a la que se hacía servir como referencia.

 

En más de un caso se ha registrado el caso contrario, habiendo sido asignado nombre y hasta encargado lápida con nombre, a alguna plaza o calle que, o bien no había sido construida o nunca fue terminada y bautizada con el nombre previsto.

 

La falta de una normativa clara, o la ignorancia culpable de la corta norma aplicable, ha sido la fuente inspiradora de la acción municipal en la nomenclatura de nuestras vías.

 

Sin exagerar, puede decirse que la arbitrariedad ha sido la norma seguida.

 

Paradigma de esta praxis fue la plaza redonda o circular ubicada en la confluencia de tres antiguos caminos:

1.- Camino de La Laguna; orientado de Este a Oeste.

2.- Camino de los Coches; a su derecha, hacia el Norte.

3.- Camino de la Costa; a su izquierda, hacia el Sur.

 

En 1873, al Camino de Los Coches se le cambió el nombre, denominándolo XI de Febrero, fecha de la proclamación de la efímera Primera República en España.

En 27 de mayo de 1903, el Ayuntamiento acordó dedicar el primer tramo del Camino – o Carretera de La Laguna – , desde la Plaza de Weyler hasta el Puente Zurita, al conspicuo personaje JOSÉ MANUEL PULIDO, denominando a esta calle con el nombre de RAMBLA DE PULIDO.

 

A la confluencia de estos caminos, se le conocía como CUATRO CAMINOS.

El acuerdo municipal para cambiar este nombre por el de PLAZA DE LA PAZ fue adoptado el 20 de noviembre de 1918, cuando la plaza estaba siendo construida, sin haber sido acabada.

 

Así consta en el folio 262 del libro de Actas de Plenos correspondiente al año 1918. Libro que comienza con el registro del acta de la sesión celebrada el 1 de enero de 1918 y llega hasta el folio 289 donde acaba con el texto del acta completa de fecha 26 de diciembre de 1918.

Vayamos al acta de la sesión de 20 de noviembre de 1918:

Se inicia en el folio 257 vuelto.

 

En la Muy Leal, noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, capital de la provincia de Canarias, a veinte de Noviembre de mil novecientos diez y ocho, siendo la hora de de las diez y seis y cuarenta y cinco minutos, se reunieron en la Sala Consistorial, bajo la presidencia del Señor Alcalde Don Esteban Mandillo y Tejera, los Señores Concejales que al margen se relacionan, con objeto de celebrar sesión pública ordinaria de segunda convocatoria, del Excmo. Ayuntamiento, por no haber concurrido número suficiente en la primera.

Los relacionados al margen eran:

 

1.

Esteban Mandillo y Tejera liberal conservador

2.

 Francisco González Currá republicano

3.

 José Sicilia Carmona conservador datista

4.

 Anselmo J. Benítez Expósito conservador

5.

 Domingo Ayala Barreda republicano

6.

 Francisco Martínez Viera republicano

7.

 Matías Molina Hernández republicano

8.

 Juan Rumeu y García conservador

9.

 Ángel Crosa y Costa liberal

10.

 Juan Ramírez Filpes conservador

11.

 Andrés Arroyo y González de Chávez conservador

12.

 Adolfo Bencomo y Fernández del Castillo republicano

13.

 Andrés Orozco y Batista republicano

14.

 Eladio Ruiz Frías liberal

15.

 Sixto Fernández del Castillo y Martín republicano

16.

 Juan Bello González  

17.

 Moisés Coba Hernández republicano

 

Entran los señores Guillermo Cabrera Felipe [independiente], y José Siliuto González [conservador datista].

[…

Entra el señor Arturo Escuder Villalonga [republicano.

 

Folio 262

 

Salen los Regidores Señores Rumeu, Arroyo (Don Andrés),Benítez, Vandewalle, Sansón, Ruiz Frías, Sicilia y Siliuto

 

Dase lectura a una moción de los Concejales de la minoría republicana, y en su virtud, Su Excelencia acuerda:

Primero. Que se dé el nombre de “Plaza de la Paz” a la circular que se halla en construcción en el sitio denominado “Cuatro Caminos”.

Segundo. Que también se dé el nombre de “Avenida de Bélgica” a la parte de camino comprendido entre el edificio de las Asuncionistas y la carretera general del Norte, pasando por la granja Agrícola, y

Tercero. Que una comisión de este Excmo. Ayuntamiento pase a saludar, el día veinte y uno de los corrientes, al Señor Cónsul de Bélgica y a expresarle su agrado por la liberación de dicho país.

 

En la sesión municipal celebrada el 24 de abril de 1919, se lee una moción del Regidor D. Jacinto Casariego y Ghirlanda, la cual es apoyada por su autor, y el Ayuntamiento, en consecuencia adopta el acuerdo siguiente:

Que con el fin de patentizar al Diputado a Cortes Don Félix Benítez de Lugo, el mayor agradecimiento de este Cabildo, por sus valiosas gestiones en el asunto relativo al adoquinamiento de la Rambla de Pulido, se dé el nombre de este hijo de Tenerife, al trozo de dicha vía, comprendido entre la esquina de la casa de D. Cristóbal Beautell donde comienza la calle de Alvarez de Lugo, hasta el sitio denominado Cuatro Caminos.

* * * * *

¿Ignoraba el regidor Jacinto Casariego y Ghirlanda el acuerdo de 20 de noviembre de 1918?

¿Por qué en su moción se refiere a la Plaza de la Paz por su antiguo nombre de Cuatro Caminos?

 

El 7 de mayo de 1919, dos sesiones después, Jacinto Casariego y Ghirlanda, ante una propuesta del Sr. Orozco, varía su propuesta inicial para que se le dé el nombre de Félix Benítez de Lugo al trozo de vía comprendido entre la Plaza de la Paz y el Puente Zurita.

* * * * *

El 23 de junio de 1924, la Comisión Municipal Permanente reunida bajo la presidencia del Alcalde Constitucional FRANCISCO LA-ROCHE Y AGUILAR acordó aprobar en todas sus partes, otra moción del Sr. Alcalde, relativa a las diferentes vías que se han ocupado en la Rambla llamada XI de Febrero las cuales ostentan sus nombres en virtud de acuerdos del Ayuntamiento, unas y otras en razón a la costumbre, salvo el trayecto comprendido entre la Plaza de Toros y la calle de Viera y Clavijo.

A consecuencia de tal aprobación quedó resuelto que el trayecto comprendido entre la Avenida de Bélgica y la Plaza de la Paz, se denomine “Rambla de la Asunción”; el que media entre la citada Plaza de la Paz y la de Toros, lleve el nombre de “Rambla XI de Febrero”, el trozo que se encuentra comprendido entre la Plaza de Toros y la nombrada calle de Viera y Clavijo se denomine “Rambla de Marcos Peraza”, y el último trayecto de la vía en cuestión, limitado por las calles Viera y Clavijo y de los Campos se llame “Rambla de Isabel II”.

 

Así consta en el folio 98 del Libro Nº 1 de Actas de la Comisión Municipal Permanente. Libro que comienza el día 7 de abril de 1924 y termina el día 8 de septiembre del mismo año 1924.

 

3.-

Siete años más tarde, después de proclamada la Segunda República, el diez de junio de 1931, el Ayuntamiento adopta este acuerdo:

En este momento y previas unas explicaciones del Secretario, el Excmo. Ayuntamiento acordó completar el acuerdo del trece de Mayo último, en el sentido de que la Avenida que parte de la plaza de la Paz a hacia el Sur, lleve el nombre de “Avenida de Blasco Ibáñez”.

 

Así ha quedado recogido en la página 236 del libro 13 CMP.

