GENERAL VICENTE VALDERRAMA ARIAS


Por decreto número 365, dado en Burgos el 25 de septiembre de 1937, publicado en el B.O.E. número 343, de fecha 28 de septiembre de 1937, es nombrado Jefe de la Circunscripción Occidental de Marruecos (Ceuta, Tetuán y Larache), el Excmo. Sr. D. CARLOS GUERRA ZAGALA, General de Brigada en situación de reserva, quien, anteriormente, había sustituido al general ÁNGEL DOLLA LAHOZ, en el mando de la Comandancia General de las Islas Canarias.

 

A renglón seguido, viene el decreto número 366, dado en Burgos en la misma fecha, 25 de septiembre de 1937, mediante el cual es nombrado Comandante General de las Islas Canarias, VICENTE VALDERRAMA ARIAS, General de Brigada en situación de reserva.

 

En este mismo B.O.E. número 343, aparece el Decreto número 368, por el cual es nombrado Gobernador Civil de León D. VICENTE SERGIO ORBANEJA.

 

VICENTE VALDERRAMA ARIAS había estado desempeñando, desde febrero de 1937 y hasta ese momento, el mando del Gobierno Militar de Las Palmas, con sede en la capital de la isla de Gran Canaria.

 

El General VALDERRAMA, era un viejo conocedor de Tenerife, donde había estado como General de Brigada en octubre de 1928.

 

Como consecuencia de la reorganización provisional del Ejército, cesa como Comandante General de Canarias el General de Brigada don Vicente Valderrama Arias.

 

Así reza el decreto dado en Burgos el cuatro de julio de 1939, publicado en el B.O.E. nº 186, del miércoles 5 de julio de 1939.

 

Pasaría a la reserva en octubre de ese año, el denominado Año de la Victoria, cuando contaba 68 años.

 

Para sustituirlo, fue nombrado Comandante General de Canarias el General de División ENRIQUE CÁNOVAS LACRUZ, mediante Decreto de 4 de julio de 1939, publicado en la página 3682 del B.O.E. nº 187, del día siguiente, jueves 6 de julio de 1939.

Este decreto rectificaba uno del día anterior, que lo había designado Comandante General de Baleares.

 

En dicho Boletín se publicaba también, otro Decreto (rectificado) de 4 de julio de 1939 nombrando Jefe de la 7ª Región al General de División D. RICARDO SERRADOR SANTÉS.

 

Asimismo en aquel Boletín nº 187, el Ministerio de la Gobernación publica el Decreto de 30 de junio de 1939 disponiendo el cese del Gobernador Civil de Las Palmas, ANTONIO GARCÍA LÓPEZ, quien dejó fama de arbitrario.

 

El general ENRIQUE CÁNOVAS no vino a Canarias.

Cuatro días después, el lunes 10 de julio de 1939, es publicado el B.O.E. nº 191 en cuya página 3767 aparecen estos dos Decretos consecutivos:

 

DECRETO de 9 de julio de 1939 nombrando Comandante General de Canarias al General de División don Ricardo Serrador Santés y disponiendo cese en el mando de la Séptima Región Militar.

 

DECRETO de 9 de julio de 1939 nombrando General Jefe de la Octava Región Militar al General de División D. Enrique Cánovas Lacruz y disponiendo cese en el cargo de Comandante General de Canarias.

El general Serrador sería el último Comandante General de Canarias.

Estos detalles deben ser contados en otra parte de la Historia.

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VICENTE VALDERRAMA ARIAS había sido ascendido a general mediante Real Decreto Núm. 1.724, publicado el 11 de octubre de1928, en el número 285 de la Gaceta de Madrid.

En este R.D. 1724, se lee:

En consideración a los servicios y circunstancias del Coronel de Estado Mayor, número 1 de la escala de su clase, D. Vicente Valderrama Arias, que cuenta la efectividad de 1º de febrero de 1924,

Vengo en promoverle, a propuesta del Vicepresidente del Gobierno, Ministro de la Guerra interino, y de acuerdo con el Consejo de Ministros, al empleo de General de brigada, con la antigüedad del día 7 del corriente mes, en la vacante producida por ascenso de D. Alfredo Gutiérrez Chaume.

