M.8,721,144
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DON FRANCISCO AMADOR BETANCOR, JUEZ MUNICIPAL SUPLENTE Y ENCARGADO DEL REGISTRO CIVIL DEL PUEBLO DEL REALEJO ALTO. – – – – –
CERTIFICO; Que al folio ciento ochenta y tres vuelto, del libro treinta y siete, de la Sección de Defunciones de este Registro Civil de mi cargo, obra un acta que copiada literalmente dice así: – – – – – – – – – – – –
NUMERO 79.- AQUILINO HERNANDEZ RIVERO.- “ En el pueblo del Realejo Alto, provincia de S./C. de Tenerife, a las quince horas del día treinta y uno de octubre de mil novecientos treinta y seis, ante D. JOSE REYES ESTRADA, juez municipal accidental y D. JOSÉ HERNANDEZ Y HERNANDEZ, secretario suplente, se procede a inscribir la defunción de D. AQUILINO HERNANDEZ RIVERO, de cuarenta años, natural de la Guancha, provincia S./C. de Tenerife, hijo de D. José y de Doña Eloisa, domiciliado en la calle de Pérez Zamora , de profesión empleado y de estado casado con doña Eudelia Mesa Rodríguez, con quien procreó los hijos llamados , Luz Marina, Olga, Rubens y Raul, falleció en su domicilio el día de hoy a las cinco horas, a consecuencia de la enfermedad de Adison, según resulta de la certificación facultativa y reconocimiento practicado, y su cadáver habrá de recibir sepultura en el cementerio de este pueblo.- Esta inscripción se practica en virtud de orden de la Autoridad Militar, que queda archivada consignándose además que se ignora si testó, habiéndola presenciado como testigos, D. Salvador González Díaz y D. Gaspar Suárez Albelo, mayores de edad y vecinos de este referido pueblo.- Leída esta acta, se sella con el del Juzgado y la firman el señor Juez y los testigos de que certifican José Reyes Estrada = Salvador Gonz. Diaz = Gaspar Suárez Albelo = José Hernández y Hernández. = Todos rubricados” – Hay un sello en tinta al margen que dice: Juzgado Municipal – Realejo Alto.—
El acta transcrita concuerda fielmente con su original a que me remito y para que conste y remitir al Sr. Comandante Juez del Juzgado Permanente de la Comandancia Militar de las Islas Canarias, expido la presente en el Realejo Alto, a veinte y seis de Noviembre de mil novecientos treinta y seis.- – – – — – – – – – – — –
Francisco A. Betancor
P.S.M.
El Secretario
José Hz Hernández
[Ambas firmas rubricadas]
Cfr.: A-TMTQ 3447-144-09.- Causa 101 de 1934.- Folio 182 vuelto.
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La enfermedad de Addison era, es, y sigue siendo una enfermedad rara.
Con una prevalencia estimada del orden de 110 casos / millón de habitantes.
Y una incidencia de 5 casos anuales por millón, registrándose en la razón de 3 a 1 más en las mujeres que en los hombres.
Hoy se conoce su etiología bastante bien.
Y contamos con fármacos del tipo corticoide, que permite contrarrestarla y controlarla, porque esta dolencia afecta a la función suprarrenal.
Pero en aquellos negros tiempos, ni era fácil de diagnosticar, ni se contaba con medios para combatirla, siendo letal.
Teniendo en cuenta que la población total del Archipiélago Canario no alcanzaba ni el medio millón de habitantes, podemos calificar como rarísima, la presencia de un enfermo masculino de la Addison.
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Me surge la duda razonable acerca del contenido de esta certificación, que me conduce a reputarlo de apócrifo.
Porque está en contradicción con el recuerdo familiar de la DESAPARICIÓN del desdichado AQUILINO HERNÁNDEZ RIVERO.
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Debo sugerir a los jóvenes historiadores, que trabajan en la recopilación de las VÍCTIMAS DESAPARECIDAS, que ahonden en este tema, comenzando por escudriñar el original de la mencionada partida de defunción, de la cual se dice que es la número 79, inscrita como folio ciento ochenta y tres vuelto, del libro treinta y siete, de la Sección de Defunciones del Registro Civil del Realejo, en treinta y uno de octubre de 1936.
Sugerencia que hago extensiva al catedrático URBANO MEDINA HERNÁNDEZ , nieto del DESAPARECIDO AQUILINO HERNÁNDEZ RIVERO.