* * * * *

La lápida con el nombre dado a esta avenida, no sería colocada hasta el 24 de agosto de 1934 (libro 25), a propuesta del Concejal FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA, aprovechando una visita del diputado radical por Valencia, SIGFRIDO BLASCO, hijo del universal escritor VICENTE BLASCO IBÁÑEZ, en un acto solemne con asistencia de casi toda la clase política y dirigente de la época.

Este SIGFRIDO BLASCO estaría implicado en el escándalo del juego de ruleta trucada, obtenido mediante cohecho por los holandeses Straus y Perl (estraperlo), que estalló en octubre de 1935, el cual dio pie a que el gobierno de ALEJANDRO LERROUX, fuera sustituido por del de Chapapietra.

En noviembre, a este escándalo se sumó otro de corrupción, conocido como de Tayá-Nombela.

El jefe de la CEDA JOSÉ MARÍA GIL ROBLES, maniobró para reemplazar a Chapapietra, pero el presidente Alcalá Zamora, encargó nuevo gabinete a MANUEL PORTELA VALLADARES.

De estos escandalosos episodio hemos registrado en este blog, la versión dejada por el embajador norteamericano Claude G. Bowers.

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/02/14/viva-el-estraperlo/

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/02/15/jose-antonio-vuelve-a-gritar-viva-el-estraperlo/

* * * * *

En plena guerra civil, el 5/10/1936, se tomó un acuerdo para dar nuevos nombres a catorce vías, tal como consta en el folio 149 del libro 30 CMP.

A la de Blasco Ibáñez se le asignó el de Paseo de Las Asuncionistas.

Unos días más tarde, el 14 de octubre, se rectifica este acuerdo en el sentido de que la nueva denominación sea AVENIDA DE LA ASUNCIÓN y no Paseo de Las Asuncionistas, tal como se recoge en el folio 143 del mismo Libro de Actas 30 CMP.

Sin embargo, popularmente se la ha seguido conociendo como Avenida de Las Asuncionistas.

Coincidentemente, ese mismo día 14 de octubre de 1936, se acordó también denominar a la calle de Canales Bajas con el nombre de Doctor Guigou.

Las modificaciones de nombres afectarían también a:

1.- FÉLIX BENÍTEZ DE LUGO, sustituido por General Mola

2.Los nombres de “Rambla XI de Febrero”, “Rambla de Marcos Peraza”, y “Rambla de Isabel II” quedaron  eliminados, siendo sustituidos por el único  de GENERAL FRANCO.

 

Más recientemente, mediante decreto, – que yo he calificado de alcaldada- , de MIGUEL ZEROLO AGUILAR, la Rambla del General Franco, ha pasado a ser conocida como RAMBLA DE SANTA CRUZ. Y la Avenida del General Mola, ha sido reconvertida en AVENIDA DE LAS ISLAS CANARIAS.

 

Pero debemos parar ya, porque nos hemos desviado en exceso, del tema principal de este opúsculo, que era y es el de la Plaza de la Paz.

Acabemos, señalando que en la actualidad, esta Plaza de la Paz, ha sido movida de su ubicación original, habiendo sido desplazada unos metros hacia su derecha o nordeste, para dejar sitio a los raíles por donde circula el actual tranvía de Santa Cruz de Tenerife a La Laguna.

Un curioso caso de plaza móvil.

 

 

LO QUE HA CONTADO ALEJANDRO CIORANESCU

 

En el apéndice XI dedicado a las CALLES DE SANTA CRUZ, por Alejandro Cioranescu, en su monumental obra «HISTORIA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE», Tomo IV, ALEJANDRO CIORANESCU ha dejado estos párrafos:

 

PAZ (Plaza de la).

Plaza formada hacia 1870 en la encrucijada llamada entonces Cuatro Caminos.

Su nombre actual le ha sido puesto en 1918, siendo alcalde Esteban Mandillo.

 

FÉLIX BENÍTEZ DE LUGO.

Nombre que recibió en A: 23/4 y 7/5.1919 el tramo del camino de La Laguna comprendido entre la plaza de la Paz y el puente Zurita y que ha pasado después a formar parte de la avenida General Mola.

 


LO QUE HA CONTADO J.J. ARENCIBIA SOBRE LA PLAZA DE LA PAZ

 

El Coronel Juan J. Arencibia de Torres, en su libro Calles y Plazas de Santa Cruz de Tenerife, ha escrito estas líneas sobre esta plaza:

 

PLAZA DE LA PAZ

Plaza que forman la confluencia de la Rambla del General Franco, Rambla de Pulido, avenida de la Asunción y General Mola.

 

Por razones obvias, se conoció en un principio como Cuatro Caminos. Su nombre actual proviene de 1918, siendo alcalde Esteban Mandillo. Naturalmente, la denominación responde a la finalización de la I Guerra Mundial, ocurrida en el citado año. Esta plaza cuenta con la primera fuente luminosa que se instaló en Santa Cruz, en ella suelen bañarse los hinchas del C. D. Tenerife cuando el equipo consigue triunfos importantes, y, ocasionalmente, algún automóvil conducido por un más que despistado conductor.

 

En su entorno existieron cinco cines: Price, Cinema Victoria, Baudet, La Paz y Víctor. Hoy continúan el primero y el último.

 

Haciendo esquina con la Rambla del General Franco y General Mola estaba la fábrica de tabacos «Victoria», propiedad de Luís Zamorano González, hoy convertida en una entidad bancaria.

LOS NOMBRES DE NUESTRAS VÍAS URBANAS


FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA, en un artículo titulado «Los Nombres de Nuestras Calles», publicado en 1951, escribió:

 “Es difícil, repetimos, «desarraigar» un nombre antiguo de una vieja calle. Difícil y complicado. Reconocemos que modificar el nomenclátor de una ciudad es perjudicial y sólo produce trastornos. Para perpetuar hechos y personas, las calles nuevas, Aquí en Santa Cruz, en la parte vieja, ya no caben más cambios de nombres. Ahí están las barriadas, para resistir el aluvión… Lo hecho, hecho está y la lección de su eficacia está en la «pugna» que hemos querido destacar.

Este artículo sería recopilado dentro del libro «El antiguo Santa Cruz», editado en 1967.

La experiencia histórica ha puesto de manifiesto que, lamentablemente, los ediles municipales que ha padecido esta Muy Leal, Noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, que ha sido hasta 1927, Capital de la Provincia de Canarias,y actualmente lo es de Tenerife, no han leído este libro.

O si lo ha leído, poca atención y enseñanza sacaron de su lectura.

Porque el 21 de febrero de 1977, en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, decidieron cambiar el nombre de la Calle ROSARIO por el de MARCOS REDONDO.

El artículo de FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA constituye una evocación de numerosos nombres antiguos de calles que se han resistido a desaparecer, a pesar de haber sido declarados eliminados y sustituidos por otros nombres oficiales.

Así rememora nombres como Las Flores, El Sol, La Luna, El Clavel, Botón de Rosa, La Gloria, La Marina, La Rosa, San José, San Francisco,…

Y en contraste, menciona otros nombres que si han sido capaces de imponerse, haciendo olvidar los antiguos: Teobaldo Power, Puerta Canseco, Ruiz de Padrón, José Murphy, Ramón y Cajal, Bernabé Rodríguez,…

Y también dice:

El nombre de Pi y Margall ha «triunfado» sobre el de Cayo Blanco, que nada nos dice, ni nada nos recuerda.”

Oculta FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA parte de la verdad, lo que según algunos es contribuir a la mentira.