Dado en Palacio a diez de Octubre de mil novecientos veintiocho.

ALFONSO

El Vicepresidente del Gobierno, Ministro de

la Guerra interino,

SEVERIANO MARTÍNEZ ANIDO.

 

Servicios y circunstancias del Coronel de

Estado Mayor D. Vicente Valderrama Arias.

Nacido el día 13 de Marzo de 1871, y tuvo entrada en el servicio, como soldado voluntario de Infantería, sin premio, el 22 de Mayo de 1890. Habiendo ingresado como alumno en la Academia General Militar el 1º de Septiembre siguientes, pasó a la de aplicación de Caballería en Julio de 1892, donde fué promovido al empleo de Alférez-alumno el 27 de Junio de 1893 y al de segundo Teniente de dicha Arma, por terminación de estudios, el 30 de Octubre del mismo año.

Ascendió a primer Teniente en Agosto de 1896; a Capitán de Estado Mayor, por haber obtenido ingreso en dicho Cuerpo, en Agosto de 1902; a Comandante, en Octubre de 1911; a Teniente coronel, en Mayo de 1914, y a Coronel, en Febrero de 1924.

Sirvió: como soldado en el Regimiento de Zamora y en la Academia General Militar, cursando sus estudios. De Subalterno, en los Regimientos Cazadores de Galicia, Lanceros de España y en la Escuela Superior de Guerra, en concepto de alumno, verificando las prácticas reglamentarias en el Regimiento Infantería de Zamora, tercer Regimiento de Artillería de montaña, segundo Regimiento de Zapadores-Minadores, Comisión del plano de Orense, Depósito de la Guerra, Comisión del plano de Jaca y Capitanía General de Galicia.

Obtenido ingreso en el Cuerpo de Estado Mayor con el empleo de Capitán, sirvió en las Capitanías generales de Galicia, Canarias, octava Región y, en comisión, en la del plano de rías bajas de Galicia; de Comandante, en las Comisiones topográficas, Comisión del plano de Gran Canaria, y en Larache, en la Comandancia general, como Jefe de la Sección de tropas y Asuntos indígenas y de Jefe de Estado Mayor de Alcazarquivir, habiendo asistido a frecuentes operaciones de campaña, algunas veces al mando de columna, y de Teniente coronel, en la Capitanía general de la octava Región, donde desempeñó, accidentalmente, en distintas ocasiones la Jefatura de Estado Mayor, y sin causar baja en este destino permaneció en MelilIa, en comisión del servicio a las órdenes del Alto Comisario de España en Marruecos, en constantes operaciones de campaña desde el 12 de Septiembre de 1921 hasta el 2 de Marzo del año siguiente, que se reintegró a la Capitanía general de la octava Región.

De Coronel ha desempeñado el cargo de segundo Jefe de Estado Mayor de la Capitanía general de la séptima Región, cuya Jefatura interinó varias veces, y el de Jefe de Estado Mayor del Gobierno Militar, de El Ferrol.

Desde Diciembre de 1925 viene ejerciendo el cargo de segundo Jefe de la Capitanía general de la octava Región, y en distintos periodos ha desempeñado accidentalmente el de Jefe de Estado Mayor de la misma.

Ha desempeñado diferentes e importantes comisiones del servicio, y tomado parte en la campaña de Africa, territorios de Larache y Melilla, de Comandante y Teniente coronel, habiendo alcanzado por los méritos en ella contraídos las recompensas siguientes:

Cruz roja de segunda clase del Mérito Militar por los servicios prestados, hechos de armas y operaciones realizadas hasta el 24 de Junio de 1913 en el territorio de la Comandancia general de Larache.