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/09/16/calle-pi-y-margall/

Abundando algo más en el tema del cambio de nombres de las calles y plazas de nuestra Ciudad, hay que recordar que FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA había sido uno de los concejales destituidos por la aplicación del nuevo Estatuto Municipal de la Dictadura de Primo de Rivera.

Unos diez años más tarde, el día primero de agosto de 1934, FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA ejerciendo como concejal republicano, siendo en aquel momento Alcalde RAFAEL CALZADILLA, presentó una moción para que el nombre de la antigua PLAZA REAL, que en aquel momento era conocida oficialmente como PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN, conservara este nombre, y simultáneamente se asignara el nombre de Plaza de La República a una plaza de nueva creación prevista, al este de la anterior.

La moción resultaría aprobada por el Pleno del Ayuntamiento.

De estas acciones de FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA se puede concluir que este conspicuo personaje no practicó lo que luego predicaría.

Esto es, FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA actuó como aquel viejo e inverecundo predicador,  que recomendaba: Haced lo que yo os digo; no hagáis lo que yo hago.

Ha quedado bien probado documentalmente, que FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA había actuado como un políticucho renombrador de vías urbanas.

Curiosamente, unas semanas después de la fecha de la moción presentada y aprobada, FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA ocuparía el sillón de Alcalde.

Toda esta historia, denota una gran incoherencia en la trayectoria vital de FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA, si  bien hay que reconocer, que, aunque con una demora de casi dos décadas sobre sus afanes republicanos, reconoce que modificar el nomenclátor de una ciudad es perjudicial y sólo produce trastornos.

* * * * *

Actualmente la Constitución da nombre a la Avenida que arranca junto a la Terminal de Guaguas, en la confluencia de la Avenida Tres de Mayo con la Avenida Marítima,

Avenida de la Constitución que, físicamente, es una prolongación de la Avenida Marítima hacia Los Llanos, la nueva zona de expansión de Santa Cruz hacia el Sur.

Gozando de tal condición, la de ser prolongación de la Avenida Marítima, podría haberse ahorrado el nombre de la Constitución dado al nuevo tramo, sin objeción alguna.

Lo cual pone de manifiesto que a la hora de bautizar calle y plazas, los ediles que ha sufrido la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife, no han estado muy afortunados.

Paradigmático resulta el caso de la Rambla, arteria principalísima de Santa Cruz, que siendo un todo contínuo, sin embargo, nominalmente ha sido dividida en tres tramos:

1.-

AVENIDA DE REYES CATÓLICOS, en su parte de acceso a la Ciudad, desde la Piscina, la Plaza de la República Dominicana, en la confluencia de las Avenida de Bélgica y San Sebastián

2.-

AVENIDA DE LA ASUNCIÓN, desde esta Plaza hasta la Plaza de la Paz, antiguamente de Cuatro Caminos, en la confluencia de la Rambla de Pulido y Avenida de las Islas Canarias.

3.-

Tramo largo descendente, nominado propiamente Rambla de Santa Cruz, que después de haber sido conocido originalmente como Camino de los Coches, había sido bautizado en 1873, como RAMBLA XI DE FEBRERO.

En conmemoración de la fecha del ONCE DE FEBRERO de aquel año 1873, en que había sido proclamada la efímera Primera República Española,

* * * * * * * *

Retornando a la Avenida Marítima, hay que decir que su nombre ha sufrido sucesivos avatares.

Los alzados el 18 de julio pretendieron primeramente quitarle su nombre para dedicar tan importante vía al GENERAL FRANCO.

¡La primera propuesta para dedicar una calle al GENERAL FRANCO fue la de sustituir el nombre de la AVENIDA MARÍTIMA!

En fecha tan temprana después de consumado el golpe militar, como el siete de septiembre de 1936.

En aquella fecha todavía no había arribado al Archipiélago Canario, el GENERAL ÁNGEL DOLLA LAHOZ, para hacerse cargo del mando supremo de Canarias, al frente de su Comandancia Militar.

Comandancia Militar, que, tras la llegada del mentado general, empezó a ser denominada Comandancia General.

Pero ya se habían cometido incontables asesinatos, desapariciones, y toda clase de vesánicas tropelías, antes de la llegada del fatídico General DOLLA, de infausto recuerdo, quien no hizo más que proseguir la matanza iniciada con anterioridad.

Mientras tanto, la mencionada propuesta municipal para dedicar la Avenida Marítima al General Franco, no sería llevada a efecto.

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2013/05/24/el-nombre-de-general-franco-a-la-avenida-maritima/

Al CAUDILLO POR LA GRACIA DE DIOS, había que dedicarle una calle de más categoría.

Si de paso se llevaban por delante un nombre republicano, mejor que mejor.

Y así sería.

Porque el nombre de la Rambla DEL XI DE FEBRERO, de rancio abolengo republicano, sería eliminado del nomenclátor capitalino, y sustituido por el del GENERAL FRANCO.

Después de la caza, captura y eliminación física de las vidas de tantos republicanos inocentes, el nuevo régimen prosiguió su labor represora en todos los ámbitos de la vida.

Los nombres de las calles y plazas constituyeron un objetivo atacado por aquellos ilegítimos munícipes surgidos del autodenominado Alzamiento.

Posteriormente, la Avenida Marítima perdería su descriptivo nombre, para ser reemplazado por el de JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA.

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Leyendo el libro «Calles y Plazas de Santa Cruz de Tenerife (1996)» de Juan J. Arencibia de Torres, dentro de la descripción de la Plaza de la Iglesia, casi al final del capítulo VI, me llamó la atención el siguiente párrafo:

¡Qué manía tienen los políticos españoles de cambiar los nombres de las calles y plazas! Esperemos que este «deporte» haya acabado ya de una vez por todas.

En 2003, en otro libro titulado «Pinceladas Canarias», vuelve J.J. Arencibia sobre el mismo tema escribiendo:

Resulta disparatado el cambio de nombres de las calles por razones políticas, Lo mejor en el futuro es no rotular calles con nombres de políticos, sean del color que sean. Los políticos de todas las épocas son buenos para unos y detestables para otros, En materia política es difícil contentar a todos.

Semejante exclamación interjectiva, y la reiteración en el mismo punto siete años más tarde, suscitó mi curiosidad hacia el tema de los nombres de las calles.

En un libro anterior, publicado en 1994, «CANARIAS Y LOS MILITARES», en su página 176, el Coronel Arencibia había dejado escrito este otro texto:

“El General Dolla, al que recuerdo perfectamente por haber estado en casa de mis Padres en más de una ocasión en Icod, ciudad de la que mi padre fue Alcalde hasta Febrero de 1937”.

Ciertamente, JOSÉ ARENCIBIA MONTESDEOCA había sido Alcalde de Icod de los Vinos, durante la feroz etapa represora desencadenada por los alzados el 18 de julio de 1936.

Es mas, JOSÉ ARENCIBIA MONTESDEOCA, en el acta de la sesión de 31 de julio de 1936, se reconoce como jefe fundador de Acción Ciudadana en Icod.

Anteriormente, FRANCISCO ARENCIBIA MONTESDEOCA, había sido tercer teniente de alcalde, desde el 21 de febrero de 1935 hasta el 3 marzo de 1936, formando parte de tres gobiernos sucesivos en la Corporación republicana de Icod.

Con todo, el más destacado de esta saga familiar, sería, JULIO ARENCIBIA MONTESDEOCA, Alcalde de Icod, que ostentó el poder municipal durante más de 15 años, – desde el 17 de octubre de 1947 hasta su fallecimiento el 28 de marzo de 1963,

Que con estos antecedentes familiares, el Coronel J.J. Arencibia, descalifique a los políticos, por cambiar los nombres de las calles, resulta bastante sorprendente, y hasta patético.