Cruz de María Cristina de segunda clase por los hechos de armas, operaciones efectuadas y servicios prestados en el territorio de la Comandancia general de Larache, desde el 25 de Junio a fin de Diciembre de 19J.

Empleo de Teniente coronel por los hechos de armas realizados en Cudin Kessiba el 11 de mayo de 1914.

Cruz roja de segunda clase del Mérito Militar por el hecho de armas realizado en Jenak-el-Bibán y Cudia-Ribas el 15 de Octubre de 1914.

Medallas de Melilla y Militar de Marruecos, con el pasador de Melilla.

Se halla además en posesión de las siguientes condecoraciones:

Dos menciones honoríficas.

Cruz blanca de primera cIase del Mérito Militar.

Cruz blanca de primera clase del Mérito Naval.

Cruz blanca de segunda clase del Mérito Militar, pensionada.

Cruz y Placa de San Hermenegildo.

Cruz de Caballero de la Orden de San Benito de Avis, portuguesa.

Medallas de Alfonso XIII y del Homenaje a Sus Majestades.

Cuenta treinta y ocho años y cerca de cinco meses efectivos servicios, de ellos treinta y cinco años y tres meses de Oficial; hace el número uno en la escala de su clase, se halla bien conceptuado y está clasificado apto para el ascenso.

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En el libro

CAPITANÍA GENERAL DE CANARIAS

CIEN AÑOS DE HISTORIA

(1886-1986)

 

Figuran estos datos de VICENTE VALDERRAMA ARIAS, General de Brigada:

Nace en Betanzos, provincia de La Coruña, el día 13 de marzo de 1871, hijo de  Agustín Valderrama Iglesias y de María Arias y Uría.

Causa alta en el Ejército como soldado voluntario en mayo de 1890; ingresa en la Academia General Militar ese mismo año y tras su paso por la Academia de Aplicación de Caballería asciende a Alférez Alumno en Junio de 1893, y a 2° Teniente en octubre, siendo destinado al Regimiento de Cazadores de Galicia n°25 de Caballería.

Asciende a 1° Teniente en mayo de 1896, y ese mismo año ingresa como Alumno en la Escuela Superior de Guerra, en la que permanece hasta el fin de sus estudios en julio de 1899, pasando a realizar las prácticas de Estado Mayor, obteniendo el diploma correspondiente en agosto de 1902.

Es destinado al E.M. de la Capitanía General de Galicia, y en diciembre de 1903, pasa a la de Canarias. Por R.O. de 21 de diciembre de 1905, vuelve de nuevo a Galicia, en cuyo destino permanece hasta 1911, ascendiendo a Comandante del Cuerpo de E.M. en noviembre de dicho año, siendo destinado a las Comisiones Topográficas; en abril de 1913 está prestando sus servicios en la Comandancia General de Larache, participando en diversas acciones de Guerra, especialmente en la defensa del Campamento del Mensak.

Asciende a Teniente Coronel en junio de 1915 por los méritos contraídos en el hecho de armas realizado en Kudia Kesiba contra el cabecilla moro El Raisuli.

En junio de 1915 pasa destinado a la Capitanía General de la 8ª Región como Jefe de E.M. y al mando de la Comisión de estudios de las vías férreas. En septiembre de 1921, se incorpora en comisión a Melilla a las órdenes del Alto Comisario de España en Marruecos, prestando sus servicios en la Sección de Operaciones de aquella Comandancia General y asistiendo a diversos combates a las órdenes del General D. José Sanjurjo y Sacanell.

Regresa a La Coruña en marzo de 1922, y en marzo de 1924 asciende a Coronel de E.M. y es destinado como 2° Jefe de E.M. a la Capitanía General de la 7a Región Militar. Por R.D. de 10 de octubre de 1928, es ascendido a General de Brigada, fijando su residencia en Santa Cruz de Tenerife, siendo nombrado en noviembre de 1928, Jefe de E.M. de la Capitanía General de la 8a Región, cargo que desempeña hasta fin de mayo de 1931 por pase a la 2a reserva.