Para abonar aún más su posición contraria al cambio de los nombres de calles por decisiones políticas, en otro de sus libros, «Pinceladas Canarias» publicado en 2003, J.J Arencibia había escrito el siguiente párrafo:

 “Hubo un tiempo en que algunas calles santacruceras tuvieron nombres preciosos posiblemente dados por el pueblo y que obedecían a motivos lógicos. Como escribió Martínez Viera:”Modificar el nomenclátor de una ciudad es perjudicial. Para perpetuar hechos y personas, las calles nuevas” ¿Aprenderán los alcaldes y concejales?

Como puede leerse, J.J Arencibia cita parcialmente al conspicuo FRANCISCO MARTÍNEZ VIERA.

Es verdad que Santa Cruz de Tenerife ha tenido calles con nombres preciosos, tales como LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD, los cuales fueron eliminados y sustituidos por los de COMANDANTE SÁNCHEZ PINTO, GENERAL GODED y CAPITÁN GÓMEZ LANDERO, respectivamente.

* * * * * * * * * *

En todo caso, y a modo de resumen, es una evidencia histórica que los sucesivos ediles padecidos por la Muy Leal, Noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, que ha sido hasta 1927, Capital de la Provincia de Canarias, han ignorado las Ordenanzas Municipales aprobadas en marzo de 1926, refrendadas por el Gobierno Civil en febrero de 1927.

Ordenanzas redactadas por Don SANTIAGO GARCÍA SANABRIA, que al no haber sido derogadas expresamente, estaban vigentes.

Y en aquellas Ordenanzas se había establecido:

Artículo 880.- Las calles y plazas del término municipal, llevarán un nombre que será el que el Excmo. Ayuntamiento acuerde. Una vez puesto no podrá cambiarse.

Lo más escandaloso de esta ignorancia edilicia, es que muchos casos, para, de modo pretencioso, apoyar su vulneración de la Ordenanza, la Corporación acordaba declarar urgente el asunto del cambio de nombre, descuidando otras apremiantes necesidades, económicas y sociales, de los ciudadanos que debían atender, con más que exigente urgencia.

CATORCE VIAS URBANAS CAMBIADAS DE NOMBRES EN OCTUBRE DE 1936


El 5 de octubre de 1936, se reúne la Comisión Gestora Municipal del Excmo. Ayuntamiento en sesión pública ordinaria de primera convocatoria, previamente citado con arreglo a las vigentes disposiciones, bajo la Presidencia del Sr. Gestor don Francisco La-Roche, por hallarse dado de baja el Alcalde propietario Coronel Don Juan Vara Terán; y con asistencia de los Sres. Gestores consignados, para tratar y resolver los asuntos figurados en el orden del día, repartidos con la convocatoria.

Asisten los Gestores:

1.  Vicente [Expósito] Barrios Pérez
2.  Pedro Duque Déniz
3.  Maximiliano Diaz Navarro
4.  Miguel Llombet Rodríguez
5.  Juan Pedro Alba Carmona
6.  Asensio Ayala Espinosa
7.  Manuel Cruz Delgado

Esta sesión resultaría muy notable por la trascendencia de los acuerdos adoptados.

Así, continuando con la lectura del Acta, en el folio 149, puede leerse:

Una vez examinados los oportunos antecedentes y como consecuencia de oficio de la Comandancia Militar y propuesta del Gestor Sr. Cruz, se acordó dar a las calles que se indican, los nuevos nombres que se expresan;

[1] a la de Fermín Galán, el de Castillo;

[2] a la de García Hernández, el de Marina;

[3] a la Alameda de 14 de abril, Alameda del Muelle;

[4] a la Plaza de 1º de Mayo, el de Plaza de la Iglesia;

[5] a la calle de los Estudiantes el de San Francisco de Paula;

[6] a la de Alcalá Zamora el de La Rosa;

[7] a la de Sargento Vázquez, la de San Carlos;

[8] a la Avenida de Blasco Ibáñez, el de Paseo de las Asuncionistas;

[9] a la Avenida Marítima el de Avenida de García Sanabria;

[10] a la del Dr. Comenge el de San Francisco;

[11] a la Plaza de la República el de Plaza de la Constitución;

[12] a la Rambla de XI de Febrero (desde la plaza de la Paz hasta la calle de los Campos) el de Avenida del General Franco;

[13] a la de Pablo Iglesias, el de Calvo Sotelo; y

[14] al Camino del Manicomio, el de Febles Campos.

De este acuerdo se deduce Testimonio mecanografiado, en el que se hace constar al final del mismo, el siguiente Decreto:

Cúmplase, adoptando las medidas necesarias para sustituir con toda rapidez las placas de las calles a que afecta este asunto.

Nueve días más tarde, el 14 de octubre de 1936, vuelve a reunirse la Comisión Gestora Municipal, y entre los múltiples acuerdos adoptados, llama la atención éste:

Se acordó rectificar acuerdo adoptado en sesión anterior, sobre cambio de los nombres de algunas calles, en el sentido de dar a la Avenida de Blasco Ibáñez, el de Avenida de la Asunción, y no el de Paseo de las Asuncionistas, como aparece en el acuerdo que se rectifica.

Afortunadamente para las menguadas arcas municipales, el mencionado Decreto con el Cúmplase del Alcalde, no se cumplió tan rápidamente como fue ordenado, con lo que se evitó el gasto extra que hubiera supuesto retirar la placa con el nombre del acuerdo que se rectifica.

Y es que las precipitaciones nunca son buenas.

Pero retornando a la lectura del folio 149 y siguiente, del acta de 5 de octubre de 1936, encontramos estos párrafos:

Previa declaración de urgencia y a propuesta de la Presidencia, se acordó por unanimidad adoptar los acuerdos que siguen:

Primero.- Nombrar al glorioso General Excmo. Sr. Don Francisco Franco Bahamonde, hijo muy predilecto de esta Ciudad.

Segundo.- Rectificar acuerdo anterior, de este Ayuntamiento, en el sentido de declarar día hábil el martes de Carnaval, que en esta Ciudad se ha venido guardando como festivo oficial.

Tercero.- Declarar día festivo, en virtud de las facultades que a la corporación municipal asisten, el día 18 de Julio de cada año, como conmemoración de la fecha en que se inició el movimiento salvador de España, por el glorioso Ejército.

Cuarto.- Dar el nombre de Avenida del General Franco, a la actual Rambla XI de Febrero, tramo comprendido entre la Plaza de la Paz y calle de Los Campos, y

Quinto.- Que se dé la debida publicidad al presente acuerdo.

En verdad que fueron unos importantes «acuerdos acordados» unánimemente adoptados.

Queda de manifiesto que la repetición, cacofonía, redundancia o pleonasmo, así como faltar a la sintaxis, no les importaba mucho a estos conspicuos gestores municipales.

 * * * * *

COMENTARIOS A LOS ACUERDOS

Por su trascendencia histórica, estos acuerdos merecen ser comentados.

1.-

En primer lugar advertir que se hace una declaración previa de urgencia.

Este es el subterfugio legal que han utilizado y siguen utilizando todos los presidentes de corporaciones para introducir un asunto y forzar su aprobación sin debate, o con el mínimo debate. Aunque dada la composición y estructura de la Comisión el debate sobre cualquier asunto debería ser imposible e improbable.

2.-

Resulta sorprendente y rocambolesco el acuerdo

 

Primero.- Nombrar al glorioso General Excmo. Sr. Don Francisco Franco Bahamonde, hijo muy predilecto de esta Ciudad.

Si Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde Salgado Pardo había nacido el 4 de diciembre de 1892 en El Ferrol (que el 1º de octubre de 1938 sería rebautizado del Caudillo), ¿cómo podía ser hijo muy predilecto de Santa Cruz de Tenerife?