Iniciada la Guerra Civil, es nombrado Gobernador Militar de la provincia de León, y en febrero de 1937 pasa a igual cargo a Gran Canaria, siendo nombrado por Decreto de 25 de septiembre, Comandante General de las Islas Canarias, cargo que desempeña hasta julio de 1939, pasando a la situación de reserva en octubre de dicho año.

Había contraído matrimonio en 1911 con Dª Margarita Alexandre Brehault.

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Por la relación de ambos con Canarias, y más concretamente con Tenerife, resulta curiosa la coincidencia espacio-temporal de estos dos Vicentes:

VICENTE VALDERRAMA ARIAS

VICENTE SERGIO ORBANEJA

Primero en León, como Gobernador Militar y Gobernador Civil respectivamente.

Y finalmente en Tenerife, como Comandante General de Canarias y Gobernador Civil, respectivamente.

Registrandose algún incidente entre ambos, que ya ha sido documentado en este blog.

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2012/03/12/oficio-personal-y-reservado-de-orbaneja/

 

Incidente del cual no era esperable que trascendiera nada, en aquellos negros tiempos.

Como tampoco parece que trascendiera demasiado, el carácter atrabiliario, del personaje VICENTE SERGIO ORBANEJA, procesado en 1945, por ROBO, y condenado a la pena de DOS AÑOS, CUATRO MESES Y UN DIA de presidio menor y accesorias comunes de suspensión de todo cargo publico, profesión, oficio y derecho de sufragio durante el tiempo de la contienda y militar de separación del servicio.

Aunque no fue encausado por asesinato, a pesar de haberlo declarado, jactanciosamente.

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2012/04/17/siendo-gobernador-civil-de-murcia-habia-hecho-desaparecer-a-un-falangista-del-mundo-de-los-vivos/

 

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Del General VICENTE VALDERRAMA ARIAS podemos decir que demostró su espíritu vesánico siendo Gobernador Militar de Las Palmas, en 6 de agosto de 1937, cuando por escrito manifiesta «que teniendo en cuenta que las sanciones que impone la Autoridad Militar son con objeto de castigar a aquellos que lo merecen y toda medida que tienda a dulcificarla resta eficacia a las mismas, entiendo que no procede el traslado de Don Jacinto Alzola Cabrera a la vecina Isla de Tenerife

A pesar de ello, el Comandante General CARLOS GUERRA ZAGALA ordena al Gobernador Militar en Las Palmas, que el detenido gubernativo en Gando Jacinto Alzola Cabrera pase a la Prisión de esta Capital haciendo viaje debidamente conducido.

https://pedromedinasanabria.wordpress.com/2012/01/28/jacinto-alzola-cabrera-preso-en-gran-canaria/

Una modesta aspiración por la que había suplicado su atribulada esposa, la lagunera avecindada en Las Palmas, ANTONIA GONZÁLEZ DEL CASTILLO.

 

Por otro lado, VICENTE VALDERRAMA ARIAS, denotaría una gran frialdad e indiferencia burocrática.

La Causa 169/1936, iniciada el 26 de agosto de 1936, tras haber sido sobreseída, en fecha, 17 de julio de 1937, sería archivada en el gobierno militar grancanario, por orden de fecha 27 de agosto de 1937, del general de brigada VICENTE VALDERRAMA ARIAS, gobernador militar de Las Palmas.

En la Causa 169/1936 habían sido encartados estos

DIEZ «DESAPARECIDOS» DEL DÓMINE

 

1 AMADEO HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ
2 ANDRÉS ZAMORA ZORRAQUINO
3 ARTURO CAMINO VELÁZQUEZ
4 FÉLIX GONZÁLEZ MONZÓN
5 JOAQUIN MASMANO PARDO
6 JOSÉ OCHOA ALCÁZAR
7 JOSÉ SANZ IRAOLA
8 JOSE SUÁREZ CABRAL
9 MANUEL MONASTERIO MENDOZA
10 PRIMITIVO PÉREZ PEDRAZA

 

Diez hombres llevados a la Península como rehenes, desembarcados en Vigo junto con los falangistas expedicionarios canarios, que luego los ASESINARON y arrojaron al rio Tajo.