Lo que el protocolo indicaba para estos casos era el nombramiento de hijo adoptivo, pues solamente pueden ser hijos muy predilectos, los nacidos en su propio lugar de origen.

Franco sería hijo predilecto de su ciudad natal, pero no podía ser hijo predilecto de dos ciudades distintas y tan distantes, simultáneamente.

Es imposible tener dos padres y/o dos madres simultáneamente.

Pero para el que sería conocido como Caudillo de España por la gracia de Dios, no debería haber nada imposible.

No he encontrado explicación a semejante dislate.

Contrasta este acuerdo, con el adoptado por nuestros competidores de la isla redonda, que se nos habían adelantado en la glorificación de Franco, anticipándose hasta al acto de su proclamación como Generalísimo y Jefe del Estado.

En su «Crónica de Medio Siglo», cuenta el periodista y escritor falangista grancanario MIGUEL JIMÉNEZ MARRERO, que en el mes de septiembre de 1936, en sesión plenaria del Ayuntamiento presidido por su alcalde Antonio García López, se acuerda, por unanimidad, nombrar hijo adoptivo de Las Palmas de Gran Canaria, al Caudillo Francisco Franco .

3.-

Como ha quedado expuesto anteriormente, unas líneas más arriba, en la misma sesión, se asignaron nombres a catorce vías.

La número 12 había correspondido a la RAMBLA DE XI DE FEBRERO (desde la plaza de la Paz hasta la calle de los Campos) a la que se le da el nuevo nombre de AVENIDA DEL GENERAL FRANCO.

En el mismo folio, se ha reiterado un acuerdo municipal, sin hacer la preceptiva mención al preexistente adoptado unos minutos antes.

DISLATES

¿No se percató de estos dislates el Secretario Hipólito Fumagallo Medina, que da fe de la veracidad de las actas?

¿Ninguno de los Gestores advirtió los mismos?

La impresión que emana de la lectura del Acta, es que en aquel ambiente ominoso de ordeno y mando, nadie se atrevía a chistar y mucho menos a rechistar. Si además tomamos en consideración que todos los gestores debían ser más que adictos a la Causa del Alzamiento del 18 de julio de 1936, lo sucedido no puede ser considerado un simple error administrativo.

Unos días antes, el Primero de octubre de 1936, en Burgos, Francisco Franco, había sido enaltecido a la suprema dignidad de Generalísimo y Jefe del Estado.

Su nombre no podía quedar diluido en una lista de catorce nombres. Y lo de hijo adoptivo podía tener reminiscencias bastardas.

No paraba ahí la cosa.

PUBLICIDAD

Además había que dar la debida publicidad al acuerdo.

El “marketing” en política es algo muy antiguo, no es un invento reciente.

Y se le da la debida publicidad.

En la página 7 del Boletín Oficial de la Provincia número 134 de fecha viernes 6 de noviembre, aparecen publicados tres anuncios oficiales enviados por la Secretaría del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

1.- El primero corresponde a la comunicación del acuerdo tomado por la Comisión Gestora, en la sesión de fecha 26 de octubre de 1936, aprobando el ensanche y urbanización de la calle de Los Campos, desde la Avenida del General Franco hasta Pino de Oro, con un presupuesto de contrata de 89.586’26 pesetas.

2.- El segundo reza así:

Sección 1ª.- Central.- Institución de de fiestas locales

Por el presente y para general conocimiento, se hace público que la Comisión Gestora de este Excmo. Ayuntamiento, en sesión del día cinco de Octubre último, adoptó los siguientes acuerdos:

a)   Rectificar acuerdo anterior de este Ayuntamiento en el sentido de declarar día hábil el martes de carnaval, que en esta ciudad se ha venido guardando como festivo oficial.

b)   Decretar día festivo, en virtud de las facultades que a la corporación municipal asisten, el día 18 de julio de cada año, como conmemoración de la fecha en que se inició el Movimiento Salvador de España por su glorioso Ejército.

Santa Cruz de Tenerife, 2 de Noviembre de 1936.- El Secretario, H. Fumagallo.- Vº Bº: El Alcalde, Vara.

Resumiendo:

Quedaron prohibidos los Carnavales y en su lugar se celebraría el 18 de julio.

3.- El tercero y último anuncio dice así:

Sección 1ª.- Central.- Negociado de Estadística.- Nomenclatura de calles

Para general conocimiento se hace público que la Comisión Gestora de este Excmo. Ayuntamiento, en sesión del día cinco de Octubre último, acordó dar los nombres que se expresan, a las calles de esta Ciudad que se relacionan a continuación:

A la de Fermín Galán, del Castillo;
A la de García Hernández, la Marina;
A la de la Alameda 14 de abril, Alameda del Muelle;
A la Plaza  1º de Mayo, Plaza de la Iglesia;
A la de los Estudiantes,  San Francisco de Paula;
A la de Alcalá Zamora,  La Rosa;
A la de Sargento Vázquez,  San Carlos;
A la de la Avenida de Blasco Ibáñez, Avenida de la Asunción.
A la Avenida Marítima,  Avenida García Sanabria;
A la de Dr. Comenge, San Francisco.
A la Plaza de la República, Plaza de la Constitución;
A la Rambla XI de Febrero (Plaza La Paz a Dr. Naveiras), Avenida del General Franco.
A la de Pablo Iglesias, Calvo Sotelo.
A la de Camino del Manicomio, Febles Campos.

Santa Cruz de Tenerife, 2 de Noviembre de 1936.- El Secretario, H. Fumagallo.- Vº Bº: El Alcalde, Vara.

Para acabar con estos acuerdos y su publicidad, hay que hacer notar la incoherencia existente entre lo reflejado en el Acta de la sesión de fecha 5 de octubre de 1936 y el texto del último anuncio.

Ya ha quedado señalado que en el acta se dice que la duodécima calle cuyo nombre se cambia, es la Rambla de XI de Febrero (desde la plaza de la Paz hasta la calle de los Campos).

En el anuncio del BOP en lugar de calle de Los Campos se pone Dr. Naveiras.

El negociado de Estadística si tuvo en cuenta el nombre asignado en 1934, aunque no en su totalidad, abreviando el nombre, e hizo la oportuna rectificación. Y, como no le dolían prendas, el Secretario y el Alcalde firmaron el anuncio, sin haber hecho constar la salvedad pertinente.

* * * * *

CESE DE UN MASÓN

Con ASENSIO AYALA ESPinosa, el segundo individuo de la lista de la Comisión Gestora Municipal, constituida el 19 de julio de 1936, se produciría una paradójica circunstancia vital:

Sería expulsado de la Comisión Gestora acusado de haber sido masón.

Así consta en el folio 148 vuelto del acta de la sesión municipal del 14 de junio de 1937:

El Alcalde dio cuenta de haber recibido oficio del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia, disponiendo sea dado de baja el gestor Don Asensio Ayala, por figurar en la relación de los pertenecientes a la masonería. La Comisión Gestora acordó quedar enterada.

No había cumplido ni un año en el cargo.

El Gobernador Civil, en aquella fecha, era JULIO FUENTES SERRANO, Coronel de Artillería, quien había sustituido en 18 de julio de 1936, al titular de tal cargo, MANUEL VÁZQUEZ MORO, quien luego sería fusilado.