 

CONCEDIENDO HONORES


El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en consideración de los relevantes méritos que ocurran en la trayectoria o la obra de personas, entidades, instituciones o grupos sociales o del destacado valor de los actos, trabajos o servicios por ellos prestados a la colectividad municipal, y, en particular, a la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife, así como a Canarias y a España, que hayan redundado en beneficio de la Ciudad, podrá conferir, de acuerdo con este Reglamento y para perpetuar la memoria o enaltecer cuanto representen, distinciones a título honorífico.

Con este párrafo, de tan deleznable sintaxis, comienza el artículo 1º del REGLAMENTO ESPECIAL DE HONORES Y DISTINCIONES del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

Reglamento que a pesar de estar publicado en la página web del Ayuntamiento, es una de las tantas normas municipales que pasan desapercibidas, y, sin embargo, afectan a nuestras vidas y tienen su repercusión en el ámbito ciudadano.

Porque amparados en los artículos de ese Reglamento, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, ha otorgado, y continúa otorgando honores, tales como nombres de calles, plazas, medallas, etc.

Tampoco es muy conocido que el actual Reglamento es heredero de un Reglamento preconstitucional.

Reglamento preconstitucional aprobado en sesión plenaria celebrada el 19 de mayo de 1978, tras haber recibido la pertinente resolución aprobatoria del Ministerio del Interior de fecha 22 de diciembre de 1977.

Resolución en la cual se hacía constar que dicho Reglamento de Concesión de Honores y Distinciones ha sido autorizado, una vez cumplidos en el mismo los requisitos y trámites prevenidos en el artº 305 del vigente Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales, de de 17 de mayo de 1.952.

Este Reglamento de 19 de mayo de 1978, contenía 25 artículos.

Su artículo 1º, rezaba así:

El Excelentísimo Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, con el fin de premiar excepcionales merecimientos y dar una prueba de la alta estimación a que se hacen acreedores los servicios eminentes y los actos y trabajos destacados y valiosos prestados por individuos o colectividades, así como para perpetuar la memoria de los que los realizaron, en orden al engrandecimiento de España y muy particularmente de esta Ciudad, podrá conferir, de acuerdo con lo que este Reglamento Especial se determina, las distinciones, honores y condecoraciones.

Como puede verse, comparando ambos textos, actual y anterior, sus contenidos son esencialmente similares, si bien hay que reconocer que la sintaxis del antiguo era mejor que la del vigente hoy en día.

El artículo 24 del Reglamento de 19 de mayo de 1978, contenía una cláusula derogatoria, que decía que se considerará derogado el Reglamento para la concesión de la Medalla de la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife aprobado por acuerdo del Excmo. Ayuntamiento, en sesión del día veinte de marzo de mil novecientos treinta y nueve.

Esto es, el Reglamento de la Medalla de la Ciudad, ha estado vigente casi cuarenta años, superando con creces la fecha en que murió el primer receptor de esa condecoración.

Medalla de la Ciudad que había sido creada el 29 de agosto de 1938 por la Comisión Gestora del Ayuntamiento, siendo su Reglamento aprobado el 20 de marzo de 1939, tal como recuerda la cláusula derogatoria citada.

En esa misma sesión de 20 de marzo de 1939 fueron otorgadas las dos primeras medallas de oro, sin observar el trámite establecido en el reglamento recién aprobado.

Sus dos destinatarios fueron:

1.- FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE.

2.- SANTIAGO GARCÍA SANABRIA

Este último había fallecido el 17 de mayo de 1935, por lo cual la concesión de esa Medalla tenía carácter póstumo.

Pero el primero estaba vivito y coleando, acaudillando la más feroz y fratricida guerra llevada a cabo en territorio español.

Guerra en la cual hubo una violencia inusitada, cuya finalidad sería la de imponer arbitrarias decisiones y establecer un régimen totalitario: el franquismo.

Cruel y devastadora guerra que duró casi tres años, ganada por los sublevados contra el gobierno legal y legítimo de la República Española, con la determinante ayuda de nazis y fascistas extranjeros, alemanes e italianos, además de una considerable masa de moros mercenarios.

Sublevados que, convertidos en triunfadores, hicieron desaparecer de España, además de la Justicia, la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, todos los derechos humanos.

Esa victoria no significó la paz para los españoles.

Al producirse lo que gráficamente ha sido descrito como el estallido de la paz, los vencedores remataron su macabra faena, llevando a cabo graves violaciones de Derechos Humanos en España, entre los años 1939 y 1975.

Por todo ello, aquellos sublevados han merecido la condena y repulsa de nuestra sociedad democrática actual.

El 20 de septiembre de 1939 (año de la Victoria), la Comisión gestora adopta tres acuerdos consecutivos relacionados con la Medalla de la Ciudad:

1.- Conferir la representación municipal al Excmo Señor Gobernador Civil de la Provincia, don Vicente Sergio y Orbaneja, dada la oportunidad de su próximo viaje a la Península, para el acto de la entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad, a S.E. el Jefe del Estado y Caudillo de España, Generalísimo don Francisco Franco Bahamonde.

2.- Conceder la Medalla de Oro de la Ciudad al Excmo Señor don Vicente Sergio y Orbaneja, gobernador Civil de la Provincia.

3.- Conceder, previa formación del expediente reglamentario correspondiente, la Medalla de bronce de la Ciudad, a todos los paisanos que, precisamente, durante todo el día 18 de julio de 1936, se presentaron voluntariamente a esta Comandancia General y fueron incorporados a los Cuerpos armados de la Guarnición de esta plaza, para defender con las armas el glorioso Movimiento que en el aquel día se iniciaba, para salvar a España, siempre que, por actos o hechos posteriores a aquella fecha, no sean acreedores a la concesión de dicho emblema.

De este modo, se concedió la Medalla de Oro de la Ciudad, a este poncio, de quien hemos aflorado documentos, que ponen de manifiesto que fue un ladrón, además de asesino declarado.

 

 

Como queda dicho, lamentablemente, el Reglamento de Honores y Distinciones que se aplica hoy en día, es heredero directo de aquel Reglamento preconstitucional de 19 de mayo de 1978, retocado y remozado, conservando su espíritu y gran parte de su letra.

Por ello este Reglamento, como otras normas acomodadas a los nuevos tiempos, forma parte del acervo de aquel entramado que ha sido denominado el «atado y bien atado», dejado por el régimen franquista.

Régimen del cual debemos tener siempre presente que practicó la violación de los Derechos Humanos.

Como suele decirse vulgarmente, el papel aguanta todo lo que le ponen encima.

Porque, en realidad, el procedimiento seguido por nuestro Ayuntamiento para distinguir a conspicuos personajes propuestos para un honor, es un mero trámite insustancial.

Habitualmente dicho procedimiento consiste en la confección de un expediente, para atender alguna petición o propuesta.

Abierto tal expediente, se envían cartas a las conspicuas entidades tinerfeñas, (Cámaras, Casino, Clubes, …), que suelen responder afirmativamente, mostrando su adhesión a la propuesta, sin dar razones o justificaciones a tal adhesión.

En algunos casos, junto a esos escritos de adhesión, se aporta al expediente de honores, alguna biografía, copiada de libros publicados.

Biografías que más bien parecen hagiografías, escritas por autores de dudosa calidad histórica, en las cuales he podido constatar ausencias u omisiones de episodios de las vidas de los conspicuos personajes, relevantes y reveladores, de gran trascendencia en sus vidas y en las de mucha gente.