CAMBIO DE BANDERAS EN LA RAMBLA XI DE FEBRERO


Buscando algunas referencias adicionales de la última fecha en que aparece la Rambla con su nombre original de 1873, me he topado con este relato dejado por el Coronel J.J. Arencibia, en su libro «Canarias y los militares», capítulo XII:

 

1937.Nuevo cambio de la Bandera

 

El 11 de enero de 1937, hubo un nuevo cambio de Bandera de las unidades de la guarnición de Tenerife. La enseña rojo y gualda tradicional sustituía a la impuesta por la II República. La ceremonia tuvo por escenario la Rambla XI de Febrero, en el trozo comprendido entre la plaza de la Paz y la estatua del capitán Fernández Ortega, donde se situaron dos compañías del Regimiento de Infantería con escuadra, banda y música: una batería de costa del Grupo Mixto de Artillería nº 2: una compañía de dos secciones del Grupo Mixto de Zapadores nº 3: una sección de la Compaña de Intendencia; una sección de la Compañía de Sanidad Militar; una sección de la Guardia Civil; dos unidades de milicias nacionales de Falange Española, una sección de Acción Ciudadana: una sección de la Agrupación Infantil de Falange; y una sección de la Cruz Roja. Un inmenso gentío, que atestaba por completo las inmediaciones de la Rambla, presenció cómo los jefes del Grupo Mixto de Artillería y del Regimiento de Infantería se hacían cargo de las nuevas Banderas. Las madrinas de la correspondiente al Grupo Mixto de Artillería, Conchita Casariego y Nieves Siliuto, miembros de la Agrupación Femenina de Falange Española dijeron a los artilleros que la Bandera que les entregaban representaba a las familias, amigos y a todos los ciudadanos. Y que era la verdadera, la que habían jurado sus antepasados, y la que debían defender hasta morir, si fuera preciso.

Mary Tere Cáceres y María Luisa Gómez Landero apadrinaron la entregada al Regimiento de Infantería y dijeron a los infantes que aquella Bandera, ya bendita, llevaba un beso que era el de todas las mujeres españolas.

Finalmente, el Comandante General, coronel González Peral, pronunció una alocución en la que comenzó señalando su satisfacción por tomar entre sus manos aquellas Banderas bendecidas por el vicario capitular de la diócesis, doctor [Domingo] Pérez Cáceres. Seguidamente se dirigió a las unidades que acababan de recibir las banderas y dijo: «El atropello incalificable que se cometió, al recogerles sus legítimas Banderas, las que las acompañaron en sus magnas empresas guerreras, la que también los jefes y casi todos los oficiales y suboficiales que asistimos a este acto, juramos a Dios y prometimos a España defender con nuestras vidas, queda compensado con la alegría de hoy. Yo que presencié aquel cambio puedo aseguraros el dolor que a todos nos produjo». Por último, ambas unidades hicieron las salvas de ordenanza y comenzó el desfile que recorrió el siguiente trayecto:

Rambla XI de Febrero hasta Plaza de la Paz, Rambla de Pulido hasta la Comandancia Militar, y calle del Castillo hasta Plaza de la Constitución donde finalizó. Entre la multitud que presenció el acto y el posterior desfile destacaba una nutrida representación de la colonia inglesa que extremó sus aplausos al paso de la Guardia Civil. Naturalmente en el resto de las guarniciones del archipiélago hubo actos similares.

Salta a la vista que este relato tiene todos los visos de haber sido confeccionado por el Coronel Arencibia, utilizando textos periodísticos de la época, que han sido copiados omitiendo las fuentes.

Habiendo sido constatado que el acuerdo de asignación a la Rambla del nombre del General Franco había sido adoptado el 5 de octubre de 1936, eliminando su nombre primigenio de Rambla XI de Febrero, datado en abril de 1873, resultaba incoherente que en enero de 1937, todavía pudieran los periódicos seguir refiriéndose a la misma por su primer nombre.

Consultados los periódicos locales publicados en enero de 1937, ha resultado imposible poder corroborar la fecha incluida por el Coronel Arencibia.

Continuando la consulta hemerográfica, constatamos que el relato, confeccionado por el coronel J.J. Arencibia, muestra coincidencias notables con las crónicas publicadas por los dos periódicos principales de Santa Cruz de Tenerife, La Prensa y La Tarde, sobre el solemne acto celebrado el SÁBADO 6 DE SEPTIEMBRE DE 1936.

 

Una vez más, salta a la vista que el Coronel J.J Arencibia no es un referente fiable, en temas de Historia.

 

EL CORONEL DE E.M. TEÓDULO GONZÁLEZ PERAL

Además, del dislate de la fecha, el relato hecho por J.J. Arencibia, asigna al Coronel TEÓDULO GONZÁLEZ PERAL, la actuación como COMANDANTE GENERAL en enero de 1937.

Aunque este lapsus es atribuible al gacetillero de donde Arencibia copió la noticia, trastocando la fecha.

El general de brigada ÁNGEL DOLLA LAHOZ, sacado en Zaragoza, de su situación de retirado en segunda reserva, había desembarcado a la Isla de Tenerife el domingo 13 de septiembre de 1936, tras haber arribado a nuestro Archipiélago por la Isla de Gran Canaria.

Inmediatamente, nada más llegar, el general DOLLA, asumió el mando supremo de la Comandancia Militar de Canarias, firmando sus primeras condenas de muerte.

La denominación de la Comandancia Militar fue cambiada a Comandancia General.

TEÓDULO GONZÁLEZ PERAL retornó a su puesto específico anterior, de Coronel Jefe de Estado Mayor de la Comandancia General.

TEÓDULO GONZÁLEZ PERAL sería confirmado en el cargo de Jefe de Estado Mayor de la Comandancia General de Canarias, mediante Orden de 7 de octubre de 1936, publicada en el Boletín Oficial del Estado número 3, editado en Burgos el 18 de octubre de 1936.

Aproximadamente tres años después, el 8 de septiembre de 1939, el Coronel TEÓDULO GONZÁLEZ PERAL volvería a ser confirmado como Jefe de Estado Mayor de la Comandancia General de Canarias, según puede leerse en otra Orden publicada en la página 5052 del B.O.E. de fecha 10 de septiembre de 1939.

Hasta donde he podido constatar documentalmente, el Coronel TEÓDULO GONZÁLEZ PERAl, nunca ostentó ni detentó, el cargo de Comandante General de las Islas Canarias, aunque parece que si se comportó como tal, adoptando decisiones que reglamentariamente correspondían al Coronel de Infantería JOSÉ CÁCERES SÁNCHEZ.

Al ser requerido por FRANCO desde Marruecos, el General LUIS ORGAZ YOLDI, – que había recibido el mando supremo de Canarias de manos del propio GENERAL FRANCISCO FRANCO, antes de que éste partiera hacia el aeródromo de Gando para volar en el DeHavilland 89 Dragon Rapide, se generó una situación de vacío, por falta de generales en activo en el Archipiélago Canario, que pudieran ocupar el puesto de Comandante Militar de las Islas Canarias.

Pero en el Ejército nunca hay vacío.

Al ser el Coronel en activo más antiguo, el Coronel de Infantería JOSÉ CÁCERES SÁNCHEZ, fue designado para ocupar tal puesto, provisionalmente, abandonado su puesto de Jefe del Regimiento de Infantería Tenerife, tras entregar el mando del mismo al Comandante ALFONSO MORENO UREÑA.

El Coronel de Infantería JOSÉ CÁCERES SÁNCHEZ desempeñó el Cargo de Comandante Militar de Canarias, residiendo en la capital grancanaria, lugar donde había recibido el mando del General de brigada LUIS ORGAZ YOLDI.

Mientras, TEÓDULO GONZÁLEZ PERAL que reglamentariamente estaba bajo las órdenes de JOSÉ CÁCERES SÁNCHEZ, quedó como Comandante Militar de Tenerife.