Muchas veces, ni siquiera se ha hecho constar en el acta referencia biográfica alguna de esos conspicuos individuos.

Referencias biográficas de las cuales hay que decir, que en muchos casos constatados de conspicuos personajes, resultan bastante vacuas y etéreas.

Con todo ese material, se confecciona un informe que sirve de base para el preceptivo dictamen que suele elaborar la Comisión de Cultura, o la comisión pertinente en cada momento histórico.

Preceptivo dictamen que, completo o extractado, se suele transcribir en el acta de la sesión municipal, donde se otorga el honor, sin que apenas haya debate o contradicción alguna, siendo casi siempre el acuerdo adoptado por unanimidad o asentimiento.

El resultado de este viciado procedimiento, es que la lista de honorificados y distinguidos por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, está plagada de nombres de individuos, de escasos y dudosos méritos, que más que merecer ser recordados, deberían ser olvidados y borrados de la historia de esta Ciudad.

VICENTE SERGIO ORBANEJA EN LA PENÍNSULA


En la página 2429, del número 101 del Boletín Oficial del Estado de 10 de abril de 1940, es publicado este nombramiento de VICENTE SERGIO ORBANEJA.

A propuesta del Ministro de la Gobernación y previa deliberación del Consejo de Ministros,

Nombro Gobernador civil de la provincia de Murcia, a don Vicente Sergio y Orbaneja.

Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a cinco de abril de mil novecientos cuarenta.

FRANCISCO FRANCO

El Ministro de la Gobernación,

RAMÓN SERRANO SUÑER

Apenas medio año más tarde, VICENTE SERGIO ORBANEJA sería cesado en este puesto de Gobernador Civil de Murcia.

Así reza el texto del decreto publicado en la página 7209 del número 294 del Boletín Oficial del Estado, de fecha 20 de octubre de 1940:

A propuesta del Ministro de la Gobernación y previa deliberación del Consejo de Ministros,

Cesa en el cargo de Gobernador Civil de la provincia de Murcia, don Vicente Sergio Orbaneja, agradeciéndole el servicio prestado.

Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a diecisiete de octubre de mil novecientos cuarenta.

FRANCISCO FRANCO

El Ministro de la Gobernación

RAMON SERRANO SUÑER

No habían transcurrido dos meses desde tal cese, cuando VICENTE SERGIO ORBANEJA reaparece como Jefe superior de la Policía gubernativa de la Capital de España, nombrado directamente por FRANCISCO FRANCO.

Así consta en la página 8483 del número 346 del B.O.E. del miércoles once de diciembre de 1940.

DECRETO de 2 de diciembre de 1940 por el que se nombra Jefe superior de la Policía gubernativa de Madrid a don Vicente Sergio Orbaneja y Castro.

Nombro Jefe superior de la Policía gubernativa de Madrid a don Vicente Sergio Orbaneja y Castro.

Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a dos de diciembre de mil novecientos cuarenta.

FRANCISCO FRANCO

Llama la atención el añadido del apellido CASTRO.

Hasta este momento este conspicuo personaje había figurado solamente como VICENTE SERGIO ORBANEJA.

Siete meses después, VICENTE SERGIO ORBANEJA Y CASTRO sería cesado en este importante cargo policial.

Así consta en la página 5234 del número 194 del B.O.E. del trece de julio de 1941.

MINISTERIO DE LA GOBERNACION

DECRETO de 11 de julio de 1941 por el que cesa en el cargo de Jefe superior de Policía de Madrid don Vicente Sergio Orbaneja.

A propuesta del Ministro de la Gobernación,

Cesa en el cargo de Jefe superior de Policía de Madrid don Vicente Sergio Orbaneja, agradeciéndole los servicios prestados.

Así lo dispongo por el presente Decreto, dado en Madrid a once de julio de mil novecientos cuarenta y uno.

FRANCISCO FRANCO

El Ministro de la Gobernación

VALENTIN GALARZA MORANTE