* * * * * * * * *

Es más, TEÓDULO GONZÁLEZ PERAL sería pasado a la situación de retiro con el rango de Coronel de Estado Mayor.

Ni siquiera fue ascendido a general en activo, a pesar de sus méritos acreditados.

Posteriormente, se pudo acoger a una Ley de 23 de noviembre de 1940, por la cual se hicieron extensivos los beneficios de la ley de 7 de octubre de 1939 a los Generales, Jefes, Oficiales y asimilados que hayan pasado a la situación de reserva o retirado durante el Movimiento Nacional.

Esta invocada Ley de siete de octubre de mil novecientos treinta y nueve autorizaba para conceder el ascenso honorífico a los Generales, Jefes, Oficiales y asimilados del Ejército y la Armada, en situación de reserva y retirados, que por haber prestado relevantes servicios al Glorioso Movimiento Nacional se hubieran hecho acreedores a tan señalada distinción.

Por eso Franco dictó esa Ley de 23 de noviembre de 1940, conteniendo un artículo único, extendiendo tales beneficios, siguiendo en vigor los trámites establecidos en aquella Ley de 7 de octubre de 1939, argumentando la misma con este preámbulo:

Los términos de esta Ley no alcanzaba en sus beneficios al personal de las citadas categorías que durante la guerra de liberación de España estaba en situación de actividad, pero que durante la campaña, o con fecha posterior a su terminación, ha pasado a la situación de reserva o retirado por haber cumplido la edad reglamentaria, y al objeto de proceder con equidad, haciendo extensivos estos beneficios a los que hayan prestado meritorios y relevantes servicios.+

Por aplicación de esta extensión de beneficios, en el Boletín Oficial del Estado de fecha 11 de febrero de 1944, serían publicados los Decretos de 21 de enero de 1944 por los que se conceden el empleo de General de Brigada, honorífico, a los Coroneles de Estado Mayor don TEÓDULO GONZÁLEZ PERAL, al de infantería don Alberto Caso Agüero, al de Caballería don José Arce Llevada, al de Artillería don SALVADOR IGLESIAS DOMÍNGUEZ, y al de Ingenieros don Victor San Martin Losada.

El ascenso simultáneo a General honorífico de SALVADOR IGLESIAS DOMÍNGUEZ, resulta llamativo, porque en 18 de julio de 1936, solo era Comandante, mientras que TEÓDULO GONZÁLEZ PERAL ya era Coronel.

En contraste, otro que asimismo era comandante en aquella fatídica fecha de 18 de julio de 1936, ALFONSO MORENO UREÑA, no pasaría de Coronel, viendo frustrada su aspiración de ser ascendido a General Honorífico.

Sorprende el doble rasero: trato desigual a iguales, e igual a desiguales.

MARTES DE CARNAVAL DIA HÁBIL Y 18 DE JULIO FESTIVO


 

El 5 de octubre de 1936, se reúne la Comisión Gestora Municipal del Excmo. Ayuntamiento en sesión pública ordinaria de primera convocatoria, previamente citado con arreglo a las vigentes disposiciones, bajo la Presidencia del Sr. Gestor don Francisco La-Roche, por hallarse dado de baja el Alcalde propietario Coronel Don Juan Vara Terán; y con asistencia de los Sres. Gestores consignados, para tratar y resolver los asuntos figurados en el orden del día, repartidos con la convocatoria.

 

Asisten los Gestores:

 

1.- Vicente Barrios [antes Expósito] Pérez

 

2.- Pedro Duque Déniz

 

3.- Maximiliano Diaz Navarro

 

4.- Miguel Llombet Rodríguez

 

5.- Juan Pedro Alba Carmona

 

6.- Asensio Ayala Espinosa

 

7.- Manuel Cruz Delgado

 

 

 

Esta sesión fue muy notable por la trascendencia de los acuerdos adoptados.

 

Así, continuando con la lectura del Acta, en el folio 149, puede leerse:

 

Una vez examinados los oportunos antecedentes y como consecuencia de oficio de la Comandancia Militar y propuesta del Gestor Sr. Cruz, se acordó dar a las calles que se indican, los nuevos nombres que se expresan;

 

[1] a la de Fermín Galán, el de Castillo;

 

[2] a la de García Hernández, el de Marina;

 

[3] a la Alameda de 14 de abril, Alameda del Muelle;

 

[4] a la Plaza de 1º de Mayo, el de Plaza de la Iglesia;

 

[5] a la calle de los Estudiantes el de San Francisco de Paula;

 

[6] a la de Alcalá Zamora el de La Rosa;

 

[7] a la de Sargento Vázquez, la de San Carlos;

 

[8] a la Avenida de Blasco Ibáñez, el de Paseo de las Asuncionistas;

 

[9] a la Avenida Marítima el de Avenida de García Sanabria;

 

[10] a la del Dr. Comenge el de San Francisco;

 

[11] a la Plaza de la República el de Plaza de la Constitución;

 

[12] a la Rambla de XI de Febrero (desde la plaza de la Paz hasta la calle de los Campos) el de Avenida del General Franco;

 

[13] a la de Pablo Iglesias, el de Calvo Sotelo; y

 

[14] al Camino del Manicomio, el de Febles Campos.

 

 

 

De este acuerdo se deduce Testimonio mecanografiado, en el que se hace constar al final del mismo, el siguiente Decreto:

 

Cúmplase, adoptando las medidas necesarias para sustituir con toda rapidez las placas de las calles a que afecta este asunto.

 

Nueve días más tarde, el 14 de octubre de 1936, vuelve a reunirse la Comisión Gestora Municipal, y entre los múltiples acuerdos adoptados, llama la atención éste:

 

Se acordó rectificar acuerdo adoptado en sesión anterior, sobre cambio de los nombres de algunas calles, en el sentido de dar a la Avenida de Blasco Ibáñez, el de Avenida de la Asunción, y no el de Paseo de las Asuncionistas, como aparece en el acuerdo que se rectifica.

 

Afortunadamente para las menguadas arcas municipales, el mencionado Decreto con el Cúmplase del Alcalde, no se cumplió tan rápidamente como fue ordenado, con lo que se evitó el gasto extra que hubiera supuesto retirar la placa con el nombre del acuerdo que se rectifica.

 

Y es que las precipitaciones nunca son buenas.

 

Pero retornando a la lectura del folio 149 y siguiente, del acta de 5 de octubre de 1936, encontramos estos párrafos:

 

Previa declaración de urgencia y a propuesta de la Presidencia, se acordó por unanimidad adoptar los acuerdos que siguen:

 

Primero.- Nombrar al glorioso General Excmo. Sr. Don Francisco Franco Bahamonde, hijo muy predilecto de esta Ciudad.

 

Segundo.- Rectificar acuerdo anterior, de este Ayuntamiento, en el sentido de declarar día hábil el martes de Carnaval, que en esta Ciudad se ha venido guardando como festivo oficial.

 

Tercero.- Declarar día festivo, en virtud de las facultades que a la corporación municipal asisten, el día 18 de Julio de cada año, como conmemoración de la fecha en que se inició el movimiento salvador de España, por el glorioso Ejército.

 

Cuarto.- Dar el nombre de Avenida del General Franco, a la actual Rambla  XI de Febrero, tramo comprendido entre la Plaza de la Paz y calle de Los Campos, y

 

Quinto.- Que se dé la debida publicidad al presente acuerdo.

 

En verdad que fueron unos importantes «acuerdos acordados» unánimemente adoptados.

 

Queda de manifiesto que la repetición, cacofonía, redundancia o pleonasmo, así como faltar a la sintaxis, no les importaba mucho a estos conspicuos gestores municipales.

 

 

 

* * * * *


COMENTARIOS A LOS ACUERDOS DE 5 DE OCTUBRE DE 1936

 

 

 

 

 

Por su trascendencia histórica, estos acuerdos merecen ser comentados.

 

1.-

 

En primer lugar advertir que se hace una declaración previa de urgencia.

 

Este es el subterfugio legal que han utilizado y siguen utilizando todos los presidentes de corporaciones para introducir un asunto y forzar su aprobación sin debate, o con el mínimo debate. Aunque dada la composición y estructura de la Comisión el debate sobre cualquier asunto debería ser imposible e improbable.

 

2.-

 

Resulta sorprendente y rocambolesco el acuerdo

 

 

 

Primero.- Nombrar al glorioso General Excmo. Sr. Don Francisco Franco Bahamonde, hijo muy predilecto de esta Ciudad.

 

 

 

Si Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde Salgado Pardo había nacido el 4 de diciembre de 1892 en El Ferrol (que el 1º de octubre de 1938 sería rebautizado del Caudillo), ¿cómo podía ser hijo muy predilecto de Santa Cruz de Tenerife?

 

Lo que el protocolo indicaba para estos casos era el nombramiento de hijo adoptivo, pues solamente pueden ser hijos muy predilectos, los nacidos en su propio lugar de origen.

 

Franco sería hijo predilecto de su ciudad natal, pero no podía ser hijo predilecto de dos ciudades distintas y tan distantes, simultáneamente.

 

Es imposible tener dos padres y/o dos madres simultáneamente.

 

Pero para el que sería conocido como Caudillo de España por la gracia de Dios, no debería haber nada imposible.

 

No he encontrado explicación a semejante dislate.

 

Contrasta este acuerdo, con el adoptado por nuestros competidores de la isla redonda, que se nos habían adelantado en la glorificación de Franco, anticipándose hasta al acto de su proclamación como Generalísimo y Jefe del Estado.

 

En su «Crónica de Medio Siglo», cuenta el periodista y escritor falangista grancanario Miguel Jiménez Marrero, que en el mes de septiembre de 1936, en sesión plenaria del Ayuntamiento presidido por su alcalde Antonio García López, se acuerda, por unanimidad, nombrar hijo adoptivo de Las Palmas de Gran Canaria, al Caudillo Francisco Franco .

 

3.-

 

Como ha quedado expuesto anteriormente, unas líneas más arriba, en la misma sesión, se asignaron nombres a catorce vías.

 

La número 12 había correspondido a la Rambla de XI de Febrero (desde la plaza de la Paz hasta la calle de los Campos) a la que se le da el nuevo nombre de Avenida del General Franco.

 

En el mismo folio, se ha reiterado un acuerdo municipal, sin hacer la preceptiva mención al preexistente adoptado unos minutos antes.

 

* * * * *

 

DISLATES

 

 

 

¿No se percató de estos dislates el Secretario Hipólito Fumagallo Medina, que da fe de la veracidad de las actas?

 

¿Ninguno de los Gestores advirtió los mismos?

 

La impresión que emana de la lectura del Acta, es que en aquel ambiente ominoso de ordeno y mando, nadie se atrevía a chistar y mucho menos a rechistar. Si además tomamos en consideración que todos los gestores debían ser más que adictos a la Causa del autodenominado Alzamiento del 18 de julio de 1936, lo sucedido no puede ser considerado un simple error administrativo.

 

Unos días antes, el Primero de octubre de 1936, en Burgos, Francisco Franco, había sido enaltecido a la suprema dignidad de Generalísimo y Jefe del Estado.

 

Su nombre no podía quedar diluido en una lista de catorce nombres. Y lo de hijo adoptivo podía tener reminiscencias bastardas.

 

No paraba ahí la cosa.

 

 

 

PUBLICIDAD

 

 

 

Además había que dar la debida publicidad al acuerdo.

 

El “marketing” en política es algo muy antiguo, no es un invento reciente.

 

Y se le da la debida publicidad.

 

En la página 7 del Boletín Oficial de la Provincia número 134 de fecha viernes 6 de noviembre, aparecen publicados tres anuncios oficiales enviados por la Secretaría del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

 

1.- El primero corresponde a la comunicación del acuerdo tomado por la Comisión Gestora, en la sesión de fecha 26 de octubre de 1936, aprobando el ensanche y urbanización de la calle de Los Campos, desde la Avenida del General Franco hasta Pino de Oro, con un presupuesto de contrata de 89.586’26 pesetas.

 

 

 

2.- El segundo reza así:

 

Sección 1ª.- Central.- Institución de de fiestas locales

 

Por el presente y para general conocimiento, se hace público que la Comisión Gestora de este Excmo. Ayuntamiento, en sesión del día cinco de Octubre último, adoptó los siguientes acuerdos:

 

a)   Rectificar acuerdo anterior de este Ayuntamiento en el sentido de declarar día hábil el martes de carnaval, que en esta ciudad se ha venido guardando como festivo oficial.

 

b)  Decretar día festivo, en virtud de las facultades que a la corporación municipal asisten, el día 18 de julio de cada año, como conmemoración de la fecha en que se inició el Movimiento Salvador de España por su glorioso Ejército.

 

Santa Cruz de Tenerife, 2 de Noviembre de 1936.- El Secretario, H. Fumagallo.- Vº Bº: El Alcalde, Vara.

 

 

 

Resumiendo:

 

Quedó proscrito el Martes de Carnavales y en su lugar se celebraría el 18 de julio.

 

3.- El tercero y último anuncio dice así:

 

Sección 1ª.- Central.- Negociado de Estadística.- Nomenclatura de calles

 

Para general conocimiento se hace público que la Comisión Gestora de este Excmo. Ayuntamiento, en sesión del día cinco de Octubre último, acordó dar los nombres que se expresan, a las calles de esta Ciudad que se relacionan a continuación:

 

A la de Fermín Galán, del Castillo;

 

A la de García Hernández, la Marina;

 

A la de la Alameda 14 de abril, Alameda del Muelle;

 

A la Plaza  1º de Mayo, Plaza de la Iglesia;

 

A la de los Estudiantes,  San Francisco de Paula;

 

A la de Alcalá Zamora,  La Rosa;

 

A la de Sargento Vázquez, San Carlos;

 

A la de la Avenida de Blasco Ibáñez, Avenida de la Asunción.

 

A la Avenida Marítima, Avenida García Sanabria;

 

A la de Dr. Comenge, San Francisco.

 

A la Plaza de la República, Plaza de la Constitución;

 

A la Rambla XI de Febrero (Plaza La Paz a Dr. Naveiras), Avenida del General Franco.

 

A la de Pablo Iglesias, Calvo Sotelo.

 

A la de Camino del Manicomio, Febles Campos.

 

Santa Cruz de Tenerife, 2 de Noviembre de 1936.- El Secretario, H. Fumagallo.- Vº Bº: El Alcalde, Vara.

 

Para acabar con estos acuerdos y su publicidad, hay que hacer notar la incoherencia existente entre lo reflejado en el Acta de la sesión de fecha 5 de octubre de 1936 y el texto del último anuncio.

 

Ya ha quedado señalado que en el acta se dice que la duodécima calle cuyo nombre se cambia, es la Rambla de XI de Febrero (desde la plaza de la Paz hasta la calle de los Campos).

 

En el anuncio del BOP en lugar de calle de Los Campos se pone Dr. Naveiras.

 

El negociado de Estadística si tuvo en cuenta el nombre asignado en 1934, aunque no en su totalidad, abreviando el nombre, e hizo la oportuna rectificación. Y, como no le dolían prendas, el Secretario y el Alcalde firmaron el anuncio, sin haber hecho constar la salvedad pertinente.